CUENTOS DE NAVIDAD. Las Campanadas

Título:
Las Campanadas 
Autor: Charles Dickens
Traducción: Miguel Ángel Pérez Pérez
Idioma original: Inglés
Editorial: Alianza Editorial
Año publicación/edición: 1844/2022
Páginas cuento/totales: 112/571 

Presentación oficial del volumen:
Además de las novelas que le valieron desde el momento mismo de su publicación un lugar inamovible entre el favor de los lectores, Charles Dickens consagró a la festividad navideña cinco novelas cortas ambientadas en estas fechas marcadas por el encuentro de las emociones, el balance de lo hecho y lo por hacer, y la a menudo sangrante desigualdad que en ellas parece ponerse más de relieve. Teñidas con frecuencia de un componente fantasmagórico o mágico, este volumen las reúne en su integridad, comenzando por la celebérrima Canción de Navidad, en la que el avaro Scrooge experimenta una transformación por obra de diferentes visiones y apariciones, para seguir con Las campanadas, El grillo del hogar, La batalla de la vida y El hechizado, piezas todas ellas de amena y placentera lectura en la concreta ocasión navideña o en otra cualquiera.

Opinión:  
En esta época del año me gusta leer algo ambientado en Navidad o de temática navideña, y este año, entre otras, he elegido la lectura de un cuento incluido en este volumen: Las campanadas, de Charles Dickens. Una lectura entretenida, que me ha recordado bastante a Canción de Navidad (aunque me parece mejor esta última) y que es idónea para leer a final de año y dar con ella la bienvenida al nuevo. 

En este cuento conocemos a un anciano recadero, Toby Veck, apodado «Trotty» por su paso ligero, que tiene una relación especial con las campanas situadas en la torre de una iglesia, en cuya puerta espera todo el día de pie a que le entren mandados... 

Tal vez el principal motivo de que sintiese curiosidad por esas campanas fuera que existían similitudes entre ellas y él. Las campanas estaban ahí colgadas hiciera el tiempo que hiciese: con el viento y la lluvia azotándolas, viendo solo el exterior de esas casas, sin poder acercarse nunca a los resplandecientes fuegos que brillaban por las ventanas o humeaban por las chimeneas...

Trotty vive con su hija Meg, ambos son pobres y subsisten como pueden. Iniciamos con su hija comunicándole que su novio, Richard, un chico trabajador pero también pobre como ellos, le ha propuesto casarse ya, el día de Año Nuevo. Toby recela de todo esto, la situación no es buena, pero los jóvenes piensan que si están enamorados, para qué esperar tiempos mejores para casarse; probablemente estos no lleguen, la pobreza los acompañará de por vida y lo único que perderán será la juventud. Unos caballeros (que viven a otro nivel y hablan de los que no están en su situación con mucha ligereza) les lanzan mensajes disonantes ante esa boda, contando a los novios el futuro oscuro que les espera si la llevan a cabo. Toby se deja llevar por la visión que estos caballeros tienen sobre ellos, los pobres, los descarriados siempre en mal camino; estos caballeros hablan con gran elocuencia y grandeza —pero con falsa sabiduría y sin ser realmente conscientes de las vidas que acarrean esos a los que juzgan—, están situados en puestos de poder y consideran que han de dar recomendaciones y decidir qué deben hacer los demás. Toby lee las noticias que tienen como protagonistas a gente pobre cometiendo actos crueles y criminales, sus pensamientos se ofuscan aún más...

 «No, no, no nos portamos bien ni hacemos nada bien —pensó Trotty desesperado—. No hay nada bueno en nosotros. ¡Nacemos malos!» 

«¡Malos en todo, malos en todo! ¡Nacemos malos! ¡No tenemos nada que hacer en este mundo!». 

Su esperanza decae, el derrotismo y sus pensamientos sobre todo esto lo vencen... ¿Acaso merecen ellos un Año Nuevo? No obstante, la última noche del año siente la llamada de unas campanas, esas campanas que le han acompañado a lo largo de su vida y con las que tiene una conexión especial. Los espíritus de estas le mostrarán unas visiones que le ayudarán a ver lo equivocado que estaba: aprenderá a no juzgar ni a recelar de aquellos que, como él, viven situaciones complicadas que en ocasiones llevan a actos desesperados, y a estar presto a ayudar al necesitado mejorando su situación en lo que se pueda, mirando con más optimismo el presente y el futuro aunque sea únicamente valorando lo que sí se tiene.

¿Lo había soñado Trotty todo? [...] De ser así, oh, tú, lector, que tan querido le eres, no olvides las crudas realidades de las que han surgido estas visiones y sombras, y en tu propio ámbito —no hay ninguno demasiado amplio ni demasiado reducido para conseguir tal fin—, intenta corregirlas, mejorarlas y mitigarlas. Y que el Año Nuevo sea tan feliz para ti como para los muchos cuya felicidad depende de lo que hagas. 

Un cuento bonito, aun con el habitual extremo de Dickens a la hora de diferenciar entre ricos/pobres (siempre dando mucha maldad/frialdad a los primeros y bondad extrema a los segundos), así como su cierta dosis de sentimentalismo que no a todos los lectores le es gustosa. Pero no hay que olvidar la época en la que lo escribió y las circunstancias de la sociedad de su momento, así como lo que buscaba transmitir con este relato... Un cuento navideño cuyos mensajes nunca viene mal tener en mente, más al finalizar el año donde siempre se hace balance y se elaboran propósitos personales para el siguiente. 

Comentarios

  1. Tengo pendiente volver a leer al autor, a ver cuándo cae.

    Besotes

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    1. En Navidad siempre es buena época para leer algo de Dickens, tan navideño él jeje Tiene muchos cuentecitos y demás ambientados en ella. Este año quiero leer además Grandes Esperanzas, que ya le va tocando su turno. Dickens me gusta mucho, aunque no todas las obras que he leído suyas me convencen por igual.
      Un abrazo.

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  2. Todos los años iba leyendo un cuento de Dickens de esta edición, aunque todavía me falta el último que se quedará para la próxima Navidad.
    El de Las campanadas también me recordó bastante a la Canción de Navidad. Está clara la intención de Dickens aunque siempre acaba dándole una oportunidad a los ricos de que se rediman y se vuelvan generosos.
    Dickens siempre será sinónimo de Navidad aunque tenga sus grandes novelas.
    Besos

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    1. Sí, he pensado hacer lo mismo con esta edición. Las navidades próximas leeré otro más de los que incluye que no he leído. :)
      Y claro, Dickens es sinónimo de Navidad jeje, con sus más y sus menos, el espíritu navideño está totalmente dibujado por este autor (más allá de sus grandes novelas como dices; por cierto, este año quiero leer Grandes esperanzas, a ver qué me parece).
      Un besote.

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  3. Hola María, no he leído más que Canción de Navidad... Parece un relato bonito. Me alegro de que te haya gustado.
    Un besazo

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    1. Canción de Navidad me gusta más que este, como menciono. Pero sí, ambos están bien para leer y más en fechas navideñas. Dickens y la Navidad, ya sabes... jejeje Un besote.

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