RETORNO A LITTLE SUMMERFORD

Título:
 Retorno a Little Summerford
Autor: Reginald Arkell
Traducción: Ángeles de los Santos
Idioma original: Inglés
Editorial: Editorial Periférica
Año publicación/edición: 1953/2024
Páginas: 288


Sinopsis oficial:
Charley Moon es un muchacho dulce, despreocupado y bromista. Vive con su padre en un viejo molino que se cae a pedazos en los humedales de Little Summerford, una aldea situada en un remoto recodo del Támesis, en la campiña inglesa. Generación tras generación, los Moon se han ocupado del molino, que, sin duda, ha vivido tiempos mejores: en los primeros años del siglo XX la agricultura inglesa está pasando por una mala racha y muchos negocios agrícolas están al borde de la ruina. Charley, que sufre el peso de sus raíces, siente poco apego por las vicisitudes de la granja y mucho por el paisaje: su ocupación favorita es perderse en los prados y hacer expediciones por las acequias con su amiga Rose. Para ambos, la vega del viejo molino es un paraíso encantado en el que pescar truchas o seguir el vívido destello de un martín pescador volando a ras del agua del arroyo.

Andando el tiempo, Charley se alista en el Ejército e integra el grupo de soldados que prepara la función de Navidad: ese contacto con la escena le abre una puerta inesperada al mundo de la actuación. Charley, con su natural gracia y su don para la música, posee una habilidad única para provocar al mismo tiempo risas y lágrimas en los espectadores. Un buen día, un empresario de teatro descubre su talento y lo catapulta al éxito en las tablas del West End londinense.

Años después, su gloria se desvanece sin que nadie sepa ni cómo ni cuándo. Por suerte, Charley es uno de esos tipos que saben que lo mejor siempre surge cuando uno se aproxima a la vida sin ningún proyecto ni deseo determinados, sólo para ver qué pasa, una alegría de vivir que hace que surja del mundo algo de futuro. Muchos en Little Summerford se preguntan qué habrá sido de aquel chico expansivo y risueño, y si algún día volverá para retomar las cosas donde las dejó.

Opinión:
Hace unos años leí Recuerdos de un jardinero inglés de este autor, Reginal Arkell, y me dejó con tan buenísimas sensaciones, tan encantada con la lectura, que cuando vi este otro título del autor sabía que también tenía que leerlo. Ha cumplido con las expectativas que llevaba. Me gustó más el que menciono anteriormente, pero este también me ha gustado mucho. Me ha parecido una lectura agradable, encantadora, de esas en las que te sumerges en la vida de un joven y vas viendo sus aventuras (y desventuras), sus éxitos y fracasos, sus penas y anhelos, y, por supuesto, su aprendizaje y desarrollo. A través de esta historia nos acercamos a la vida de Charley Moon y a lo que se cuece por los humedales de Little Summerford...

Se decía que, desde la Conquista, siempre había habido un Moon en el molino de Little Summerford. Eso era exagerar un poco, aunque desde luego los Moon llevaban allí tanto tiempo que habían echado raíces en esa tierra. Solo había que ver el número y el tamaño de las lápidas de la familia que había en el cementerio de la iglesia para hacerse una idea de su importancia y de la extensión de su linaje.  

Principios del siglo XX. Nos desplazamos a Little Summerford, una pequeña aldea de la campiña inglesa, y concretamente al molino donde viven los Moon. Esta familia lleva varias generaciones viviendo en este molino, trabajando estas tierras y acogiendo un puesto social considerable en la aldea. No obstante, lejos queda ese esplendor pasado; debido a malas decisiones del abuelo Moon y a la situación agrícola del momento, los Moon están prácticamente en la ruina. Charley, el último descendiente de esta familia, es un crío carismático, de naturaleza algo traviesa y graciosa, vive ajeno a los problemas de sus tierras, disfrutando del entorno en el que vive, de toda la naturaleza que le rodea, de las acequias, los humedales, así como de su buhardilla en el molino. Su infancia está llena de despreocupación, diabluras simpáticas y también de la presencia de Rose, una niña con trenzas con la que pasa el tiempo. De repente Charley se hace mayor y es en ese momento en el que se percata de la situación trágica del molino. La cosa está tan negra que realmente poco puede hacer y se alista en el ejército. Deja atrás sus humedales y un molino roto, a un padre en quiebra ahogado por la escasez y las deudas, y a esa jovencita con trenzas... En el ejército entra en contacto de forma imprevista con el mundo del teatro, se desarrollará así en la actuación y la comedia. Este mundo lo eleva a cumbres que no esperaba, a un éxito y una fama que le darán mucho pero que también le costará manejar. Estas experiencias le harán replantearse qué es lo que realmente quiere en su vida.

—¿Cómo se llega allí?
Alquilas una barca y remas por el Támesis hasta que ya no puedas seguir remando. Entonces sales de la barca y la arrastras hasta que no puedas seguir arrastrándola. Dejas la barca metida entre los juncos y echas a andar por los humedales hasta que llegues a un molino, seis casas y una tienda de caramelos.

