EL QUIJOTE. PRIMERA PARTE

Título:
Don Quijote de la Mancha. Primera parte
Autor: Miguel de Cervantes
Edición y notas: Francisco Rico
Idioma original: Español
Editorial: Alfaguara 
Año de publicación/edición: 1605/2015
Páginas: 507

Presentación oficial:
Los años 2015 y 2016 conforman un bienio de aniversarios cervantinos. A la celebración del IV Centenario de la publicación de la segunda parte de Don Quijote (2015), le sigue, en 2016, la conmemoración del IV Centenario de la muerte de su autor, Miguel de Cervantes. Como ocurrió hace más de una década, las Academias de la Lengua Española y la editorial Alfaguara se unen a esta celebración con la reedición de este clásico universal, que llevaba siete años fuera de las librerías.

Esta edición reproduce el texto crítico y las notas de Francisco Rico, a su vez coordinador del volumen, y se completa con estudios de escritores y filólogos de la talla de Mario Vargas Llosa, Francisco Ayala, Martín de Riquer, José Manuel Blecua, Guillermo Rojo, José Antonio Pascual, Margit Frenk y Claudio Guillén. Como novedad, la presente edición cuenta con un prólogo de Darío Villanueva, director de la Real Academia Española, escrito especialmente para la ocasión.

Opinión:  
Todos conocemos a Don Quijote de alguna u otra forma. Muchos son los lectores que quedaron enamorados de esta obra tras leerla, pero diría que la mayoría la conocemos más por otros medios que por la lectura directa del título original e íntegro. En mi caso, leí de adolescente una adaptación juvenil ilustrada que me regalaron y recordaba algunos pasajes de la misma, también la estudié a nivel académico en la época escolar (pero lo típico de memorizar datitos y diversos aspectos para el examen). Veía además, esto de más pequeña, una serie de dibujos que adaptaba la historia (muy famosa en España con una banda sonora muy pegadiza he de decir, he aquí la intro), también he visto alguna adaptación cinematográfica... Y quien no haya tenido alguna de estas experiencias seguro que al menos conoce la figura de Don Quijote por ser lo que es dentro de la literatura universal. En España nos sentimos orgullosos de nuestro Quijote, no sé si tanto como deberíamos, pero cierto es que no muchos han leído la obra. Yo tenía la espinita clavada desde hacía tiempo, «hay que ver, que aún no he leído El Quijote». Así que me hice con una buena edición, con esta de Alfaguara, edición que me gusta mucho por cierto, muy completa, y eso me dio el empujón final para ponerme con esta lectura quijotesca. 

Estos malditos libros de caballería que él tiene y suele leer tan de ordinario le han vuelto el juicio; que ahora me acuerdo haberle oído decir muchas veces, hablando entre sí, que quería hacerse caballero andante e irse a buscar aventuras por esos mundos. Encomendados sean a Satanás y a Barrabás tales libros, que así han echado a perder el más delicado entendimiento que había en toda la Mancha.

Esta opinión está limitada a la Primera Parte del Quijote (1605), la Segunda Parte (1615), también incluida en esta edición, la quiero iniciar un poco más adelante, así me oxigeno con otras lecturas y regreso a ella con fuerza. La edición, aparte de diversos estudios y análisis de varios autores, contiene multitud de notas a pie de página. Leer esas notas durante la lectura me ha parecido muy enriquecedor, ya que ayudan a entender mejor el lenguaje antiguo usado y también aportan información extra que en su mayoría me ha resultado sumamente interesante; pero también es verdad que afecta al ritmo a la hora de leer y puede reducir un poco el disfrute. De todas formas, me ha merecido la pena detenerme en ellas, especialmente en aquellas que aportan datos, curiosidades e información de diversos aspectos relacionados con esta gran obra, como por ejemplo: sobre la creación y publicación de la misma, errores y omisiones de las distintas versiones, apuntes sobre la vida del autor, del contexto histórico y la época, referencias literarias, mención de personalidades y acontecimientos, etc.

