ALEJANDRÍA. En busca de la ciudad perdida

Título:
 Alejandría. En busca de la ciudad perdida
Autor: Edmund Richardson
Traducción: Inga Pellisa
Idioma original: Inglés
Editorial: Shackleton Books 
Año publicación/edición: 2021/2022
Páginas: 350

Sinopsis oficial:
Durante siglos, la ciudad de Alejandría del Cáucaso, fundada por Alejandro Magno, fue un importante lugar de encuentro entre Oriente y Occidente, hasta que se desvaneció en los anales de la historia... Sin embargo, todo cambió en 1833, cuando fue descubierta en Afganistán por la persona más improbable que uno se pueda imaginar: Charles Masson, un chico normal de clase trabajadora de Londres convertido en desertor, peregrino, médico, arqueólogo y erudito muy respetado.

En el transcurso de este extraordinario episodio de la historia, Masson tomará el té con reyes, viajará con hombres santos y se convertirá en un maestro de los disfraces; verá cosas que ningún occidental haya vislumbrado antes y que pocos han vislumbrado desde entonces. Ejercerá de espía para la Compañía de las Indias Orientales y será sospechoso de espiar para Rusia al mismo tiempo, porque estamos en la era del Gran Juego, y las potencias imperiales se enfrentan en el escenario de estas tierras asombrosamente hermosas. En su periplo, Masson descubrirá decenas de miles de piezas de la historia afgana, incluido el ataúd dorado de Bimaran de 2000 años de antigüedad, que contiene el rostro más antiguo conocido de Buda. Se le ofrecerá su propio reino, él cambiará el mundo y el mundo lo destruirá a él.

Un viaje salvaje a través de la India y Afganistán del siglo xix, una narración basada en una investigación impecable que desvela un mundo de espías y románticos soñadores, fracasados y oportunistas, violencia extrema tanto personal como militar, pero también un mundo de esperanza ilimitada. Al filo del Imperio, entre los desiertos y las montañas, esta es la historia de una obsesión más allá de los siglos.

Opinión: 

Alejandro (Magno) construyó una ristra de ciudades de punta a punta del mundo, de Egipto a Asia Menor, cruzando el interior del Imperio persa hasta las llanuras de Asia Central y las montañas de Afganistán. A todas las bautizó en su honor: Alejandría. Además de la Alejandría de Egipto, que todo el mundo conoce, había otras muchas desperdigadas por el imperio de Alejandro, más de una docena.

Me introduje en esta lectura, Alejandría. En busca de la ciudad perdida, pensando que quizás se me hacía algo densa y nada más lejos de la realidad, te pones a leerla y ahí que avanzas sin apenas darte cuenta. ¡Menuda aventura! En este texto se nos presenta la vida de Charles Masson (James Lewis realmente), una vida apasionante que contiene todos los ingredientes para elaborar una película de acción, aventuras y suspense, incluida una buena dosis de drama. Una persona digna de recordarse, todo un personaje a decir verdad. ¿Y quién fue esta persona? James Lewis era un soldado inglés del ejército de la Compañía Británica de las Indias Orientales que en 1827 desertó en Agra (India), tras abandonar esa vida tuvo que inventarse otra por el camino mientras huía, y así se fue conformando poco a poco su Charles Masson...

Aquel día, mientras dejaba Agra atrás, Lewis no podía imaginar que se estaba embarcando en uno de los relatos más increíbles de la historia. Mendigaría a pie de carretera y tomaría el té con reyes. Viajaría con santones y se convertiría en un maestro del disfraz. Vería cosas que ningún otro occidental había visto antes, y que pocos han atisbado desde entonces. Y, paso a paso, dejaría de ser un soldado cualquiera para convertirse en uno de los mayores arqueólogos de su época. Terminaría dedicando su vida a buscar las huellas de Alejandro Magno. 

Esa búsqueda lo llevaría a cruzar montañas nevadas, a internarse en cámaras ocultas repletas de joyas y a descubrir una ciudad perdida y sepultada bajo las llanuras de Afganistán. [...]

Esta es, pues, la historia de cómo James Lewis se convirtió en Charles Masson. 

Masson vivirá y conocerá de primera mano la India y, especialmente, el Afganistán de la época, en el que vivirá durante una serie de años. Recorrerá diferentes zonas de la Asia Central, se topará con multitud de peligros y saldrá como puede de todo aquello que se le echa encima, mientras ve a algunos alzarse y a otros caer. Interpretará multitud de papeles y establecerá relaciones, unas buenas, otras regulares y otras tantas que preferiría no haber establecido nunca. Su conocimiento del lugar y su mimetización con sus formas y costumbres, le permitirá hacer buenos contactos y se le dejará, obsesionado con la búsqueda de antigüedades, excavar y buscar ruinas, reliquias y tesoros allá por donde va. Se convierte en arqueólogo de la manera más natural del mundo, durante un tiempo llegará a ser considerado todo un erudito y estará bien mirado por muchos que siguen sus descubrimientos y sus avances. Pero la vida no es fácil, la de nadie en general y mucho menos la de él en particular. Detestará con todas sus fuerzas a la Compañía de las Indias Orientales que lo obligará a ser espía muy a su pesar, lo que le traerá multitud de problemas... Será perseguido y encontrado, tendrá que lidiar con obligaciones y mandatos, pero nunca se le va de la cabeza su verdadero interés, su verdadera inquietud: esa búsqueda del legado de Alejandro Magno en la zona de Afganistán. Su único afán es descubrir antigüedades en aquella tierra, convertida en su hogar tras el tiempo vivido en ella, y recopilar toda la información posible a su manera, siempre y cuando se lo permiten aquellos que manejan y revisan sus pasos...

