RESURRECCIÓN

Título: 
Resurrección
Autor: Lev Tolstói
Traducción: Irene y Laura Andresco
Idioma original: Ruso
Editorial: Alianza
Año publicación/edición: 1899/2015
Páginas: 710


Sinopsis oficial:
En la Rusia Zarista, marcada por tremendas desigualdades sociales, una joven de humildísima extracción seducida en su día por el príncipe Nejliudov, señorito rico y ocioso, y luego arrojada a la prostitución, se enfrenta a un juicio por robo y asesinato. Entre los jurados se halla su antiguo seductor, quien, conmovido por las consecuencias de su pasado capricho, se propone redimirla. Marcada por la espiritualidad propia de la última etapa del autor, Resurrección es una de sus novelas más sugerentes e inolvidables. 

Opinión:  
Resurrección nos sitúa en la Rusia de finales del siglo XIX y conocemos a Nejliudov, un joven noble militar, que es convocado para acudir como jurado a un tribunal en el que se juzga por robo y asesinato a una prostituta. Esta experiencia le lleva a recordar el pasado y a ser consciente de las consecuencias de sus actos: la prostituta que está siendo juzgada resulta ser una persona especial de su temprana juventud. Conoció a esta joven en una visita a casa de sus tías y lo deslumbró, sintiendo por ella algo como nunca había sentido, sentimiento que también ella compartía. La última vez que se vieron fue tras estar un tiempo separados: Nejliudov pasó unos días en casa de sus tías y volvió a ver a esa joven, por la cual seguía sintiendo algo intenso, pero él ya era otro —había vivido otras experiencias y algo en él había cambiado—. En ese último encuentro la sedujo y satisfizo sus impulsos pasionales; luego, se marchó y la abandonó sin más, sin volver a tenerla en mente. Es ahora en este juicio, tras el paso de muchos años, cuando vuelve a verla. Maslova, así es como llaman a la joven, está cambiada, pero no lo suficiente como para no reconocerla, y ha vivido una vida miserable debido a lo que ocurrió entre ellos. Este cargo de conciencia provoca en Nejliudov un cambio personal, un querer compensar el daño. Esto le sirve para ser consciente, ya no solo de la situación de Maslova —de la cual él es responsable—, sino también de tantos otros que están siendo acusados injustamente sin ser culpables, quedando totalmente a merced de unos pocos que deciden sobre ellos. Comienza a utilizar su posición para ejercer algún tipo de influencia y sacar partido de sus contactos de la alta clase, a los cuales ya no puede ver con los mismos ojos, pero que utiliza para poder ayudar a esa joven que conoció pura e inocente, así como a otros en situaciones injustas. 

Resurrección, a pesar de su número de páginas, me ha resultado muy ameno de leer y atrapante. La trama y los personajes me han gustado en general, pero en este libro pesa sobre todo las temáticas centrales que trata. Considero que todo lo escrito, o al menos todo lo que he leído de Tolstói, es sumamente interesante de leer. Los temas que aborda, los monólogos y las reflexiones que encontramos en sus libros no dejan indiferente. No hay que olvidar que el autor deja mucho de sus inquietudes, disonancias cognitivas y propias experiencias en sus obras, muy presente también todo aquello que analizaba en su sociedad... Por ello, sus obras son tan atrayentes para el lector que guste del realismo en la literatura.  

En esta ocasión hace una crítica a la sociedad del momento —sobre todo a las altas esferas—, al servicio militar, a los funcionarios, al sistema judicial y sus cargos. Hace hincapié en la depravación y la inmoralidad social, y cómo la propia sociedad incita a sus miembros a que lleven a cabo actos deshonestos, abusivos y crueles (especialmente a los hombres jóvenes y con dinero), favoreciendo incluso el mantenimiento de comportamientos reprensibles, mientras se castiga o se censura a aquel que no quiera seguir esa línea de actuación y de pensamiento. 

Aquella terrible transformación se había operado en él simplemente porque había dejado de creerse para creer en los demás. Lo había hecho porque le resultaba muy difícil vivir creyéndose a sí mismo. [...] Es más: al creerse, se exponía a que lo censuraran; al creer a los demás, contaba con la aprobación de todos. 

