VEINTE MIL LEGUAS DE VIAJE SUBMARINO

Título: 
Veinte mil leguas de viaje submarino
Autor: Jules Verne
Grabados originales: Alphonse de Neuville/Édouard Riou
Traducción: Marc Cornelis
Idioma original: Francés
Editorial: Gribaudo
Año de publicación/edición: 1870/2022
Páginas: 476

Sinopsis oficial:
El profesor Pierre Aronnax se hace a la mar en busca de una criatura desconocida que aterroriza a todos los marineros. Un día, el terrible monstruo marino golpea su embarcación y lo arroja a la profundidad de las aguas. Pero allí le espera una gran sorpresa: la bestia feroz es en realidad un submarino, el mayor y más maravilloso que se haya visto nunca. Se llama Nautilus y lo gobierna el Capitán Nemo. Él salva al profesor y sus compañeros y les da la bienvenida a bordo. Juntos emprenderán un largo viaje plagado de aventuras en el que descubrirán las profundidades del océano... pero también la escurridiza figura de Nemo y el destino terrible que aguarda a los invitados. 

Opinión:  
Por fin me he lanzado a leer Veinte mil leguas de viaje submarino, todo un clásico del querido Jules Verne y que ya adelanto que he disfrutado mucho (incluso me ha parecido mucho más ameno de lo que esperaba). Iniciamos la historia con Aronnax, profesor francés que trabaja en el Museo de Historia Natural de París y que es experto en fondos marinos, embarcando en el buque Abraham Lincoln, de la marina estadounidense, el cual sale en busca de lo que parece ser un monstruo marino que está amenazando los mares y provocando desastres y hundimientos. Tras una larga exploración finalmente topan con aquel monstruo, pero resulta que no es nada parecido a lo que el profesor Aronnax esperaba. Aquello no es un cetáceo gigante ni ningún animal marino, sino una estructura metálica impresionante, en la que el profesor es invitado a entrar tras caer al mar con dos compañeros y quedar los tres a la deriva... Lo que encuentran en esta nave submarina supera con creces todas sus expectativas. Esta nave que los ha rescatado es una increíble creación humana, el Nautilus, un submarino como jamás habían visto ni imaginado, y su dueño es el capitán Nemo. Aronnax inicia así un viaje por el mundo submarino que no podrá olvidar nunca y nos comparte, con todo detalle, lo que él y sus dos compañeros viven en esta experiencia tan especial, en este viaje —obligado pero muy disfrutado— guiado y dirigido por el capitán Nemo, un hombre tan fascinante como enigmático y sombrío.

Decirle, profesor, que no se arrepentirá del tiempo que pase a bordo. Viajará al país de las maravillas. El asombro y la estupefacción probablemente se convertirán en el estado habitual de su mente. No se cansará fácilmente del espectáculo continuo que se ofrecerá ante sus ojos. Una nueva vuelta al mundo submarino, ¿quién sabe?, tal vez la última, me permitirá volver a ver todo lo que he podido estudiar en el fondo de los mares que ya he recorrido muchas veces, y usted será mi compañero de estudio. 

¡Menudo viaje ha sido este! Me he sentido como el profesor Aronnax: maravillada por cada uno de los descubrimientos que le iba ofreciendo este viaje en el Nautilus; y muy intrigada por la figura de Nemo, que no deja indiferente... Jules Verne conjuga bien el aporte de información más de tipo sesudo, por decirlo de algún modo, con la trama, la acción y el desarrollo de los personajes consiguiendo que la lectura se haga muy amena a la par que interesante. Es cierto que hay mucha información sobre el mundo animal y vegetal submarino (bastante minuciosa especialmente en los seres marinos), sobre avances científicos (muy puesto Verne en todos ellos y con gran carácter creativo y visionario a la hora de crear aquello que aún no existía como tal en la época, también es conocido por la influencia que tuvieron sus obras en posteriores avances incluso), tenemos geografía, historia, ingeniería, geología, filosofía incluso. Pero aunque el autor se para en esto, no olvida la trama, ni a los personajes ni a la aventura en sí. Eso es lo bueno que veo con respecto a este tema, por ejemplo, si en cierto momento se centra en hablar de los seres marinos de forma técnica y específica, casi enciclopédica comentan por ahí y tienen razón, tampoco se extiende durante capítulos enteros en dicho discurso; regresa rápidamente a la trama, a sus personajes y a la aventura que están viviendo, llena de acción y de acontecimientos que mantienen el interés constante del lector. Al menos así he vivido yo la experiencia. Lo único con lo que he sufrido ha sido con las escenas de caza de animales, que se me hacían un poquito difíciles. No obstante, se hace en todo momento una crítica a la caza indiscriminada por parte del hombre, señalando que el humano está destruyendo o ha destruido sin sentido muchas especies de animales; pero igualmente hay pasajes donde los personajes persiguen y cazan animales en los diferentes puntos por los que van pasando a lo largo de su viaje, si eres sensible con ello que sepas que ahí están (a mí esos pasajes me cuestan más que aquellos en los que me habla de la clasificación en ordenes, subórdenes, especies, subespecies, etc. de los animales que ven).

