EL HOMBRE DE LA ARENA
Traducción: Francisco Payarols
Idioma original: Alemán
Editorial: Editorial Labor
Año de publicación/edición: 1816/1962
Páginas: 34
Editorial: Editorial Labor
Año de publicación/edición: 1816/1962
Páginas: 34
Sinopsis oficial:
"...nadie más que él podía ser el hombre de la arena. Pero ya no lo veía como aquel espantajo de cuentos de abuela que buscaba ojos de niño para llevar alimento al nido de búhos. ¡No! Ahora era un monstruo horrible y espectral que allí donde intervenía llevaba pena, desgracia, ruina temporal, eterna."
El hombre de la arena, ese personaje familiar que entraba en las casas de los niños que no querían irse a dormir, encuentra en el relato homónimo de Hoffmann su mito y alcanza su máxima estatura: la del terror incubado en la infancia, el miedo alimentado cada noche que desencadena la demencia. (Extraído de la contracubierta de la edición de Prometheus Classics)
Opinión:
Uno de los relatos que he leído para este Halloween ha sido El hombre de la arena de E. T. A. Hoffmann, autor del que solo había leído El cascanueces y al que me ha gustado regresar, no descarto leer más de sus obras. En esta pequeña historia conocemos a Nataniel, un joven que cuenta que de pequeño le hablaban del hombre de la arena para hacerle ir pronto a la cama, le decían que ese hombre tiraba arena en los ojos de los niños que estuviesen despiertos y se los arrancaba para llevarlos a un nido. Esa historia le suscitaba un gran temor y estaba siempre pendiente de un señor que llegaba a casa por la noche y que se encerraba con su padre en una habitación, esa figura tenía que ser ese hombre de la arena... Una noche se dispuso a descubrirlo y se escondió en un armario en lugar de irse a la cama; tras ver con sus propios ojos quién era ese hombre que llegaba y cuyos pasos escuchaba siempre, se percató que era alguien a quien conocía, Coppelius, un viejo abogado y superior de su padre. Este era un hombre desagradable y que le ocasionaba más terror aún si cabe que el propio hombre de la arena de su imaginación: ¿quién mejor que él para ser ese monstruo al que tanto temía? Cierta noche su padre muere durante una de esas reuniones, el pequeño Nataniel lo achaca todo a ese demonio de Coppelius. Pasa el tiempo, pero no olvida. Nataniel, ya adulto, se encuentra estudiando en la universidad y de repente recibe una visita de un tal Coppola, que inmediatamente relaciona con el viejo Coppelius, le invade el terror y una idea le corroe: que este hombre de la arena ha regresado a traerle el mal a su vida. Esto le hará vivir experiencias desagradables y cada encuentro con Coppola le confirma su teoría. Se alejará de Clara —una joven con la que está prometido— e incluso llegará a estar en duelo con su íntimo amigo, Lotario (hermano de Clara). ¿Qué destino le espera a Nataniel?
Un relato idóneo para estas fechas. Me ha resultado muy siniestro, especialmente al principio, luego me ha ido pareciendo más bien intrigante y angustioso... Es destacable que en tan pocas páginas el autor consiga crear tan buena trama, con personajes bien definidos y una gran ambientación; un relato donde la fantasía y la realidad se complementan creando cierta ambigüedad en su lectura. El cierre que tiene me ha gustado mucho. Voy a hablar un poco sobre lo que opino de lo que va realmente esta historia, así que si prefieres no saberlo mejor que te saltes el siguiente párrafo.
Pensé que la trama iba a estar relacionada con temas sobrenaturales, pero me sorprendió que de la fantasía nos vamos a la realidad (y se conjugan continuamente) y poco a poco te vas percatando de que lo que aquí se expone tiene más que ver con la desconexión de la realidad del protagonista (es decir, con un trastorno mental) que con otra cosa. A pesar de la ambigüedad que puede hallarse en su lectura, a mí al menos, me resulta claro que se centra en el desequilibrio mental que se ha ido desarrollando en Nataniel. Un desequilibrio que parece nacer de su creencia infantil en la figura del hombre de la arena —y el fuerte miedo a ella— asociada a la vivencia traumática que supuso la muerte impactante y temprana de su padre. La creencia en ese ser aterrador, en ese hombre de la arena que arranca ojos, le llevó a abrir su mente para ver más allá de la realidad y perderse en mundos a los que solo él podía llegar; mundos donde solo cabe la obsesión y la locura, arrastrando su felicidad y la de los suyos a un rincón... La soledad en el desequilibrio mental también se aprecia, su no adaptación a la norma y la incomprensión por parte de los demás.
Me ha gustado especialmente el personaje de Clara y cómo el autor le da su lugar en la historia con su voz e inteligencia (molesta para aquel al que solo interesa que apoyen sus teorías y voluntad sin oposición alguna). Un personaje que representa la contraposición de un autómata, lo cual tiene mucho sentido dentro de la trama. Siento que el autor da prestigio a la mujer no como mujer florero, sino como persona completa con su complejidad intelectual. Esa es la impresión que me ha dado, no sé si sería la intención del autor, pero diría que en este pequeño relato también cabe cierta crítica a aquellos que preferían la belleza, la sumisión y el silencio más que la viveza de carácter y la inteligencia en sus compañeras de vida.
En fin, no quiero entrar en más detalles, siendo un relato tan corto y tan peculiar lo mejor es que lo experimentes por ti mismo. Señalar simplemente que, teniendo en cuenta la época en la que fue escrito y los temas que trata, me ha parecido muy interesante. Con esa corta extensión el autor elabora un buen relato, consiguiendo a la vez establecer ese juego ambiguo y curioso con el lector. Se podrían sacar diversidad de interpretaciones, si lo lees ya sacarás también la tuya propia...
Pues no sabía que E. T. A. Hoffman tenía un relato sobre el mito del hombre de arena, es cierto que a este autor se lo conoce por "El cascanueces" y no leemos nada más. Ahora que estoy leyendo los cuentos de los hermanos Grimm, entiendo bien lo que comentas sobre que más que miedo produce angustia e inquietud. Me lo apunto para el Halloween del año que viene. Besos.
ResponderEliminarSí, lo más conocido es El cascanueces y no suelen resonar otras de sus obras, pero la verdad es que esta merece mucho la pena también. A mí me ha dejado con ganas de seguir explorando al autor, he visto ediciones muy completas de sus relatos y me las he guardado en lista de deseos. Esta en la que lo he leído es de 1962, de la biblioteca, y me parece un tesorito. jeje; me va a dar pena devolverla... Si lees este relato espero que tampoco te deje indiferente. A los Hermanos Grimm tengo que acercarme más, tengo libros de sus cuentos y no he leído todos... Un abrazo, Mónica.
EliminarPues tiene buena pinta, lo tendré en cuenta para otras ocasiones.
ResponderEliminarUn besazo
Sí, apúntatelo que merece la pena acercarse a él. :D
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