CARTA BLANCA

Título: Carta blanca
Guion y dibujo: Jordi Lafebre

Color: Clémence Sapin y Jordi Lafebre
Editorial: Norma Editorial
Año de publicación/edición: 2021
Páginas: 150

Sinopsis oficial:

Ana y Zeno son dos amantes platónicos destinados a encontrarse en la distancia, protagonistas de un romance donde el final es en realidad un nuevo comienzo.

Carta blanca, un relato dulce e irresistible sobre un par de corazones vibrando al unísono a través del espacio y el tiempo. 

Opinión:  

No soy muy lectora de cómics, los que he leído no superarán en número los dedos de mi mano, pero he leído algunos que me han gustado mucho y entre ellos está este. En Carta blanca se nos presenta la historia de amor (y de vida) de Ana y Zeno, dos figuras que chocaron, se atrajeron y que cuya relación se mantiene viva con el paso del tiempo; a veces cerca, a veces a distancia, pero siempre separados, cada cual con su vuelo caótico hacia delante en la vida.

Hace mucho tiempo, la Luna y la Tierra tenían cada una su propia trayectoria. Un día se cruzaron y se atrajeron mutuamente, pero ninguna consiguió detenerse.

Llevando vidas diferentes, ambos mantienen el contacto como mejor pueden. En la vida de ella está él, en la vida de él está ella. Están presentes sin estar juntos. En cierto momento, donde ambos ingresan en un estado vital similar, el pasado retorna más fuerte que nunca, el puente entre ellos se acorta y aquello que no se vivió, y que ha esperado durante 37 años, ahora quiere ser vivido.

El tiempo, la materia, las mariposas... En este universo todo sigue un mismo patrón: del orden total al desorden absoluto. Solo una fuerza externa puede reintroducir el orden. ¿Qué sucedería si en el universo existiera una fuerza capaz de ordenar, por un instante, lo que se había desordenado?

Una historia estupenda la que nos trae Jordi Lafebre, contada además de forma muy atrayente. Lo que más me ha gustado es la estructura narrativa, me ha parecido muy buena —aun siendo arriesgada—; empezando por el final y con vaivenes en el tiempo, se va destapando lo acontecido provocando conexiones potentes entre lo que sabemos y lo que vamos descubriendo. He disfrutado de lo lindo analizando esas conexiones que se van dando con lo anterior en cada parte que vamos avanzando, vas constantemente revisando lo leído. Esta estructura nos mantiene expectantes y nos permite ir conociendo la historia de estos amantes especiales desde sus inicios, así como de aquellas personas que han formado parte de sus vidas.

Otra cosa que he disfrutado muchísimo: el dibujo. Me ha parecido precioso y muy cuidado, realmente me ha ayudado mucho a sumergirme en la historia. También destaco las metáforas con las que juega el autor y los mensajes que transmite (me gusta cómo trata la vejez: lo que ya es viejo y parece no valioso ni útil, pero que sigue siéndolo...). Creo que hay muchas cosas en la obra que simbolizan la relación y la situación de estos amantes, o al menos, yo lo he captado así, y me ha gustado mucho. Las conexiones que se dan entre las viñetas son geniales así como todo lo que en ellas se puede hallar, transmiten muy bien las sensaciones, lo que está ocurriendo, me han llegado a emocionar en multitud de ocasiones.

Recomiendo mucho su lectura y agradezco a Jose, un ávido lector de cómics, que me lo descubriera e insistiera en que lo leyera, porque ha sido una lectura maravillosa, con la que además he salido un poquito de mi zona de confort lectora; debo darle más hueco a cómics de este tipo, me estaré perdiendo obras muy buenas seguro. Te invito a que te acerques a esta historia así, sin saber nada más, y que vayas descubriendo por ti mismo y de la mano de Lafebre la vida de estos amantes peculiares, ojalá también la disfrutes, merece la pena. Toda una experiencia lectora diferente y con una estructura, diseño y dibujo maravillosos. 

