LA HERENCIA DE LOS FERRAMONTI

Título
La herencia de los Ferramonti
Autor: Gaetano Carlo Chelli
Traducción: Pepa Linares
Idioma original: Italiano
Editorial: Alba Editorial
Año publicación/edición: 1883/2023
Páginas: 251


Sinopsis oficial:
Para Pier Paolo Pasolini, Gaetano Carlo Chelli era, «después de Giovanni Verga y antes de Italo Svevo, el más grande narrador italiano del siglo XIX». Redescubierto por Italo Calvino, considerado por algunos el Zola italiano, es hoy recordado sobre todo por esta novela, La herencia de los Ferramonti (1883), doblemente famosa por la adaptación cinematográfica de Mauro Bolognini en 1976. En ella se describe el proceso de descomposición de una familia de la pequeña burguesía romana, cuyo cabeza de familia, un panadero que ha acumulado una fortuna, se rebela contra sus hijos tanto como ellos se rebelan contra él. Harto de sus veleidades y disipaciones, desengañado al ver que ninguno quiere seguir con el negocio del «arte blanco», el viejo Gregorio Ferramonti los aparta de su lado y disfruta del insano placer de verlos torturarse bajo la amenaza de ser desheredados. Los hijos, por su parte, también están enemistados entre sí… hasta que la mujer de uno de ellos, Irene Carelli, «una flor delicada de modestia angelical», decide poner orden en el caos: no solo consigue reconciliar a los hermanos, sino que poco a poco se va ganando la confianza y el favor del padre. Ahora bien, ¿es Irene el ángel que aparenta o más bien una sirena, una «astuta cazadora»? En el escabroso entramado que tiende entre los miembros de la familia, ¿rige el desinterés o el cálculo? Y las pasiones que desata ¿son auténticas o premeditadas? Chelli narra con maestría, sirviéndose de un nutrido coro de voces, una historia que aúna a la perfección acción y psicología y de la cual puede decirse, sin temor al tópico porque aquí es verdad, que tiene un ritmo trepidante.

Opinión:
Al ver La herencia de los Ferramonti como novedad de Alba Editorial, me llamó mucho la atención primero su preciosa cubierta y luego, su sinopsis. No conocía al autor, ni al título por supuesto, pero me daba la corazonada de que podría ser de los míos. Lo comparaban con Zola, al que no he leído aún pero que me atrae bastante... Todo me decía que probablemente no me disgustaría. Y sí, acerté, no me ha disgustado en absoluto, todo lo contrario. 

Me ha gustado la historia de tejemanejes de esta familia romana, los Ferramonti, alzada a la grandiosidad gracias a la ambición de Gregorio Ferramonti y a su próspero negocio de pan, escalando desde el más humilde puesto hasta hacerse con su vasto imperio (pisoteando a alguno que le dio la oportunidad en su día a él). El viejo Ferramonti ha cosechado una buena fortuna, pero en el ámbito familiar la cosa no le ha ido tan rodada. Las relaciones con sus tres hijos son tormentosas; se dice, se comenta, que el primogénito es un poquitín bastardo quizás —no se sabe a ciencia cierta— y además a este le gusta despilfarrar, algo que sus hermanos no ven con buenos ojos (¡también se trata de su dinero! y lo mismo no lleva ni sangre Ferramonti...). Estas cuestiones solo hacen causar enredos, tensión y discusiones entre hermanos y entre hijos y padre, causando grandes disgustos a nuestro Gregorio Ferramonti (¿quizás el destino le haya castigando a través de su progenie por cosas del pasado?). La cuestión es que cada cual tira finalmente por su lado, quedando padre e hijos separados y los hermanos sin hablarse ni querer saber los unos de los otros. Y así pasan los años, Gregorio, ya viudo y envejeciendo, pasa sus días dispersando un odio infinito hacia sus vástagos por todo lo que le han hecho y rechazando hasta que se mencione sus nombres en su presencia. 

