EXPIACIÓN

Título:
 Expiación
Autora: Elizabeth von Arnim
Traducción: Raquel G. Rojas
Idioma original: Inglés
Editorial: Trotalibros Editorial
Año publicación/edición: 1929/2023
Páginas: 384


Sinopsis oficial:
Todo el mundo adora a Milly, la mujer de Ernest Bott. Y es que es la esposa ideal: encantadora, amable, dulce y complaciente, nunca ha dado ningún problema a su marido ni ha provocado ninguna habladuría. Para la admiración de sus cuñados y envidia de sus cuñadas, Milly es una pieza perfecta en la orgullosa familia Bott, que valora por encima de todo su buen nombre y su intachable respetabilidad. Sin embargo, cuando Ernest muere en un accidente de coche y se abre su testamento, llega la sorpresa seguida de las especulaciones y el temor al escándalo. Ernest desheredó a Milly. «Mi esposa sabrá por qué», dejó dicho.

Publicado en 1929, Elizabeth von Arnim despliega en Expiación una sátira —hilarante en algunos momentos, desgarradora en otros, y siempre irónica— sobre la hipocresía de la clase media londinense, el arrepentimiento, así como el desamparo y la soledad de las mujeres en esa época.

Opinión: 
Milly acaba de convertirse en la viuda de Ernest Bott. Los Bott no conforman familia cualquiera, se trata de una familia importante de la zona residencial de Titford, al sur de Londres, que se enorgullece de su respetabilidad y estatus pudiente. Milly ha sido, hasta ahora, dignísima parte de esta familia: la esposa perfecta, la cuñada y la nuera sin tacha. Pero lo dicho: hasta ahora, porque las cosas han dado un vuelco inesperado... La muerte repentina de Ernest saca a la luz algo que a todos deja boquiabiertos, incluida a la pobre Milly, y es que en el testamento deja dicho que dona toda su fortuna a una institución benéfica y a su mujer solo una mísera parte, añadiendo además: «Mi esposa sabrá por qué». La cosa se pone candente, los rumores comienzan a rodar entre los Bott, sus cuñadas se activan ante lo turbio de la situación, y lo que Milly representaba en la familia cae sin remedio al saco de las conjeturas y la desconfianza. A Milly no le queda otra que encajar el golpe. Ernest conocía su secreto, ¿qué hacer ahora? Quizás sea el momento de tomar decisiones enérgicas y radicales, ¡por fin! Pero la vida le enseña qué realidad hay detrás de aquellos con los que cree que puede contar, colocándola en situaciones dramáticas y angustiosas a la vez que muy esclarecedoras. 

Milly apretó las manos. Las tenía heladas. No le extrañaba que la gente no dijera la verdad muy a menudo, aunque solo fuese por amabilidad, por cortesía, por el deseo de no escandalizar ni hacer daño a otros. ¿O era por miedo? ¿Estaba siendo una vez más, como por desgracia lo era tan a menudo, una simple cobarde?

Conecté con Milly desde el minuto uno, con ese estar a la espera de su expiación, que parece llegarle de la manera más cruel que pudiese imaginar. Tenemos aquí una trama con momentos que te tienen en vilo, con expectación por saber qué pasará con Milly, cómo conseguirá salir del hoyo en el que está metida; saboreando por el camino momentos muy especiales, de encuentros muy deseados y también despedidas dolorosas; de sorpresas que derivan en situaciones donde toca soportar la realidad y que suponen puntos de inflexión, dejando a la protagonista en una especie de limbo existencial. Me causaba mucha lástima la situación de Milly, también quizás la de otros, pero igualmente me quedaba con ella. La autora, sin entrar a juzgar de forma directa nada ni a nadie, deja claras muchas cosas... 

Lo que más destaco de von Arnim es la excelente creación y desarrollo de personajes que hace, cómo te mete en las cabezas de cada una de las figuras expuestas; te lleva a entenderlas cada cual con sus luces y sombras. Conoces sus puntos de vista, entiendes sus reacciones, sus actuaciones y decisiones aunque ni siquiera las compartas. En esta obra Milly es la protagonista, pero también nos acerca mucho a los demás miembros de la familia, y a otros personajes importantes. No puedo pasar sin nombrar a la anciana señora Bott, la suegra de Milly: ¡qué personajazo! Con esta figura muestra la sabiduría que da la vida —ser mayor no significa aprender de la experiencia ni ser sabio, pero esta anciana refleja el haber aprendido de la vida y aplicar lo aprendido para vivir mejor, ser consciente de lo efímero del tiempo, de lo que es realmente importante y a no juzgar tan severamente—. Nos lleva a reflexionar sobre que nada suele ser para tanto, que la vida es una especie de sueño como ella dice; que enfadarse demasiado o hacer montañas de granos de arena no merece la pena, porque todo pasará y quedará atrás, y te reirás seguramente de disputas o sofocones que supusieron tanto en un momento concreto, para luego quedar en nada; que no hay que dar tantas explicaciones sobre cosas que no tienen realmente importancia; que todo irremediablemente deriva en silencio, en muerte, que todo acaba y aquí estamos simplemente un rato... Un mensaje con el que se puede estar más o menos de acuerdo, ya que también es un poco ilusorio pensar que todo nos va a dar igual, dependerá de qué debemos pasar por alto y qué no; pero sí sirve para quedarse en la cabeza con ese eco general de: no te detengas demasiado en cosas que van a pasar y que luego olvidarás, y que quedarán ahí... sin más; o que incluso van a volver a darse, hagas lo que hagas. Tómate un té y un pastelito, disfruta de la tarde y pasa la velada con más alegría y amabilidad, no son demasiadas las que vas a tener porque el tiempo no es eterno y sofocarte tampoco te va a servir para mucho.