Había una chica —dijo Charley—. Llevaba trenzas. También había un anciano que murió de pena, un abogado con una hipoteca, varios acreedores y una rueda de molino que no giraba. 

Un libro sencillo de lectura amena y fluida. Personalmente disfruto mucho de la forma de narrar de este autor, desde el minuto uno me tiene ganada y conecto muy bien con su estilo. Aun teniendo partes dramáticas, el tono en general es afable, energético y humorístico. Te introduce muy bien en ese contexto rural, así como luego en Londres y demás escenarios por los que Charley deambula en su caminar. Las descripciones son estupendas y he disfrutado especialmente de las de índole natural (ya en Recuerdos de un jardinero inglés se aprecia a la perfección que al autor le interesaba el mundo de las plantas; en este, aunque en menor grado, también se deja ver). El eje central siempre es el crecimiento y desarrollo de Charley, las diversas experiencias que lo van conformando: lo vemos desde niño con ese carisma con el que cuenta que también le irá abriendo puertas luego, sus ganas de explorar lo desconocido, de alejarse de sus raíces —y sin querer echar la vista atrás por el dolor que le provoca la pérdida—. También se aprecian sus inseguridades y complejos, pero siempre dispuesto a vivir y desarrollarse en ese mundo de la actuación y del teatro que se abre ante él, dejándose arrastrar hasta incluso sentirse ajeno a sí mismo al estar tan lejos de lo que realmente le resulta familiar. Vemos el contraste entre una vida sencilla y tranquila —suficientemente rica y plena para él— con otra llena de éxito y riquezas quizás, pero también de ritmo frenético que lo deja exhausto y vacío, de desenfreno, falsedad, soledad y frialdad. Sus experiencias lo llevarán a sentirse perdido y hundido, y lo veremos danzar por la vida buscando su sitio.

Charley Moon se estaba quedando atrapado en corrientes que él no había elegido. Hacía algunas cosas porque los demás las hacían, no porque él quisiera hacerlas. Personas a las que no conocía lo arrastraban a bares y otras tantas lo proponían como socio de clubes de los que nunca había oído hablar. Aprendió la jerga evasiva de esa camaradería relajada y superficial que se inicia en cualquier sitio y que no conduce a ninguna parte. 

Quizás Charley te saca un poco de tus casillas con algunos comportamientos, especialmente con aquellos relacionados con Rose (esa niña con trenzas que también se hace mayor); pero veo que forman parte precisamente de ese aprendizaje que va llevando a cabo. El final confieso que me resultó algo precipitado, y que cierto hecho sea tan azaroso (y no intencionado por parte de Charley) me dejó un poco desconcertada, porque realmente esperaba que fuese algo más premeditado y elegido por su parte. Pero, igualmente, merece mucho la pena acercarse a Little Summerford, conocer las vivencias del joven Charley y que también nos lleve por ese mundo complejo de teatro y pantomimas en el que se ve inmerso. En relación a esto último, el significado del éxito y la fama acogen gran peso. Las sombras de ser famoso se exponen y el peso de esto sobre el artista también. Cómo de la noche a la mañana se puede pasar de lo más bajo a lo más alto, pero también al contrario. Se reflexiona sobre lo cambiante que es el público, esa gente que te sigue, que te pueden amar y luego odiar sin pasar por grises. El mundo turbio y peligroso que rodea al artista famoso. Nada nuevo, pero sí fácilmente olvidable: parece que tener fama y éxito siempre es lo deseable, no se piensa en que puede resultar toda una condena, e incluso toda una tragedia. Hoy en día podemos verlo en vidas trágicas de muchos famosos o hasta en las redes sociales, en este mundo tan de moda de creación de contenido, influencers y demás, donde personas acogen de buenas a primera cierta fama, teniendo ejércitos de seguidores y de haters también; personas a las que se les trata de repente como dioses, a las que se adoran como también se les linchan. Fama efímera o cambiante, con consecuencias no siempre previstas. Queda constancia, en resumidas cuentas, de ese peso de la fama del que muchas veces no se habla, de la brevedad y lo ilusorio de su carácter, y de lo desgastante y dañina que puede resultar.

Sintiéndolo mucho, Charley, no se puede tener todo. Ser una estrella no consiste únicamente en salir y saludar delante del telón. Es mucho más que eso. Aquellos días felices y despreocupados se han terminado. Acabados y concluidos.

El actor, un servidor del público, es siervo de cualquier persona y atrae especialmente a los aburridos y los ociosos, siempre al acecho de nuevas emociones. 

En resumen, libro ameno que se lee muy bien y que puede llegar a catalogarse dentro de lecturas con encanto. Disfruto mucho de la sencillez cargada de significado con la que narra Reginald Arkell. Ha sido un gustazo pasar por Little Summerford y conocer la historia de Charley Moon, sus vivencias invitan al lector a reflexionar sobre diversos aspectos de la vida. Te animo a que le des la oportunidad tanto a este título como al de Recuerdos de un jardinero inglés, ambos me han ofrecido una lectura placentera.

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