Sin embargo, la familia vuelve a reunirse de la manera más inesperada. Uno de los hermanos Ferramonti, Pippo, al dejar la casa familiar se hace con una ferretería para intentar labrarse su futuro —¡qué dolor más grande cuando Gregorio se entera de esto! Mira que dejar el negocio familiar por una ferretería...— y se casa con la hija del anterior dueño, convirtiéndose esta joven en Irene Ferramonti. Ella será la causante del acercamiento entre los hermanos, y no solo logra esa hazaña, también conseguirá establecer una relación estrecha con su suegro... Lee la obra para saber cómo se dan estos acontecimientos y para conocer a la tremenda figura que resulta ser la nuera del viejo Ferramonti: una mujer a la que, con aparente encanto, buenas intenciones y una actitud afable y cortés, nunca se le va de la cabeza la notable herencia que dejará su suegro; una mujer que hechizará a su manera a todos los Ferramonti.

Había albergado la esperanza de devolver la paz a la casa que la había acogido y había hecho de esa esperanza el objetivo de su vida; lo había logrado con Pippo, Teta y Mario, pero no creía haber alcanzado la meta principal, la mejor, de su deseo. Solo sería feliz el día que también el patrón Gregorio consintiera en aplacarse. 

¡Qué enganche mientras leía! Me ha gustado el estilo del autor y cómo nos lleva al crecimiento de esta familia singular —esos inicios del padre Ferramonti, el aumento de su poder y ganancias, la formación de su familia, los pasos que siguen cada uno— hasta el estado actual en el que se encuentran. Se exponen esas disputas familiares con gran realismo, muy creíbles aun llegando a niveles despreciables, de traiciones, conveniencias e intereses. Queda bien claro de qué pie cojea cada hermano, el propio Gregorio y, por supuesto, la enorme Irene, contado todo con cierto humor (o al menos a mí me lo ha parecido) y un ingenio marcado. Me ha encantado la figura de Irene, y con ello no quiero decir que sea del gusto del lector, hago más bien referencia a cómo está construido y expuesto el personaje, al juego que da y lo bien llevado que está por el autor.

En los nervios, en la sangre, en el cerebro, sentía algo que no sabía definir: una fiebre que la poseía entera y le decía que había nacido para la riqueza y el dominio. En cambio, había nacido pobre, entre tenderos, entre gente que la habría creído loca de atar si hubiera conocido cómo era en realidad. Tal vez era aquello lo que la irritaba y la incitaba aún más. Quería luchar contra el escarnio que representaba su destino, y vencerlo. Luchar con habilidad y cautela, sin que nadie la viera perder la sangre fría; sin darse a conocer; valiéndose de las armas que tuviera a mano. 

La trama cuenta con giros y hechos que me han sorprendido, no me los esperaba, y es algo que he disfrutado. El cierre también me ha parecido estupendo. Trata los conflictos y luchas familiares de una manera muy atrayente, con personajes bien elaborados, donde se deja ver además las formas y las costumbres de la época en la que se ambienta, así como la sociedad y los rangos sociales en los que se sitúa. Me ha gustado mucho, de principio a fin me ha tenido con interés y pegada a las páginas. 

Sin más, te invito a que conozcas a los Ferramonti y a lo que se trae entre manos Irene, la nuera del viejo Ferramonti; una mujer que no creo que te deje templado, al igual que tampoco deja indiferente a ninguno de los integrantes de su nueva familia... 

Comentarios

  1. Pues empecé a leerte con dudas, pero por lo que cuentas y comparándolo con Zola... creo que me molaría =)

    Besotes

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    Respuestas
    1. A mí me ha gustado bastante. Muchos por instagram me han hablado de esa comparación con Zola (pero en su mayoría, han leído a Zola y no a este; o como yo, han leído a este y no a Zola) jaja. Aunque también los hay que han leído a ambos y sí que veo que coinciden en que Zola le adelanta con bastante distancia, no lo sé. Creo que lo mejor es leer a cada uno y ya, tampoco hay que andar haciendo comparaciones innecesarias jeje. Este a mí me ha resultado muy ameno y su estilo me ha agradado, cuando lea a Zola veré si también me convence (que presiento que sí).
      Un abrazo.

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