LA LIBRERÍA

Título: La librería
Autora: Penelope Fitzgerald
Traducción: Ana Bustelo

Idioma original: Inglés
Editorial: Impedimenta
Año de publicación/edición: 1978/2017
Páginas: 181

Sinopsis oficial:
Florence Green vive en un pueblo costero de Suffolk que en 1959 se caracteriza justamente por "lo que no tiene". Florence decide abrir una pequeña librería, que será la primera del pueblo. Adquiere así un edificio que lleva años abandonado, comido por la humedad y que incluso tiene su propio poltergeist. Pero pronto se topará con la resistencia muda de las fuerzas vivas del pueblo que, de un modo cortés pero implacable, empezarán a acorralarla. Florence se verá obligada entonces a contratar como ayudante a una niña de diez años, la única que no sueña con sabotear su negocio. Cuando alguien le sugiere que ponga a la venta la polémica edición de Olympia Press de Lolita, de Nabokov, se desencadena en el pueblo un terremoto sutil pero devastador. 

Opinión:

He de decir que de esta novela me esperaba muchísimo, disfrutarla de principio a fin, y nada más lejos de la realidad. El libro nos habla de Florence, una mujer algo entrada en años que tras quedarse viuda decide montar una librería, siendo la única librería del pueblo en el que vive. Para ello decide comprar un edificio antiguo y abandonado, no con las mejores condiciones para el plan que tiene en mente, pero aun así lo hace y lucha por abrir y mantener abierta su librería. En el pueblo hay una persona con poder que quería ese edificio para otros fines, y busca echar a esta inquilina de la forma que sea. Florence deberá superar los diversos obstáculos que van apareciendo relacionados, en su mayoría, con la intención de los propios vecinos del pueblo de sabotear su negocio. La historia me ha parecido algo plana, no me ha transmitido lo que esperaba, no he empatizado mucho con los personajes y me he mantenido bastante indiferente a lo largo de toda la trama. En ningún momento voy a decir que el libro no esté bien escrito o que le haya visto pegas en este sentido, simplemente no me ha atrapado o quizás no era el momento idóneo para su lectura. Por no haberme atrapado y por no encontrarme con aquello tan maravilloso que esperaba, mi reseña no es positiva. 

Está dividido en 10 capítulos y está escrito en tercera persona; en ciertas partes adquiere un tinte epistolar y su lectura es ágil, teniendo además poca extensión en páginas que hace que se pueda leer en un corto periodo de tiempo. Esta edición cuenta con un Posfacio escrito por Terence Dooley (albacea literario y yerno de Penelope) y es lo que más me ha gustado de toda la lectura; este posfacio me ha parecido interesante y con lo que cuenta se le da algo de sentido a muchas partes de la novela, que podrían considerarse autobiográficas por ciertas vivencias de la propia autora. Tampoco digo que no haya captado nada de lo que busca transmitir, ya que se deja claro en muchas ocasiones los mensajes que lanza, pero pienso que yo, y lo que voy a decir a continuación puede suscitar spoilers (cuidado si no quieres saberlo), no esperaba encontrar una historia de fracaso. Lo cual, no me parece mal por sí mismo, el tema del fracaso aporta realidad (no siempre cosechamos éxitos), pero el cómo está contado a mí no me ha removido ni he permanecido enganchada a la trama por querer saber más. La temática de libros/librería pensaba que me iba a aportar un mayor disfrute, pero tampoco me ha ofrecido mucho más placer que el de imaginarme en algunos momentos en una librería como librera, pero poco más. 

Se destaca constantemente cómo cuando hay personas con poder que buscan satisfacer sus caprichos y que tienen capacidad para mover hilos, destruirán y pisotearán al débil con menos poder que se interpone en su camino; también se refleja la idea de que por mucho empeño que se ponga, hay cosas que escapan de nuestro control y que hemos de conformarnos con la derrota, un contexto difícil para los idealistas ("se había engañado a sí misma al dejarse convencer, por un momento, de que los seres humanos no se dividen en exterminadores y exterminados, y que los exterminadores tienden a colocarse en la situación dominante cuando pueden. La fuerza de voluntad es inútil si no se va a algún lado. Y la suya estaba a unos niveles tan bajos que ya no era capaz de darle las instrucciones necesarias para poder sobrevivir"). Como digo, no considero que este sea el motivo por el cual no he disfrutado, simplemente no me ha removido la historia. Los personajes en sí, en su mayoría, ninguno me ha cautivado y el final, pues me ha dejado algo indiferente, con la sensación de que es injusto y probablemente muy realista, pero la trama no ha conseguido atraparme para haberlo experimentado con ganas. Y ya por medio, el asunto del postergeist, por muy autobiográfico que pueda ser me ha parecido algo sin sentido, que se destaca en la sinopsis pero que en la novela no aporta mucho en mi opinión, poco más allá de poder ser considerado como uno más que intenta echarla de su negocio...  

En definitiva, supongo que se puede decir que es un libro muy bien escrito pero que a mí, personalmente, no me ha merecido la pena leer.  De todas formas, me gustaría leer más de la autora para conocerla en otras historias. Algunas citas que me han gustado del libro son: 

• Florence no tenía pensado hacer ningún tipo de celebración, porque no estaba muy segura de quiénes debían ser sus invitados. El estado de ánimo, sin embargo, lo es todo en estos casos. Con eso, uno puede tener una fiesta muy gratificante aunque esté totalmente solo. 
• Se había engañado a sí misma al dejarse convencer, por un momento, de que los seres humanos no se dividen en exterminadores y exterminados, y que los exterminadores tienden a colocarse en la situación dominante cuando pueden. La fuerza de voluntad es inútil si no se va a algún lado. Y la suya estaba a unos niveles tan bajos que ya no era capaz de darle las instrucciones necesarias para poder sobrevivir.
• Es un buen libro y, por lo tanto, debería intentar vendérselo a los habitantes de Hardborough. No lo entenderán, pero será mejor así. Entender las cosas hace que la mente se vuelva perezosa. 
• No creo que los hombres sean mejores jueces que las mujeres -dijo Florence-. Pero pasan mucho menos tiempo lamentándose de sus decisiones. 
• No era consciente de que la moralidad rara vez representa una guía segura para la conducta humana.