EL DOBLE

Título:
 El doble
Autor: Fiódor M. Dostoievski
Traducción: Alejandro Ariel González
Idioma original: Ruso
Editorial: Editorial Alba (Clásica)
Año publicación/edición: 1846/2024
Páginas: 264


Sinopsis oficial:
Yákov Petróvich Goliadkin es un funcionario de bajo rango de San Petersburgo que, después de que lo echen de una fiesta a la que no ha sido invitado, se encuentra, en medio de una tormenta, con un hombre con una apariencia que es exacta a la suya. Al llegar a casa, se lo encuentra sentado en su cama y al día siguiente en su oficina. Extrañamente, los dos hombres entablan una especie de amistad: cenan juntos e intercambian confidencias, pero pronto Goliadkin empieza a temer que conspira contra él y se reconcome porque ve que triunfa en sociedad. Ahora bien: ¿el doble es real? ¿Es una alucinación, una proyección? ¿Realidad y delirio están bien delimitados o se funden? ¿Goliadkin está loco desde un principio o se vuelve loco durante el relato? ¿El doble es causa o consecuencia de la locura? Todas estas preguntas han inquietado a la crítica y a los lectores de El doble (1846) durante casi doscientos años y seguramente sean la causa de que la novela, despreciada en su día y aun así una de las más famosas de Dostoievski, conserve su misterio.

Opinión:

De pronto se detuvo como clavado en el suelo, como golpeado por un rayo, y rápidamente se volvió en pos del transeúnte que acababa de pasar junto a él; se volvió como si le hubieran dado un tirón por detrás, como si el viento lo hubiera girado como una veleta. El transeúnte desapareció rápidamente entre los torbellinos de nieve. 

En esta historia conocemos al señor Goliadkin, funcionario y consejero titular en San Petersburgo, que en cierto momento experimentará una vivencia del todo llamativa: a su vida llega alguien que, sin duda, es igual que él. ¡Hasta comparten el mismo nombre! Este doble, que nosotros conoceremos como el señor Goliadkin menor, llega a ser considerado por nuestro protagonista como un excelente compañero y aliado, pero se convertirá poco a poco en su mayor pesadilla. Adulador, mezquino, hipócrita, mentiroso y traidor, todo eso es el señor Goliadkin menor según el mayor. Y no, nuestro Goliadkin mayor no está dispuesto a quedarse de brazos cruzados ante los abusos y desmanes de ese otro señor Goliadkin, ni tampoco ante las injusticias que está sufriendo por su causa (cuando él es, además, un buen hombre, noble, trabajador y de intachable moral). Este farsante, así como otros enemigos que quieren verlo hundido, se convierten en la entera obsesión de nuestro Goliadkin mayor. Podrás ver cómo van aconteciendo los hechos y a dónde lo llevará sus actos... 

Todo lo que temía y adivinaba se había vuelto ahora realidad. La respiración se le cortó, la cabeza le dio vueltas. El desconocido estaba sentado allí delante de él, en su propia cama, también con el capote y el sombrero puestos, esbozando una ligera sonrisa, y, con el ceño algo fruncido, le hizo un amistoso saludo con la cabeza. [...] El señor Goliadkin había al fin reconocido cabalmente a su amigo nocturno. Su amigo nocturno no era otro que él mismo, el propio señor Goliadkin, otro señor Goliadkin, pero completamente igual a él, en suma, lo que se llama un doble en todo el sentido de la palabra...

Este ha sido mi primer Dostoievski, pero creo que no ha sido buena idea empezar por aquí. Esta obra tiene su historia detrás, y en esta estupenda edición de Alba se nos explican sus pormenores. Incluye un prólogo, escrito por Alejandro Ariel González, que me ha parecido no solo interesante, sino también muy oportuno para entender lo que me ha pasado con la novela. En él se habla, entre otras cosas, de cómo se publicó, que hay dos versiones, el batacazo que supuso la primera versión y las diferencias sustanciales entre ellas. Esta edición nos trae la primera versión del año 1846, que fue revisada y modificada por el autor años después, publicándose la segunda versión en 1866.

Nos parece atinado. entonces, presentar en esta edición de Alba la primera versión de El doble tal como fue concebida por el autor en la década de 1840. Esto, a primera vista, parece contradecir el prurito filológico de publicar la versión de una obra según la última revisión de su autor, pero, por lo arriba expuesto, consideramos que aquí vale hacer una excepción. 
Prólogo de Alejandro Ariel González

A mí, esta lectura de El doble (en su versión de 1846) me ha resultado, siendo totalmente sincera, bastante insufrible. Ya desde el inicio empecé a sentirme perdida y desconectada del personaje central, tampoco me situaba bien con lo que iba sucediendo. La forma de narrar me parecía bastante farragosa, costosa de seguir y pesada de leer, algo que se ha mantenido hasta el final. Multitud de momentos y diálogos me parecían sin sentido: no sabía realmente por dónde cogerlos. Creo que, aunque hay aspectos que me han parecido curiosos —la rareza del personaje en sí, esa idea del doble que se expone, momentos tensos y angustiantes, diría que incluso inquietantes, que pueden tenerte expectante—, la historia realmente no me ha tenido sujeta nunca. 

Sí que valoro cómo transmite esa sensación de agobio/tensión —derivada de las experiencias del protagonista—; algo así como un mal rollo constante que no sabes por dónde agarrar, pero que está ahí, situándote en esa confusión, perplejidad y también angustia del propio Goliadkin. No obstante, como vengo diciendo, es innegable que no he conectado en ningún momento con la historia, ni he llegado a entenderla, ni he podido conformar una idea propia de lo que el autor pudiese estar transmitiendo con ella. Con el paso de las páginas, cada vez se me hacía más difícil seguir leyendo. En el final me activé un poco, tenía expectación por conocer el cierre, y diría que sí me ha gustado este final; consiguió impactarme a pesar de su ambigüedad. Y digo lo de ambiguo porque todo el tiempo, mientras leía, mi cabeza no paraba de darle vueltas a si lo que había detrás de todo eran delirios/locura del protagonista o si realmente estaban ocurriendo las cosas tal que así, si el relato era de corte fantástico o no, y el final no me resolvió la cuestión. 

Las últimas palabras que Dostoievski dedicó a El doble son ya de 1877. En Diario de un escritor leemos: «Ese relato definitivamente no me salió, pero su idea era bastante clara, y nunca propuse nada más serio en la literatura que esa idea. Pero la forma de ese relato no me salió en absoluto».
Prólogo de Alejandro Ariel González

En fin, como dije al iniciar, creo que no ha sido la mejor obra por la que podría haber empezado a leer al autor. Pero me quedo con lo interesante que me ha resultado conocer los entresijos de su creación y publicación en sus diferentes versiones, así como las diferencias entre ambas, gustándome bastante el prólogo que se incluye en esta edición (que leí después de leer la obra, suelo hacerlo así siempre). Sin duda, me ha servido para darle algo de explicación al enorme desconcierto que he sentido con esta lectura. Decir que esto no es más que mi opinión, como tantas otras habrá... Por ello, te animo a que tengas tu propia experiencia con este título. No te quedes solo con mi impresión, y si esta obra llama tu atención, fórmate la tuya propia con su lectura.

Comentarios

  1. Del autor solo he leído Crimen y castigo que me gustó mucho. He intentado como dos veces leer Los hermanos Karamazov y he sido incapaz. El doble me estaba atrayendo mucho al leer tu reseña, pero viendo tu opinión final creo que me he desinflado un tanto.
    Un beso.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario