MATHILDA
Título: Mathilda
Autora: Mary Shelley
Traducción: Marie-Anne Lecouté
Idioma original: Inglés
Editorial: Montesinos
Año de publicación/edición: Escrita 1819-1820 publicada en 1959/1998
Páginas: 179
Autora: Mary Shelley
Traducción: Marie-Anne Lecouté
Idioma original: Inglés
Editorial: Montesinos
Año de publicación/edición: Escrita 1819-1820 publicada en 1959/1998
Páginas: 179
Sinopsis oficial:
Cuando Mary Shelley, junto a su esposo, Byron y el doctor John W. Polidori, se reunieron en Villa Diodati dando lugar a unas célebres veladas, estaba muy lejos de suponer que de allí nacería una de las criaturas de la imaginación humana más imperecederas. En aquel tour de force literario, en aquel juego imaginativo en el que participaron los cuatro personajes, Mary Shelley concibió su mítico Frankenstein.
En 1819 Mary Shelley finalizó Mathilda, obra que solo vería la luz una vez desaparecida su autora. Mathilda es el producto más acabado de su espíritu romántico. En ella convergen dos elementos equilibradamente amalgamados: la necesidad de exorcizar una vivencia privada, y el imperativo estético romántico de diseñar una sensibilidad apasionada y tocada con los estigmas de la tragedia y la búsqueda de la soledad y la muerte. El ambiguo malentendido de la probable pasión incestuosa que un padre profesa por su hija, hace de esta novela, sin embargo, una obra exquisita y rara en su género.
Opinión:
Menuda es Mary Shelley para exponer la desesperanza, la desolación, la soledad (ya sea impuesta o buscada) y la disonancia entre el anhelo y el miedo a la muerte. Hace poco leí partes de su diario en Diario de duelo, de esa lectura lo que más me impactó fueron los escritos en los que se vislumbraba su duelo tras la pérdida de su amado, Percy Shelley. En esta novela, Mathilda, que escribió entre los años 1819/1820 tras la muerte de sus hijos pequeños, se observan esos sentimientos de pérdida también, de no verle sentido a la vida por el sufrimiento que supone, de querer aislarse del mundo exponiendo sensaciones depresivas sin ser suficiente lo que se halla en los demás ni alrededor, teniendo la necesidad y el deseo de irse pronto de este lugar. Impacta realmente la facilidad con la que esta autora se mueve en este registro, diría que donde más despierta su genio es en la expresión de este tipo de sensaciones. Magistral...
Centrándome en la novela: en Mathilda se nos presenta a una joven que, al igual que Mary Shelley, quedó huérfana de madre al morir esta a los pocos días de haber dado a luz. Al padre de Mathilda la pérdida de su esposa lo deja totalmente desolado y su sufrimiento lo lleva a querer marcharse, dejando a su hija a cargo de una hermana suya y de una nodriza. La niña crece durante 16 años junto a su tía, la cual aunque no alberga maldad es fría y poco cariñosa. Al cumplir esa edad, el padre escribe solicitando reencontrarse con su hija, a la que ha querido y ha tenido en su pensamiento en la distancia. El encuentro entre ambos les permite conocerse y vivir momentos muy felices, Mathilda adora a su padre y su padre siente fascinación por ella. Los meses pasan y Mathilda, ya una jovencita de muy buen ver, empieza a recibir pretendientes. Su padre de repente, y tras un periodo en el que ambos se mostraban completos estando el uno con el otro, la rechaza, la trata mal e intenta evitarla. El declive de la relación y el tormento de Matilda comienzan entonces, sin saber qué ocurre busca comprender la dolencia y el sufrimiento de su padre para intentar paliarlo y recuperar la relación y la felicidad que un día tuvieron. Conocer el origen de ese rechazo que muestra hacía ella, y todo lo que acontece por dicho motivo, la deja en un estado de desolación infinita, anhelando la muerte...
Es una novela corta, en la que desde el principio la autora sabe introducirte a la perfección en la vida de la protagonista sin que quieras parar de leer. Contada en primera persona nos acercamos a sus vivencias y pensamientos de primera mano. Las sensaciones y las pasiones que el padre admite sentir por su hija conmueven al lector tanto como a la propia Mathilda, y hay diálogos y partes epistolares muy emocionantes. La pluma de Mary Shelley me impresiona, escribe con ese estilo romántico —algo pomposo a veces— que puede hacer perder de vista el fondo, pero ese centro ahí está y es muy intenso e interesantísimo; describe los sentimientos, experiencias e incluso a la naturaleza como pocos autores/as que haya leído.
