EL JARDÍN DE LOS DIOSES
Título: El jardín de los dioses
Autor: Gerald Durrell
Traducción: María Luisa Balseiro
Idioma original: Inglés
Editorial: Alianza Editorial
Año publicación/edición: 1978/2021
Páginas: 288
Autor: Gerald Durrell
Traducción: María Luisa Balseiro
Idioma original: Inglés
Editorial: Alianza Editorial
Año publicación/edición: 1978/2021
Páginas: 288
Sinopsis oficial:
Con El jardín de los dioses -libro tan ingenioso y apasionante como Mi familia y otros animales y Bichos y demás parientes- se cierra la divertida trilogía en la que Gerald Durrell rememora su estancia en la isla de Corfú antes de la Gran Guerra. En éste, como en los otros dos volúmenes, la atenta observación de la fauna del territorio, la colorista descripción de los paisajes, la animada semblanza de figuras singulares y el humorístico relato de anécdotas tienen como telón de fondo el emocionado recuerdo de una adolescencia libre y plena.
Opinión:
Este verano me tocaba leer el tercer y último tomo de la Trilogía de Corfú de Gerald Durrell (que decidí dividir en tres veranos). Confieso que esperaba con ganas el rencuentro veraniego con ellos y a la vez sentía cierta tristeza por llegar al final... Por cierto, ha sido un plus, creo yo, leerlo de esta forma: la ambientación me es muy veraniega y las aventuras de esta familia ya las tengo asociadas a la estación estival. Por dar algo de contexto, en esta trilogía Gerald Durrell nos narra las experiencias que tuvo junto a su familia viviendo una serie de años en la isla griega de Corfú. Son novelas con muchísimo humor, amenas y muy ágiles en su narración, con un tinte naturalista muy agradable y atrayente (al menos para aquellos que disfruten de esa temática, a mí me encanta cómo nos comparte Gerald su pasión por la naturaleza y los animales, especialmente). Ya elaboré las reseñas del primer tomo, Mi familia y otros animales (aquí), y del segundo, Bichos y demás parientes (aquí), en su momento y hoy toca hablar del tercero. Tampoco voy a detenerme demasiado porque sigue la misma línea que los anteriores.
De aquellos tiempos felices que pasamos en Corfú podría decirse que cada uno de sus días era especial, con un especial color y una especial composición que lo diferenciaban totalmente de los otros trescientos sesenta y cuatro del año, y por eso mismo lo hacían memorable.
Como decía, en este tercer tomo he vuelto a encontrar anécdotas divertidas, animales interesantes y el ambiente y cultura corfuana con las características de sus habitantes y sus formas de vivir. He respirado de nuevo el aire de esta isla de esa forma tan especial con la que Gerry nos lleva a ella y a sus días allí. Vuelven a aparecer los viejos conocidos y se presentan nuevos personajes excéntricos que llegan de visita a la casa de los Durrell —si ya son especiales los Durrell, sus amistades varias no se quedan atrás—; además, una figura muy importante engrandecerá a los corfuanos con su presencia y estos harán todos los preparativos necesarios para darle la bienvenida (muchos de esos preparativos se irán de madre, como era de esperar); habrá fiestas, eventos y desastres varios, y también algún que otro pretendiente de Margo, la hermana de Gerry, saldrá mal parado por su insistencia con ella (o por su indiferencia, ella sabrá). Lo único que me ha sorprendido un poco ha sido el final, que me ha parecido algo abrupto. Esperaba una especie de despedida o algo más cerrado; pero no, tras una de las anécdotas (muy loca y divertida, eso sí), finaliza. Tampoco es que lo vea mal, en libros de este tipo, bastante anecdóticos, no se necesita un cierre propiamente dicho (aunque yo lo esperase).
Aquel verano fue pródigo por demás. Diríase que el sol hubiera hecho sacar a la isla todas sus reservas, pues nunca habíamos tenido tal abundancia de frutos y flores, nunca había estado el mar tan caldeado y tan lleno de peces, nunca tantos pájaros habían criado, ni salido mariposas y otros insectos de sus crisálidas para animar el campo con sus colores.
En resumen, en este y en los anteriores libros tenemos en escena un sin fin de anécdotas curiosas y figuras para no olvidar, y también mucho paisaje, clima, naturaleza, animales y la vida corfuana experimentada por un jovencito Gerald Durrell que inhaló con todas sus fuerzas lo que esta isla le aportaba. Con enorme talento, rememora sus vivencias y nos lleva a esos recuerdos de infancia/adolescencia que fueron imprescindibles para el gran naturalista que fue después. Si no has leído aún estos libros, te animo a ello. Son superdivertidos y frescos, te hacen apegarte a esta familia, y sobre todo al pequeño Gerry, así como a esta isla griega a la que cualquier lector que cierre el libro querrá viajar...
Hola María, como ya te comenté en la anterior reseña, tengo pendiente aún Bichos y demás parientes que caerá en breve... así que este tendrá que esperar... aunque les tengo ganas.
ResponderEliminarun besazo
Muy divertido, te gustará ;)
EliminarDurrell y el verano es la mejor combinación jaja A mí me encantó "Mi familia y otros animales", pero tengo problemas para encontrar las continuaciones. Ojalá pueda encontrarlas, porque son libros que me gustan mucho.
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Vaya, qué lástima. Espero que puedas conseguirlos. Sí que te digo que siguen la misma línea que el primero (que, si tuviese que elegir alguno, pues supongo que me quedaría con el ese como el más representativo de la esencia de la trilogía, y el más potente quizás también); pero es que son muy disfrutables los otros dos igualmente (es como darte más de algo que te gusta mucho, jejejeje), así que espero que sí tengas la oportunidad de leerlos también.
EliminarQue los disfrutes, si los consigues.
Un abrazo, Roxana.