A continuación, voy a destripar un poco la historia, porque confieso que al finalizar tuve sensaciones encontradas debido a la situación de un personaje y no puedo hablar sobre ello sin entrar en detalles. ¡Spoilers! Deja de leer aquí la reseña si no lo has leído o si no quieres saber sobre la trama y personajes antes de hacerlo. Aunque para nada me ha obstaculizado el disfrute general, un personaje me ha causado sensaciones encontradas al sopesar la lectura (algo totalmente subjetivo, también he de decir). Si el lector solo se queda con la historia de amor entre Ana y Zeno que tras el paso de los años, y viviendo conectados pero sin estar presentes, espera para ser vivida, te alegras por ellos cuando llega su momento. Pero yo no puedo dejar de pensar en el compañero de vida de Ana, su marido Giuseppe, ese que la espera todas las noches con su café preparado, y aquel que ha cuidado prácticamente solo de su hija mientras ella pasaba noches enteras colgada al teléfono con Zeno en su despacho. Esa figura, no muy extraña y bastante real, que incluso se puede ver en multitud de historias (por casualidad me he visto metida últimamente en novelas que tratan el adulterio, en las que suele haber un marido bondadoso, enamorado hasta las trancas y que de tan buenos que son se te hace un nudito en el estómago pensando en su situación: Charles Bovary en Madame Bovary; Henry Miles en El final de affaire; Alves en Alves & Cía; incluso, Karenin en Anna Karénina; por poner algunos ejemplos...), también está presente en este cómic y que, aunque se nos transmite muy bien su situación, a la vez siento que se le deja un poco fuera dándole más importancia a la vivencia de Ana, al derecho que tiene de vivir aquello que no vivió. Esto último quizás deja en el lector la sensación placentera de ver por fin a Zeno y a ella viviendo ese amor de forma plena, pero en mí no ha dejado solo eso. 

Puedo ver esa bonita conexión que se mantiene en el tiempo entre estos dos enamorados y valorarla, pero ¡ay!, Giuseppe me rompe el alma... (algunas viñetas son tremendamente dolorosas). Y Ana no me parece tan sacrificada como ella se describe (o como el autor parece a veces intentar convencernos), ni tan justa y buena con su marido (lo ha engañado deliberadamente durante mucho tiempo, ya que mucho peor me resulta lo que vive a lo largo de los años con Zeno que el que se hubiese acostado con él en algún punto de ese periodo, al menos bajo mi punto de vista). Se ve que Ana quiere a su marido, sí, y se pueden ver diferentes formas de querer en esta historia gracias a eso (cómo podemos sentir mucho por más de una persona, querer estar con ambas incluso); pero tenía engañado a su marido mientras le convenía llevar esa vida y en cuanto Zeno se establece cerca, después de haber vivido él como gato salvaje, esa persona que ha estado siempre a su lado, que la ha querido y apoyado, no importa demasiado y siente que tiene derecho de vivir aquello que va a vivir con Zeno. Creo que si hubiese dejado a su marido antes, me hubiese gustado más... Deja de lado a Giuseppe cuando el otro decide comprometerse 37 años después y cuando a ella también le viene bien, y si no lo deja del todo es porque Giuseppe, con tal de no perderla, prefiere sobrellevar que esté con otro para que luego vaya a dormir a casa... Me cuesta pasar por alto esa actitud de Ana, ese abandono al que ha tenido sometido a su marido y a su hija (como bien esta le echa en cara) para que justo cuando puede devolver aquello que ha recibido, cuando el trabajo ya no entorpece su tiempo, se lo da a Zeno, aquel que ha estado sin estar. Tanto Ana como Zeno me resultan egoístas y caprichosos en ciertos momentos, aunque haya también un ladito de mí que entienda su relación y su querer vivirla. Pero en fin, todo eso nubla un poco mi alegría por estos amantes que ahora pueden vivir su historia libres y con toda intensidad, y quería también compartirlo, sobre todo para aquellos que la hayan leído y que también se les haya quedado un tanto ensombrecido este amor a destiempo.