En definitiva, una novelita que se lee muy bien, con una trama y un tema central que sorprende y que me ha impactado en su lectura, impacto que ya sentí en Frankenstein así como en Diario de duelo, que me regalaron pasajes hermosísimos a la par que dolorosos y tristes. Recomiendo leer a Mary Shelley, en su escritura plasma mucho de su propia vida, de ella misma y de sus inquietudes, esa realidad interna remueve y marca al lector mientras lee.
Mi vida estaba vacía y sin objeto. Sí, así era. Pero, ¿cómo decirle al lirio que la tempestad ha derribado "levántate y florece igual que antes"? Mi corazón sangraba por una herida mortal, no podría vivir de otra manera. A veces, en medio de una paz aparente, veía llegar la desesperanza, la melancolía, o bien un abatimiento que nada podía disipar ni superar, un odio por la vida o un desprecio por la belleza.Todos esos sentimientos me invadían a oleadas, y me quedaba casi aniquilada. No cesé de evocar la muerte en ningún momento, ni cuando estaba serena.
Que interesante parece!! Veré de conseguirlo y disfrutarlo teniendo en mente tu reseña .
ResponderEliminarEs una autora que me gusta mucho.
Abrazosbuhos 😊🍁🍂🍁
Si lo lees espero que también te transmita como a mí y que consigas disfrutarlo. No cuenta experiencias agradables, pero es tan expresivo que lo he disfrutado igualmente. Mary Shelley es una autora especial, sí. Un abrazo.
EliminarRecuerdo tu reseña del diario. Vuelvo a constatar ahora que hay mucho Mary Shelley más allá de su famoso Frankenstein. Me gustaría, no obstante, comenzar a leerla por su novela más famosa. Llevo tiempo queriendo hacerlo y siempre lo voy demorando.
ResponderEliminarUn abrazo
Sí, también te diría que empezaras por Frankenstein, para mí fue una gratísima sorpresa. Ve también con las expectativas ajustadas, que ya sabemos que llevarlas demasiado elevadas a veces juegan malas pasadas... Pero es una novela que merece la pena, como mínimo acercarse a ella y darle la oportunidad. Esta otra ya es para seguir leyendo a la autora y sumergirse en su enorme talento para describir este tipo de sensaciones que comento... Si te animas, ya contarás!! Un abrazo, Lorena.
EliminarCoincido contigo, Mary Shelley siempre será la autora de "Frankenstein", es inevitable, y sin embargo nos señalas que "Mathilda" fue su obra más madura en cuanto a sus principios romanticistas se refiere. Esa desesperanza terrible es muy propia de los románticos del XIX, sí señora. Debería leerla ya. Besos.
ResponderEliminarMagistral retratando esa desesperanza... Estaré atenta si la lees para ver qué te transmite a ti la historia de Mathilda. :D Un abrazo, Mónica.
EliminarOcurre con Shelley lo mismo que con otras autoras, que nos centramos únicamente en su obra cumbre y nos olvidamos que escribieron más novelas. Esta no la conocía y tengo que admitirte que ha sido para mí todo un descubrimiento. La anoto. No sé para cuándo pero, como mínimo, para no olvidar que la madre de Frankenstein también escribió sobre Mathilda. Besos
ResponderEliminarCierto, Marisa. Pasa con algunos autores/as que nos quedamos únicamente con su novela o novelas cumbres y resulta que tienen más, y no por no ser tan conocidas no son dignas de darle su oportunidad. En esta ocasión me alegro de haber regresado a Mary Shelley, haber conocido a su Mathilda ha sido una experiencia lectora muy buena, aunque no transmita sensaciones lo que se dicen "agradables"...
EliminarHola María, no sé si me podría poner ahora con esta novela. No sé si el estado de desesperanza que comentas es de la novela relativa al duelo o de esta. Pero ahora mismo estoy un poquito de bajón, y no sé si me apetece deprimirme aún más... Pero me gusta comprobar que Mary Shelley tiene más cosas que Frankestein.
ResponderEliminarUn besazo guapa.
Bueno, en la novela se entremezcla muchas sensaciones de desesperanza, de soledad, de duelo también... Creo que, aunque sea ficción, también refleja mucho de las sensaciones que la propia autora había sentido por diversas situaciones: muertes de sus hijos, de otros allegados, suicidios cercanos... Y también es curioso que, cuando escribió esto aún no había muerto Percy, pero ciertas vivencias y situaciones expresadas en esta novela las vivió ella poco después, llegó a decir que en su Mathilda escribió lo que después estaba viviendo ella misma. En fin, te diría que si estás baja de ánimos pues mejor dejarla para otro momento, sí. No es una lectura alegre ni optimista, que se diga.
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