De esta lectura destaco especialmente esa sensación de aventura constante, con sus momentos de descubrimientos interesantes, sorprendentes y fascinantes, así como otros de peligros, incertidumbre, miedo y de asfixia casi literal, donde tienen que poner en marcha estrategias para poder salir con vida; pero siempre contando con la supremacía y la seguridad de esa nave metálica submarina maravillosa, puntera, que ofrece todo lo que los de a bordo necesitan, ese Nautilus que es un personaje más. ¡Qué bien descrito está todo! Me imaginaba totalmente allí, en ese submarino único, con esas salas tan especiales que se nos presentan, alguna con una valiosísima colección de arte, literatura y demás conocimientos, todo un deleite para cualquier intelectual; imaginaba perfectamente el paisaje, la vegetación y los seres marinos, descritos minuciosamente, propios de cada océano o mar por los que atraviesan, y que pueden ver a través de los maravillosos ventanales del Nautilus o bien durante las excursiones con traje y escafandra (tan emocionantes). El final me ha gustado, aunque deja con bastante intriga ya que nos quedamos sin saber muchas cosas sobre el capitán Nemo y el destino del Nautilus, pero igualmente me ha parecido un cierre idóneo y coherente con ese aura de nebulosa alrededor de este personaje y su creación submarina. 

Mis nervios se calmaron un poco, pero el cerebro, sobreexcitado, me hizo revivir en un breve recuerdo toda mi existencia a bordo del Nautilus, todos los incidentes felices o desafortunados que lo habían atravesado desde mi desaparición del Abraham Lincoln, las cazas submarinas, el estrecho de Torres, los salvajes de Papúa, la varada, el cementerio de coral, el pasaje de Suez, la isla de Santorini, el buzo cretense, la bahía de Vigo, la Atlántida, la banquisa, el Polo Sur, el atrapamiento en los hielos, el combate de los pulpos, la tormenta de la corriente del Golfo, el Vengeur [...]. Entonces, el capitán Nemo crecía de manera desmesurada en ese extraño entorno. Su figura se acentuaba y adoptaba proporciones sobrehumanas. Ya no era mi semejante, sino el hombre de las aguas, el genio de los mares.  

Una figura curiosa la del capitán Nemo. A lo largo de la novela podemos vislumbrar muchos matices de su persona, positivos y atrayentes la mayoría, pero su ser está envuelto en una oscuridad que se deja ver en multitud de ocasiones: en su actitud de ocultar ciertos hechos e información, en su absoluta determinación de no dejar que nadie que ha embarcado en el Nautilus lo abandone, y en la muy marcada necesidad de alejarse de la sociedad manteniéndose aislado de la misma; se aprecia que en su interior guarda odio y deseos de venganza. En el final de esta novela ya se desvelan ciertas pistas sobre su pasado y el dolor que parece arrastrar, pero deja al lector con muchas dudas respecto a esta figura tan misteriosa e impenetrable. Al parecer es en la novela La isla misteriosa donde el autor saca a la luz el misterio que encierra este personaje, así que la leeré en algún momento.

En definitiva, ha sido una buena lectura. Una novela con un gran aporte de información, de muchos tipos pero especialmente del mundo submarino, muy interesante aunque quizás no a todos guste por igual y que por momentos puede hacer algo densa de leer por ello, pero que a la vez está llena de aventuras y tiene muy buen ritmo, resultando en cómputo muy amena. Esta es la segunda obra que leo del autor, hace un tiempo leí La vuelta al mundo en 80 días (reseña aquí) que también disfruté, y ahora me vuelvo a quedar con ganas de seguir leyendo más obras suyas. Sin más, te animo a que le des una oportunidad a este viaje submarino tan tan entretenido que, a mí al menos, me ha merecido muchísimo la pena hacer.   

¿Me creerán? No lo sé. Al fin y al cabo, no importa. Lo que puedo afirmar ahora ¡es mi derecho a hablar de esos mares bajo los que, en menos de diez meses, cubrí veinte mil leguas, de aquella vuelta al mundo submarino que me ha revelado tantas maravillas a través del Pacífico, el océano Índico, el mar Rojo, el Mediterráneo, el Atlántico, los mares australes y boreales!

 

*Señalar que me ha gustado embarcarme en el Nautilus en esta edición, ilustrada, con el texto integro y muy cómoda de leer, de Gribaudo. Como es habitual en esta colección de clásicos que ofrece la editorial, la sobrecubierta se transforma en una especie de póster que en esta ocasión es un mándala submarino para colorear con partes que se iluminan en la oscuridad (idóneo para los lectores más jovencitos).  

Comentarios

  1. ¡Hola! Me alegra ver que has disfrutado tanto de este clásico, aunque en un principio te sumergieses con aprehensión. La verdad es que tengo que reconocer que Verne es uno de esos autores que nunca me han terminado de llamar la atención, siento que sus libros se me harían demasiado pesados, así que con este no creo que me anime.