Lo que he encontrado en esta primera parte me ha sorprendido en cierta forma, me ha resultado bastante divertida y amena (he reído a carcajadas en ocasiones). Las aventuras de Don Quijote, ese anciano que se deja llevar por sus lecturas caballerescas confundiendo realidad y ficción y creyéndose un caballero andante siempre teniendo en mente a su Dulcinea del Toboso, junto a Sancho Panza, su escudero fiel que lo sigue y espera sacar tajada de las ganancias que su señor como caballero andante obtendrá y que le ha prometido entregarle, están, pero no son lo único. En esta obra distintos episodios y relatos (como la historia de la pastora Marcela; la del cautivo; el cuarteto amoroso de Cardenio, Luscinda, Dorotea y Fernando; la novela de El curioso impertinente...) galopan junto a la historia de Don Quijote, con multitud de personajes que complementan la lectura, exponiendo situaciones y conflictos que me han parecido entretenidos e interesantes en general. Se deja ver la época y lo que importaba entonces, la religión, las costumbres, la literatura y cómo se veía (incluso haciéndose crítica literaria); hallamos personajes de diferentes clases sociales, con sus diversas formas de vida, viéndose la forma de actuar de ricos y poderosos y de los que no, las diferentes profesiones y su prestigio. La belleza, el deseo y el amor, e incluso el abuso del hombre sobre la mujer también se aprecia y el discurso muy certero de ellas alzando sus quejas (algo que no esperaba para nada). También hay figuras masculinas honorables, hombres justos y honestos que sirven para mostrar la antítesis de aquellos que se muestran como rufianes, embaucadores, hipócritas y maliciosos... En definitiva, no solo están presentes las locas, intrépidas y desastrosas vivencias de Don Quijote, nuestro Caballero de la Triste Figura, a veces incluso queda bastante de lado durante muchas páginas, adquiriendo el protagonismo otros personajes. De todos ellos a algunos los iremos conociendo poco a poco, ya que se mantienen en la trama y regresan de vez en cuando, permitiendo acceder a más información sobre los mismos cada vez que reaparecen: su pasado, cómo han llegado a su situación actual... Este formato tipo episodios/relatos me ha recordado bastante a la experiencia que tuve leyendo Los papeles póstumos del Club Pickwick de Dickens, el enganche a la lectura no me es del todo fácil al pasar de una historia a otra cada dos por tres, pero igualmente me ha gustado la estructura.

Destaco la presencia de figuras femeninas potentes con monólogos muy interesantes en ocasiones, algo que me ha sorprendido encontrar. A través de ellas se aprecia la situación de las mujeres de la época, cómo las tachaba la sociedad o los abusos que sufrían por parte de los hombres y lo expuestas que estaban a ellos, sin mostrarse sumisas como cabría esperar. Expresan su descontento y su rabia con la situación que les toca vivir, muestran intelecto y capacidad de discurso complejo que no siempre se halla en las figuras femeninas de novelas clásicas y menos en un libro de 1605. Lo destaco porque es una de las cosas que más me han llamado la atención, tampoco digo que todas las mujeres o el tratamiento de la mujer sea totalmente moderno en la obra (no exageremos); incluso he encontrado cierta contradicción en el autor a veces, por cómo muestra en algunas figuras una defensa de ciertos temas pero luego en otros pasajes me tira por tierra un poco esas ideas... Pero igualmente, interesante encontrar personajes femeninos fuertes y complejos.

No creo que sea necesario mencionar el valor, la calidad y el reconocimiento literario que tiene esta obra universal. Simplemente quería hablar de mi experiencia con ella, estudios y análisis hay muchos realizados por expertos y muy accesibles. No obstante, sí me gustaría mencionar una de las cosas que más subrayan de esta novela, considerada la primera novela moderna, y es el tema de la quijotización de Sancho y la sanchificación de Don Quijote, esa evolución de ambos personajes: Sancho adquiriendo la locura, fantasía e idealismo de Quijote, y Quijote mostrando cada vez más la racionalidad y la visión crítica, simple pero realista, de Sancho. Es curioso ya ver en esta primera parte los pequeños pasos en este sentido, especialmente de la quijotización de Sancho.

En fin, una lectura que me está regalando una experiencia lectora única y que me está encantando descubrir por mí misma, creando así mi propia imagen de esta obra tan importante de la literatura. Seguiré con la Segunda parte y espero que también me provoque el mismo disfrute que esta, aunque sea una lectura un tanto ardua merece la pena.

Él se enfrascó tanto en su lectura, que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio; y así, del poco dormir y del mucho leer, se le secó el cerebro de manera que vino a perder el juicio. Llenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros, así de encantamentos como de pendencias, batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores, tormentas y disparates imposibles; y asentósele de tal modo en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas soñadas invenciones que leía, que para él no había otra historia más cierta en el mundo.

Comentarios

  1. No he sido capaz de terminar este libro. Y ya a estas alturas no creo que lo haga. Sé de su valor cultural, histórico y literario y me alegro que lo hayas leído y traído como sugerencia. Un beso grande.

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    1. ¡Hola! Entiendo que pueda hacerse bola. Mi experiencia no ha sido así, como puedes ver jeje, pero entiendo que pueda resultar densa... y bueno, también puede pasar que simplemente no case con el lector. Incluso te diría que quizás en otro punto lector mío, tampoco hubiese sido tan de mi gusto... No sé (creo que vamos cambiando en cuanto a gustos lectores nosotros mismos). Quizás en otro momento sea más de tu agrado y puedas sobrellevarlo mejor, pero también, como dices, si a estas alturas no es así y no quieres volver pues oye, ¡tampoco pasa nada! jejejej Soy de la opinión que no todos los libros han de ser para todos, por mucho reconocimiento o calidad literaria que tengan. ¡Un abrazo!

