UNA HABITACIÓN PROPIA

Título: Una habitación propia
Autora: Virginia Woolf
Traducción: Laura Pujol

Idioma original: Inglés
Editorial: Austral
Año publicación/edición: 1929/2016
Páginas: 160

Presentación oficial:

En 1928 a Virginia Woolf le propusieron dar una serie de charlas sobre el tema de la mujer y la novela. Lejos de cualquier dogmatismo o presunción, planteó la cuestión desde un punto de vista realista, valiente y muy particular. Una pregunta: ¿qué necesitan las mujeres para escribir buenas novelas? Una sola respuesta: independencia económica y personal, es decir, Una habitación propia. Sólo hacía nueve años que se le había concedido el voto a la mujer y aún quedaba mucho camino por recorrer. Son muchos los repliegues psicológicos y sociales implicados en este ensayo de tan inteligente exposición; fascinantes los matices históricos que hacen que el tema de la condición femenina y la enajenación de la mujer en la sociedad no haya perdido ni un ápice de actualidad. Partiendo de un tratamiento directo y empleando un lenguaje afilado, irónico e incisivo, Virginia Woolf narra una parábola cautivadora para ilustrar sus opiniones. Un relato de lectura apasionante, la contribución de una exquisita narradora al siempre polémico asunto del feminismo desde una perspectiva inevitablemente literaria.

Opinión:

Tengo cierta reticencia a leer ensayos, no suelo elegirlos de primeras para ponerme con ellos. Lo cual no significa que no haya disfrutado de ninguno, más al contrario, mis dos últimas lecturas han sido ensayos y he disfrutado de ambos. Pero... en fin, siempre los cojo con algo de: ¿podré con su lectura o se me hará tedioso?

He de decir que la lectura de Una habitación propia no me ha resultado especialmente amena. Me ha parecido un ensayo muy interesante, pero a la vez denso en su lectura. A pesar de su corta extensión se me ha hecho algo largo, ya que me he obligado a parar cada vez que leía un capítulo, para asimilar y retomarlo más adelante. Nunca había leído a Virginia Woolf y me ha sorprendido mucho su forma de escribir (por cierto, me he apuntado otras de sus obras en formato novela para volver a leerla: La señora Dalloway, Orlando y Las olas, si habéis leído alguna y queréis aconsejarme por cuál empezar dejadme en comentarios vuestra opinión).
 

Bueno, centrándome en este ensayo, como digo me ha parecido muy interesante. Se exponen ideas feministas que aún hoy son de mucha aplicación, pero en especial se centra en dos hechos: el ser mujer y el ser escritora; nos hace un recorrido de la relación entre ambos a lo largo de diversas épocas, incluida la de la autora —a tener en cuenta, este ensayo fue publicado en 1929—. En su discurso se aprecia las inmensas dificultades de la mujer para escribir a lo largo del tiempo y no solo para escribir, sino también para poder publicar y dar visibilidad a sus obras en un mundo "de hombres". Con maestría nos va hablando de este tema, sacando a la luz los nombres, escondidos en la historia, de las pioneras que permitieron sembrar las bases para que las mujeres posteriores pudieran tener la opción de escribir, de escribir lo que quisieran y de poder ganarse el pan con sus escritos. De entre todos esos nombres destaca mucho el de Aphra Benh. También se mencionan a célebres autoras como pueden ser Jane Austen, Emily y Charlotte Brönte, etc. sin entrar a hablar de forma profunda de sus obras o vidas, pero sí destacando su faceta como escritoras.

Aphra Behn probó que era posible ganar dinero escribiendo, mediante el sacrificio quizá de algunas cualidades agradables; así, poco a poco, el escribir dejó de ser señal de locura y perturbación mental y adquirió importancia práctica.

Destaco la valentía de Virginia Woolf para dar a conocer su conocimiento y su perspectiva sobre un tema conflictivo, ayudando así a abrir mentes; y por supuesto, es digno de mención la maravillosa forma de exponer sus ideas sin tapujos para hacer reflexionar con aquello que transmite, con cierta ironía en ocasiones y belleza casi poética en otras.
 

Entre tantas ideas, me ha llamado la atención especialmente una parte en la que se habla de las "mentes andróginas"; la idea de que al escribir, para poder llegar a todos y para que el escrito refleje una realidad limpia, el escritor/a ha de hacerlo sin pensar en su sexo. Esas reflexiones me han parecido muy interesantes.
 

Y me puse, para pasar el rato, a esbozar un plano del alma según el cual en cada uno de nosotros presiden dos poderes, uno macho y uno hembra; y en el cerebro del hombre predomina el hombre sobre la mujer y en el cerebro de la mujer predomina la mujer sobre el hombre. El estado de ser normal y confortable es aquel en que los dos viven juntos en armonía, cooperando espiritualmente. Si se es hombre, la parte femenina del cerebro no deja de obrar; y la mujer también tiene contacto con el hombre que hay en ella. Quizá Coleridge se refería a esto cuando dijo que las grandes mentes son andróginas. Cuando se efectúa esta fusión es cuando la mente queda fertilizada por completo y utiliza todas sus facultades.

Es funesto para todo aquel que escribe el pensar en su sexo. Es funesto ser un hombre o una mujer a secas; uno debe ser "mujer con algo de hombre" u "hombre con algo de mujer".

 

El tema más destacado, y a lo que se debe el título del ensayo, es el referido a la idea que señala que para que una mujer pueda escribir necesita independencia económica y un espacio suyo donde poder dedicarse a sí misma y a su escritura. Se defiende que esto es así en cualquier tiempo y época, dándose los motivos por los cuales es imprescindible que estos hechos se den y eliminando la posibilidad de considerarlo algo materialista, sino necesario.
 

La libertad intelectual depende de cosas materiales. La poesía depende de la libertad intelectual. Y las mujeres siempre han sido pobres, no solo durante doscientos años, sino desde el principio de los tiempos. Las mujeres han gozado de menos libertad intelectual (...). Las mujeres no han tenido, pues, la menor oportunidad de escribir poesía. Por eso he insistido tanto sobre el dinero y sobre el tener una habitación propia.

 

En definitiva, un ensayo feminista muy enriquecedor donde se habla principalmente de la relación entre ser mujer y la creación literaria, dándose mucha importancia al hecho de tener dinero y un espacio propio para poder dedicarse a ello. Recomiendo su lectura y, en especial, a mujeres escritoras o que deseen serlo, porque les va a parecer aún más interesante.