TANIA VAL DE LUMBRE

Título: Tania Val de Lumbre
Autora: Maria Parr

Ilustración: Zuzanna Celej
Traducción: Cristina Gómez-Baggethum
Idioma original: Noruego
Editorial: Nórdica Editorial
Año de publicación/edición: 2009/2022
Páginas: 236

Sinopsis oficial:

Tania es pelirroja y tiene los rizos de un león. Se apellida Val de Lumbre como el lugar en el que vive, un pequeño y remoto valle. Las dos cosas que más le gusta hacer son: deslizarse en trineo por Cerro Chico, la pendiente más empinada de la montaña, al grito de «¡velocidad y autoestima!». Intentar hacer un salto mortal con los esquís aunque a veces acabe en el rosal de Sally. Y enfadar al malvado Klaus Hagen, que odia a los niños.

Y lo segundo que más le gusta es estar con su adorado Gunnvald, que aunque tiene setenta y cuatro años es su mejor amigo. La verdad es que en el pueblo no hay muchos niños, pero si los hubiera él seguiría siendo su preferido. Cuando Gunnvald tiene que ir al hospital, a Tania le van a ocurrir muchas cosas, algunas divertidas y otras no tanto. ¿No te las querrás perder?

Opinión:  

En Tania Val de Lumbre conocemos a una protagonista muy carismática, de esas que no se olvidan, y a su querido valle, Val de Lumbre, que es su hogar y al que también cogerás un cariño especial. Tania nos lleva a su casa y a sus quehaceres y divertimentos. Nos presenta a su padre y a sus tías, sabemos que su madre trabaja lejos y no pueden verse mucho; también conocemos a sus vecinos y entre ellos está Klaus Hagen, el dueño del Camping Hagen donde no se admiten niños, gruñón y malhumorado siempre, al que Tania no soporta —ni él a ella—. El vecindario no cuenta con muchos niños, ninguno a decir verdad, pero sí que hay alguien especial, Gunnvald, un anciano de setenta y cuatro años que sabe tocar el violín, y que es, sin duda alguna, el mejor mejor mejor amigo de Tania. Sin embargo, tras un percance, el pobre Gunnvald tiene que ingresar en el hospital y Tania descubre cosas del pasado de este que la dejan perpleja. Alguien de ese pasado se presenta en Val de Lumbre, alguien que todos conocen menos ella. ¿Cómo es posible que nadie le haya hablado de esto, y más aún, cómo su mejor amigo no le ha contado nada a ella sobre algo que parece tan importante? No sabe bien qué pensar, está confundida y ofendida. Y para colmo, no soporta las maneras de esta persona que llega a su valle, entra en la casa de su amigo y quiere cambiar cosas que Tania no está dispuesta a consentir. Poco a poco irá comprendiendo la realidad de los que la rodean, también la suya, e intentará por todos los medios unir aquello que se desunió en el pasado. Veremos el paso del invierno a la primavera en Val de Lumbre, y Tania hará amigos nuevos y cumplirá sus diez años, y muchas cosas cambiarán...

¡Cuánto me ha gustado conocer a Tania! Así como quedarme un tiempo en Val de Lumbre, el pequeño valle donde vive. Ha sido un placer descubrir la visión de este pequeño terremoto, casi de diez años y de pelo pelirrojo, sobre la vida, y su afán por conseguir que aquellos a los que quiere estén bien, preocupándose y ayudando en lo que puede. ¡Qué historia tan bonita! Y señalo que es de lectura válida tanto para niños como para adultos. No hay que dejar de leer los libros infantiles/juveniles, cada vez estoy más convencida de ello, hay verdaderas joyitas y esta es una en mi opinión.

Cuenta con una narración maravillosa, unas descripciones estupendas que te llevan de lleno a ese valle y a la vida de esta jovencita. La autora muestra muy bien la mirada infantil (que no simple) de Tania y su travesura e impetuosidad que la hacen entrañable; nos introduce en su cotidianidad así como en situaciones familiares y de relaciones algo más complejas para entender a esas edades, pero que los niños captan de alguna forma, a su manera, poco a poco, reconociendo las emociones y el sufrimiento que hay detrás y Tania se da cuenta también de ellas, aunque no las entienda por completo. Espléndido el personaje de Gunnvald y el de esa persona que llega de su pasado. El poder de la música está muy presente, así como el de la naturaleza y el del lugar donde se ha sido feliz.

No quiero desgranar demasiado la historia, porque es para leerla y descubrirla. Conocer a esta pequeña y a su mejor amigo, ya anciano, que arrastra un pasado doloroso que ahora regresa. El asumir lo que se hizo mal, el comprenderse y perdonarse, el querer enmendarse y tener apoyo para dar el paso; también el querer dar segundas oportunidades, no cerrarse a encontrar la felicidad donde se sabe que se puede hallar. Y lo más importante, ese ánimo y vitalidad de Tania, y saber que los niños nunca tienen la culpa de lo que les pasa a los mayores. 

Merece la pena conocer a Tania y a Val de Lumbre. Cógete un abrigo y vete con unos esquís, disfrutarás seguro (tengas la edad que tengas). Una historia realmente preciosa y muy amena de leer, que te dejará con el corazón calentito.

Las frías tardes de febrero son muy silenciosas al fondo de Val de Lumbre. El río no suena porque está helado. Los pájaros no cantan porque se han marchado para el sur. Y no se oye ni el balido de las ovejas porque las pobres se pasan todo el invierno dentro de los establos para no congelarse. Lo único que hay es nieve blanca, abetos oscuros y grandes montañas calladas. 

Pero en medio de tanto silencio invernal hay un puntito negro que no tardará en montar jaleo. El puntito negro se encuentra en las alturas, a los pies del Pico del Hito. [... ] El puntito es Tania Val de Lumbre. [...] Tania es pelirroja y tiene los rizos de un león. En Semana Santa cumplirá diez años y piensa celebrarlo por todo lo alto. Retumbarán hasta las montañas.