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  2. Te agradezco que hayas compartido tu experiencia de lectura con esta primera parte de El Quijote, Magdalena. Es un libro que nunca me había planteado leer. Me daba la impresión de que no era para mí y que su lectura me iba a aburrir. Pero desde hará un par de años me ha entrado el gusanillo por leerlo o por lo menos por intentarlo a ver qué tal. A ver, que igual tardo otro par de años o más en animarme definitivamente con él, pero si antes lo descartaba completamente ahora sí creo que lo leeré en algún momento. De este edición que estás leyendo supe hace poco y me pareció una buena opción (la verdad que hay tantas ediciones que resulta un poco complicado decidirse por una en concreto). En cuanto a las notas al texto, yo siempre digo que son como las lentejas, si las quieres las lees y si no las dejas. Personalmente, creo que en una obra con la que hay tanta distancia temporal, como es esta, es oportuno contar con ellas.
    Un abrazo

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    1. Hola, Lorena.
      Sí, es de esas lecturas que andan ahí, rondándonos, que una se plantea leerla a ver qué tal pero con cierto miedo y respeto por lo que va a encontrar. Yo como cuento, aunque reconozco que se puede hacer densa y que el enganche, al pasar de una historia a otra, no ha sido tanto como en otro tipo de lecturas, me ha gustado, me ha sorprendido, he reído y me ha parecido mucho más amena de lo que esperaba (ya sabes que también las expectativas que se llevan pueden afectar en esto de llevarse sorpresas, jejejeje). Pero sí, diría que es de esos libros a los que, teniendo ya cierto bagaje lector, merece la pena acercarse por ver qué tal. Ya que case contigo o no, se verá. Y por supuesto, las notas ayudan mucho a situarse, a entender mejor todo, incluso a conocer muchos datos curiosos como comento. Me gusta tu visión de las notas a pie de página, jajajaja como las lentejas, exacto. Si lees esta obra, sea cuando sea, me gustará leer qué te ha parecido... Yo regresaré más adelante a su segunda parte, de la cual me dicen que si la primera me gustó, esa me gustará más... Un abrazo

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  3. Hola, yo también leí en mi infancia la edición infantil. Luego para El aniversario me apunté a un curso de la UP que se titulaba Aprender a leer El Quijote, donde leíamos para cada clase dos capítulos y los comentábamos. Así conseguí leerlo y terminarlo. No es un libro que me plantee releer porque lo pase fatal. Las aventuras de Quijote que a muchos parecían desternillantes, a mi me causaron tristeza. Me parece sin embargo una obra que merece la pena conocer. Un abrazo.

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    1. Hola, mar.
      Ay, jejeje te estaba leyendo y me estaba acordando de muchas escenas en las que, por supuesto, también noté "tristeza" y mucha ternura por este caballero de la triste figura; al pobrecito mío, le dan palos por todos lados y a su acompañante también (supongo que te refieres a ese tipo de cuestiones, a la ida de cabeza que sufre y cómo si se analiza su situación hace sentir tristeza y ternura hacia el personaje y su sufrimiento). Creo que los lectores que reímos más no se debe a la situación crítica sino a lo absurdo derivado de ella, a cómo nos la cuenta Cervantes, a los disparates que encontramos, a ese caricaturizar y satirizar las novelas caballerescas. Pero entiendo perfectamente que no case con todos, eh. Pero bueno, quería decirte que también he sentido esa tristeza de la que hablas, y no solo con los personajes principales, también con otros. No obstante, ese humor o comedia, bajo mi punto de vista, puede estar presente igualmente...
      Qué interesante veo leerlo así, como dices que lo leíste tú, seguro que salían muchos comentarios interesantes. Como dices, una lectura que merece la pena leer, aunque no sea del gusto de todos (ni tiene que serlo, :D).
      Gracias por compartir tu experiencia con ella
      Un abrazo

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  4. Hola María, yo leí una versión íntegra con quince años, para la clase de literatura de segundo de BUP, en aquella época (ahora sería ESO, jeje). La verdad es que para leerla con quince años me llegó a gustar por momentos. Recuerdo que lo que me traía por la calle de la amargura eran las pequeñas historias o relatos intercalados en el texto, y eso que alguno de ellos lo recuerdo con claridad meridiana, pero en esa época me cabreaba mucho que se saliera del personaje principal para meterse en otra historia. Igual es el momento de releerla para ver si mi evolución como lectora y el bagaje cultural y vivencial me dan otro enfoque de vista.
    Un besazo

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    1. Hola, Nitocris.
      Uff, pues a mí me llegan a dar este texto con 15 años, íntegro tal cual está, y oye, no sé yo si hubiese sido capaz de terminarlo en ese momento, jejejej. Entiendo lo que hablas de los relatos, precisamente, todavía a mí a día de hoy (con cierto bagaje lector) siguen sin ser de mi gusto esto de las historias cortas o relatos, especialmente cuando están metidos dentro de una novela (como comento, me pasó también con Los papeles póstumos del Club Picwick, fue mi mayor obstáculo para el enganche a la lectura), ni tampoco soy de leer antologías de relatos por esto. Pero bueno, leyéndolo poco a poco, lo he leído bien y también me han parecido interesantes las historias que cuenta centradas en otros personajes.
      Y sí, diría que este libro es de esos que cuando se regresa a él se ve de otras maneras, ya sabiendo lo que hay, seguro que también puedes disfrutarlo más. Invita a la relectura.
      Yo cogeré la segunda parte con ganas.
      Un abrazo.

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