¿El límite?, pensó la anciana señora Bott. ¿Qué límite? Existían muchos límites en la vida, y en los años de juventud uno siempre estaba a punto de llegar a ellos para luego descubrir que no eran límites en absoluto. 

Otro punto interesante, además de los personajes, es con cuánta realidad expone las relaciones entre ellos y las temáticas que quiere tratar. Nos muestra relaciones matrimoniales, familiares, entre miembros de la familia política, entre cuñadas...; relaciones amorosas también en diferentes fases viéndose cómo varía su significado y las formas de sentir con el paso del tiempo. Destaco cómo retrata los vínculos entre las mujeres de la familia, los celos y las envidias que derivan en prejuicios y disputas, y curioso también las diferencias de comportamiento entre hombres/mujeres ante los mismos hechos, dejándose ver la situación social de la mujer de la época muy diferente a la de los hombres. Y siempre mostrando diversidad tanto en las distintas figuras como en sus relaciones, eso hace, como digo anteriormente, que encuentre mucha realidad en aquello que nos cuenta: todos tienen su aquel distintivo y su complejidad individual así como sus propias relaciones. 

Hace crítica a las ínfulas de aparentar algo que no se es, a ese no querer salirse de la norma ni de lo estipulado por las convenciones sociales imperantes: ¡ante todo, que no se manche el buen nombre de la familia de puertas para fuera! Todos pendientes de los errores de los demás sin mirar los suyos, y enfrascados en vidas que en muchas ocasiones resultan vacías, con relaciones no compatibles, pasando los días como por inercia, sumergidos en sus deberes y sin conectar realmente con aquellos con los que comparten sus vidas. A todo esto nos lleva von Arnim con esta trama tan bien desarrollada y con un final estupendo a mi parecer, con situaciones y diálogos que absorben al lector, eligiendo perfectamente lo que cuenta. Y algo importante, que nunca puedo olvidar cuando hablo de esta autora, es el humor y la ironía que emplea, que lo bañan todo de cierta forma aun junto a lo trágico. Es tan fácil leerla, supongo que por eso está dentro de mis autoras predilectas. Me mantiene pegada a las páginas disfrutando de su narración y de todo lo que nos transmite con ella.

En fin, Elizabeth von Arnim nunca me decepciona, ya he leído varias de sus obras y cada una de ellas me ha aportado algo especial. Termino entusiasmada tanto con sus figuras como con sus tramas y con el contenido que encuentro en cada uno de sus títulos. Este no ha sido menos. Te animo a que te sumerjas en su Expiación, o en cualquier otra obra de ella, merece la pena leerla. 

La invadió una extraordinaria sensación de estar curada y se le vino a la memoria algo de un poema que Arthur solía leerle en voz alta. Aún seguía de pie, contra la puerta, con los ojos puestos en aquellos rostros pero ya sin verlos, y la habitación y todos los que estaban allí se volvieron borrosos. «Entonces libres, ligeros, despreocupados, serenos», decía el poema [...]. Así era como una se sentía, lo que una era, cuando había dejado de tener miedo. Libre, ligera. Qué hermoso. Qué paz tan profunda.

Comentarios

  1. Hola María, tengo este libro desde la feria del libro de este año. Ya leí Vera y mucho antes Abril encantado, y cómo dices, de cada libro se disfruta mucho.
    Probablemente caiga este año.
    Un besazo

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    1. Creo que te va a gustar tanto o más que los que ya has leído. A ver qué te parece. Leeré tus impresiones cuando lo leas, un besote.

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  2. Parece una novela divertida pero con mucho trasfondo detrás. Conozco y valoro la prosa y la ironía de su autora, así que estoy segura de que disfrutaría de esta lectura. Qué bien que Trotalibros siga apostando por rescatar la obra de Elizabeth von Arnim.
    Un abrazo

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    1. Divertida pero por cómo nos narra Elizabeth, ya la conoces. Lo que cuenta no es de risa, pero claro, tiene tanta chispa y agudeza que es imposible leerla sin que su humor recaiga en ti. Muy buena novela, a ver qué piensas si en algún momento la lees. Creo que todo de von Arnim merece la pena, ojalá sigan sacando sus obras en español...
      Un abrazo, Lorena.

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  3. Hola, aún no he leído nada de la autora pero este año quiero estrenarme con Vera. Esta que reseñas hoy tiene muy buena pinta por lo que comentas del estilo y su transfondo. Tomo nota. Un abrazo.

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    1. Creo que Vera te va a flipar, al menos dudo que te deje indiferente...
      Estaré pendiente a ver qué cuentas sobre él cuando lo leas. A esta autora merece la pena acercarse, todo lo que he leído me ha gustado y además gran variedad en temáticas tratadas.
      Un abrazo.

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