A Masson lo atenazaba una obsesión creciente: no por sobrevivir, o por escapar de la Compañía de las Indias Orientales siquiera, sino por Alejandro Magno. [...] Pero no era al conquistador a quien perseguía en realidad. Lo que él perseguía era un sueño. ¿Encontraría algún vestigio de su expedición?

Tanto si Bagram era Alejandría como si no, afirmaba, era un lugar formidable esperando a revelar sus secretos [...]. «Los últimos seis o siete años he centrado mi atención en las antigüedades de Asia Central [...]. A pesar de las circunstancias adversas, he hecho muchos descubrimientos, que un día, si lo quiere el Altísimo, haré públicos. No cejaré en mis labores, sin importar los inevitables desmanes del tiempo».

Una lectura interesantísima, que me ha permitido conocer el gran papel de Charles Masson dentro de la arqueología y los descubrimientos que llevó a cabo en la zona de Afganistán, en busca de esa Alejandría del Cáucaso, ciudad perdida de Alejandro Magno donde confluyeron Oriente y Occidente. Este libro también permite viajar al Afganistán y a la India del siglo XIX, la historia de Masson va de la mano de la situación histórica y política del momento en aquellas zonas, con la Compañía de las Indias Orientales al mando, se aprecia el gobierno turbio instaurado por la misma (con líderes poderosos, fríos y poco escrupulosos, narcisistas y crueles...) y los conflictos y tejemanejes con los reyes y los gobernantes locales. Con todo tiene que lidiar Masson, cuando él no quería tener nada que ver con ello. 

Quizás sí me he perdido un poco en la profundidad de los embrollos políticos y de espionaje que se exponen, hay muchos nombres y figuras con cierto papel relevante, tanto locales como de la Compañía y demás; puedes hacerte un lío, pero te quedas con lo importante, con esas relaciones que van cambiando con el paso del tiempo, con acuerdos de paz seguidos de conflictos y guerras, y con diversidad de prácticas corruptas y abusivas que tuvieron lugar. Te queda más que claro lo que ocurrió allí y es interesante leer sobre los diferentes acontecimientos históricos y lo que supusieron. A la vez, te emocionas con cada posibilidad de excavación de Masson y con cada descubrimiento que realiza, con cada respiro que le dan para poder dedicarse a lo que realmente quiere; también es fácil sentir lástima y compasión por él cuando las cosas no le van muy bien, viéndolo caer en depresiones y sufriendo solo, todo derivado de las obligaciones que le imponen. Fue injustamente tratado en multitud de ocasiones, engañado y traicionado, así como prácticamente olvidado y despreciado, perdiéndolo todo y quitándole mérito a su trabajo y dedicación de años, incluso agenciándoselo otros de forma injusta. A día de hoy, al menos, eso ha cambiado y hay gente que se encarga de que reciba la atención y la resonancia que merece.

Durante gran parte del siglo XIX, los hallazgos de Masson quedaron abandonados en los almacenes y vitrinas de la Compañía de las Indias Orientales, pero en 1878, unos años después de que el poder en la India pasara de la Compañía al gobierno británico, la colección de Masson se transfirió al fin al Museo Británico.

Reunir de nuevo la colección de Masson ha llevado más de un siglo, pero hoy gracias a los conservadores del Museo Británico, los hallazgos de Masson se han podido catalogar al fin, y se tiene de ellos una comprensión más exhaustiva que nunca.  

Sin más, te animo a que, si es este un tema que te atrae, te lances a conocer la apasionante historia de Charles Masson, narrada de forma rigurosa, amena e interesante. Merece la pena conocer a este hombre, todo un explorador y un pilar importante dentro del mundo de la investigación arqueológica: alguien que nos aportó hallazgos y descubrimientos, así como una enorme colección de artefactos y objetos, de enorme valor histórico.

Hoy en día, Alejandría del Cáucaso sigue siendo un enigma. [...] Ciertamente, si Alejandría no está en Bagram, no puede quedar muy lejos. «El número inmenso de monedas y reliquias descubiertas por el señor Masson en Bagram —afirmaba el historiador del siglo XIX George Grote— aporta pruebas más sólidas para identificar dicho emplazamiento con el de Alejandría [...] que las que pueden presentarse a favor de cualquier otra localidad».

Alejandro nunca llegó a los mismísimos confines de la tierra. Masson nunca descubrió su ciudad perdida. No todo empeño logra su objetivo. Pero tanto Alejandro como Masson descubrieron una cosa: cuando perseguimos nuestros sueños más inalcanzables, está en nuestro poder cambiar el mundo.  

Comentarios

  1. Hola María, a mí también me llama mucho la atención la vida de Alejandro y su periplo por Asía. No conocía a este hombre. Me apunto esta obra a ver qué tal.
    Un besazo

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    Respuestas
    1. Es interesante conocer la vida de Charles Masson y su papel en la arqueología, que durante mucho tiempo estuvo olvidada. Me alegra que al menos actualmente sí le den su valor y su importancia, creo que es más que meritoria. No lo conocía de antemano y ha sido un placer leer sobre su vida...
      Si lo lees, espero que también sea una lectura enriquecedora para ti.
      Un abrazo, Nitocris.

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