    ¡Nos leemos!

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    1. ¡Hola!
      Te entiendo, hay libros clásicos y autores/as a los que tenemos bastante reticencia por considerarlos demasiado densos o tediosos, más cuando tampoco se es mucho de leer clásicos. En mi caso, aun estando los clásicos muy presentes en mis lecturas, también tengo ciertos títulos que no terminan de llamarme la atención por ese motivo... Con este tenía esa idea eh, esa cosilla de: uf, creo que no voy a poder con este tostón. Pero oye, una sorpresita me he llevado al ser mucho más ameno de lo esperado. Pero entiendo perfectamente que te llamen más otras lecturas antes que esta, hay que leer lo que más nos atraiga... y ya, si acaso en otro momento, le puedes dar la oportunidad si te apetece más.
      Un saludito.

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  2. Lo leí varias veces de niña y en una edición de los años cuarenta a doble columna y letra pequeña. Desde luego no era una edición para niños, pero había que leer lo que había en casa de cuando mi padre era pequeño. Junto con Dos años de vacaciones, mi favorito de Julio Verne. Y sin embargo, ahora no me imagino leyendo un libro de aventuras ambientado en un submarino. Me da claustrofobia.
    Un beso.

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    1. Hola, Rosa.
      Te imagino de niña, con esa edición que comentas... ¡con la extensión que tiene este libro, ¡ay! jejeje pero ya ves, ahí que estabas leyéndolo y disfrutándolo, y varias veces encima. Qué maravilla. Dos años de vacaciones no lo he leído. En cuanto a lo de leerlo ahora, pues mira, te comento que en cierto pasaje (que no sé si recordarás), sí que sentí mucho esa claustrofobia que mencionas... Qué agobio y qué asfixia tenía mientras lo estaba leyendo. Pero bueno, solo ahí, en lo demás ha sido todo un disfrute para mí embarcarme en el Nautilus... :)
      Un abrazo

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  3. Hola María, lo tengo en el kindle en francés. Me da un poco de pereza, y miedo por los términos técnicos que no sé si conoceré en ese idioma, ponerme con él... Tengo también algún otro de Verne en francés y leí hace poco Viaje al centro de la tierra, también en francés y me pasó un poco lo que te comento, que cuando se "enrolla" con términos muy específicos no consigo entenderle y me pierdo un poco... Pero bueno, me apetece leerle en francés así que algún día cogeré ánimos.
    Un besazo

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    1. Uf, es que imagino leer esto en francés y es que... claro, entiendo que sea bastante complicado. Como señalas, tiene bastante vocabulario técnico en cuanto a ese tema se seres y vegetación marina, etc. que si ya de por sí se puede hacer pesado, estar leyéndolo en francés tiene que ser todo un trabajazo (a no ser que manejes muy bien el idioma). En fin, que entiendo que le tengas respeto. No sé, te diría que esta novela, siendo extensa además, es mejor leerla en español jaja. Pero bueno, ya contarás si te lanzas con ella.
      Un abrazo.

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  4. Veo que te has aficionado a estas ediciones y no me extraña porque son preciosas. Yo a Julio Verne lo asocio a vacaciones largas en las que me pueda meter en sus libros, y de esas no suelo tener mucho. Me veo en la jubilación leyendo estos libros, jajaja.

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    1. Jajaja Sí, entiendo eso de asociarlo a vacaciones largas xD. Pues yo confieso que este lo he ido leyendo bastante bien y no se me ha hecho demasiado largo, aun siéndolo; pero sí, claro, no es librito de varios días, tiene lo suyo. Idóneo para la jubilación quizás, sí sí jajaja. No, pero está entretenido, aun con sus partes densas...
      Un abrazo, Esther.

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  5. Leí casi todo Verne cuando era adolescente y ahora, con todas esas nuevas traducciones y ediciones tan bien hechas que están saliendo, me tienta mucho volver a leerlo. Pero me da miedo no sentir el asombro y la aventura tal y como recuerdo que la disfruté en la primera lectura. Aunque, por tus impresiones, me da que me lo voy a pasar en grande de nuevo, sin importar mi adultez. ¿Por cuál me recomiendas que empiece? ¿Este o La vuelta al mundo en ochenta días? Tengo dudas. Besos.

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    1. Hola, Mónica.
      Muchos habéis leído a Verne en vuestra adolescencia, y entiendo ese reparo que sentís por si acaso no los disfrutáis tanto como entonces. No sé decirte la verdad, porque en mi caso, que lo he leído a mis 34 años, pues... te digo lo que cuento, a mí me ha parecido una aventura chula que sí que creo que puedes disfrutar tú también. Si te lanzas, ya contarás. Entre este y La vuelta al mundo en 80 días, esta última me parece más livianita y para regresar al autor quizás sea mejor que esta, que es más densa y extensa. Estaré pendiente de tus reseñas sobre sus títulos si finalmente te lanzas a releerlo. Como dices, ¡hay ediciones muy chulinas!
      Un besito.

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