Al principio, Nejliudov había luchado, pero esa lucha fue demasiado difícil, porque todo lo que consideraba bueno al creerse a sí mismo, lo consideraban malo los demás, y viceversa. Acabó por someterse. [...] La naturaleza apasionada de Nejliudov se entregó totalmente a esa nueva vida que todos aprobaban y ahogó la voz que le exigía otra cosa. 

Muestra el desamparo de la gente pobre, gobernados al son de unos hombres que en muchas ocasiones, dependiendo del día y de sus quehaceres y problemas personales, decidirán su destino sin tener en cuenta lo justo o injusto de su situación. Y no solo esto, encontramos otros temas entre estas páginas: las casas de tolerancia y la prostitución; la delincuencia y la mala vida en los jóvenes —siendo juzgados sin tener en cuenta el contexto del que surgen—; el poco sentido de las cárceles así como el abuso de poder y la falta de humanidad de los administradores de justicia y de los que se encargaban de los condenados, muchos de ellos inocentes (sacando a la luz algún que otro caso real del momento); la situación de los reaccionarios y los revolucionarios se deja ver también... Entra a hablar de la religión y la institución de la iglesia, a la cual critica en diversos sentidos; hay temas políticos y económicos, defiende la eliminación de la propiedad privada territorial y hace suyos ciertos preceptos evangélicos para convertir al hombre en aquello que debería ser.  

Más de una vez se había preguntado durante ese período de tiempo: «¿Soy yo el que está loco por ver lo que los demás no ven, o los locos son los que hacen lo que veo?» Pero las personas que hacen lo que tanto le sorprendía y horrorizaba tenían tal seguridad de que debía ser así, de que llevaban a cabo un cometido muy útil e importante, que era difícil reconocerlos como a unos locos. Tampoco podía creer que lo estaba él porque se daba cuenta de la claridad de su pensamiento. Ese era el motivo de que estuviese constantemente perplejo. 

Se suele encontrar mucho dentro de las historias de Tolstói, pero, en esta, he sentido que el autor utiliza demasiado el texto para centrarse en los derroteros que quiere tratar y en su discurso personal. Esto no debería restarle interés a la obra, pero en otras de sus novelas he disfrutado más de este aspecto, aquí considero que deja algo descuidada la trama y a sus personajes conforme nos acercamos al final. El propio final me ha sorprendido, tiene un buen giro, pero como dije antes, siento que se deja un pelín de lado la trama y a los personajes para priorizar otras cuestiones y creo que por eso he cerrado el libro con cierta frialdad, pareciéndome todo un poco abrupto en su final, sin profundizar en demasía en los personajes ni en sus destinos.

Sin embargo, es una lectura que me ha gustado mucho, no puedo decir lo contrario porque mentiría. Una novela interesante, que transmite muy bien el mensaje de que hay que intentar ser mejores personas, lo cual es una constante en Tolstói. Algo que parece que él mismo no dejaba de intentar nunca y que se le hacía complicado de conseguir al nivel deseado (quizás algo exigente, parece no asumir que somos humanos y eso va conjugado a imperfección, estamos llenos de luz y de sombras y es algo que hay que asumir); de ahí también su eterna disonancia entre lo que pretendía ser y lo que conseguía... 

Después de tales crisis, se imponía reglas y tenía intención de seguirlas con toda exactitud. Se ponía a escribir un diario y empezaba una vida nueva, con la esperanza de no cambiarla, turning a new leaf, como solía decir. Pero cada vez las tentaciones lo arrastraban y sin darse cuenta volvía a caer más bajo que antes. 

Nunca había llegado a un estancamiento tan grande, a una diferencia tan enorme entre lo que le exigía su conciencia y la vida que hacía. Nejliudov se horrorizó al darse cuenta de la distancia que mediaba entre ambas. 

Comentarios

  1. No he leído este libro de Tolstoy, yo creo que de las novelas largas es la que me queda por leer. Con tu reseña me has animado a leerlo este próximo año. Un abrazo y feliz Navidad

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    1. Feliz Navidad, Esther! Creo que es una novela que te puede gustar, Tolstói siempre merece la pena jeje. Al menos, todo lo que llevo leído de él me ha removido de alguna forma. A ver qué te parece a ti si la lees. Un abrazo.

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