ALGO DEL OTRO MUNDO

Título:
 Algo del otro mundo
Autora: Iris Murdoch
Traducción: Pilar Adón
Idioma original: Inglés
Editorial: Impedimenta Editorial
Año publicación/edición: 1957/2024
Páginas: 80


Sinopsis oficial:
La joven Yvonne Geary vive con su madre en el Dublín natal de Murdoch de finales de los años cincuenta, y siente que se asfixia al comprobar que los días pasan y sus muchos sueños siguen sin cumplirse. Su única esperanza parece ser la del matrimonio con Sam Goldman, un joven que a sus ojos no es «nada del otro mundo», y que no parece entenderla. Yvonne no duda del amor de Sam, pero ¿es suficiente saberse amada para ser feliz? A lo largo de una noche por un Dublín iniciático, urbano y frondoso a un tiempo, en el que es el único relato publicado por Murdoch, Yvonne puede llegar a descubrir que tal vez no difieran tanto sus anhelos y aspiraciones de los de Sam.

Opinión:
Algo del otro mundo
 ha sido mi primer Iris Murdoch. Casualmente he iniciado por este su único relato, que, según Pilar Adón, autora del posfacio —interesantísimo— que incluye esta edición, se aleja tanto en forma narrativa como en el ambiente y la tipología de personajes que suele retratar la autora en sus demás obras. En esta pequeña historia nos sitúa en una ciudad costera a pocos kilómetros de Dublín y nos presenta a Yvonne Geary, mujer de veinticuatro años que vive junto a su madre en la tienda que regentan, sintiéndose totalmente asfixiada por su entorno, por la rutina y por lo que se espera de ella. Un chico está interesado en Yvonne, Sam Goldman, joven que cumple con los requisitos para ser considerado un buen marido. A ella le insisten, le presionan, para que haga lo que una chica de su edad ya debería haber hecho: casarse y vivir ajustada a las normas tradicionales del lugar. Yvonne no incluye el matrimonio en sus planes, ya que no cree que sea lo que la libere de su existencia rutinaria, pero habrá de tomar una decisión... Viviremos con ella y Sam una noche importante, una noche de la que ella esperaba una velada especial y que determinará la decisión final. ¿Qué ocurrirá y qué huellas dejará en ella lo que acontece?

Tenemos un personaje interesante, Yvonne, que vive ahogada en un mundo pequeño y cerrado, en una aburrida y pobre rutina que la tiene frustrada e irritada a la mínima, sin posibilidad de satisfacer sus anhelos, de explorar y conocer algo nuevo y especial, algo del otro mundo... Sam es a su vez digno de mención, y quizás también merece nuestra compasión al igual que Yvonne, un joven enamorado, que desea ser aceptado por la mujer que quiere, compartir con ella lo que para él resulta especial, bonito y lleno de poesía... Pero choca con un amor no correspondido, donde la figura que recibe sus atenciones está en un mundo muy distinto al suyo; choca constantemente con el hartazgo de Yvonne, entrando ambos en conflicto sin poder establecer una comunicación mutua. Y me veo hablando más de Sam que de Yvonne, quizás es porque me ha transmitido mucha tristeza también él; pero no pierdo el foco, aquí la protagonista es Yvonne: incapaz de salir de su estado de decepción continua, de su total tristeza por la escasa correlación entre lo que anhela y la realidad que la rodea. Y de eso va este libro podría decirse: de la falta de conexión entre lo que uno desea y lo que la realidad le aporta. Sobre el sufrimiento que puede ocasionar el sentirse atrapado en aquello que se odia, cómo esto carcome día tras día las esperanzas e ilusiones...

Un primer contacto con esta autora acertadísimo. Me han encantado las descripciones concisas y potentes, el ambiente que crea y cómo nos introduce en el mundo interior de Yvonne. En muy pocas páginas y con un desarrollo aparentemente superficial, logra transmitir mucho a través de las situaciones y los diálogos. Señalar que he leído el relato dos veces: después de la primera lectura, leí el posfacio de Pilar (su análisis se adentra en el significado de esta historia, en el rol de los personajes y en lo que se inspiró la autora para su creación; pero no solo se centra en eso, sino también en los intereses de Murdoch, en su estilo y demás obras, aportando detalles significativos sobre su vida) y, una vez terminado, volví a leer el relato. Ya me había gustado, pero en la segunda vuelta le pude sacar más jugo y ser más consciente de lo que contiene. Si se mira entrelíneas, todo está cargado de significado. Cuenta con elementos a los que la autora dota de valor simbólico y con los que transmite mensajes potentes; podría mencionarse, por ejemplo, el árbol caído en el lago oscuro, incluso la tienda/hogar y la cama que Yvonne comparte con su madre (con su falta de espacio y de autonomía: esa «caja de cerillas» en la que el lector parece también meterse). Ciertos escenarios, situaciones y diálogos en apariencia normativos son de gran trascendencia también. Es estupenda la manera en la que Murdoch nos lleva a esa búsqueda de desarrollo y de una identidad diferente; al fuerte anhelo de algo nuevo y distinto, quedando bien retratada la sensación de ahogo, y la irritación y el hartazgo asociados a ella, que se puede sentir cuando queremos expandirnos y se nos comprime más y más. Se deja ver, y se siente muy bien, ese conflicto que se produce entre los anhelos/sueños y la realidad. 

—En vez de hacer algo con su vida —dijo su madre— se pasa las horas ahí encerrada, en ese cuartucho oscuro, tumbada boca abajo con la nariz metida en sus novelas. Un milagro me parece que no se le hayan borrado los dos ojos de la cara. 
—¿Puedo por favor vivir mi vida como me dé la gana? —preguntó Ivonne—. Es lo único que tengo. 

En fin, una experiencia muy buena mi primer encuentro con Murdoch. Me deja con ganas de seguir descubriendo su narrativa, de seguir explorando sus obras más largas y desarrolladas. Un placer también profundizar un poco sobre la vida de la autora, su estilo narrativo y lo que hay debajo de este relato en concreto gracias a ese posfacio, que tanto me ha gustado, de Pilar Adón. Recomiendo esta lectura y por mi parte seguiré con Una cabeza cercenada, que ya me espera en la estantería. 

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