LA INQUILINA DE WILDFELL HALL

Título: La inquilina de Wildfell Hall

Autora: Anne Brontë
Traducción: Miguel Ángel Pérez Pérez

Idioma original: Inglés
Editorial: Alianza editorial
Año de publicación/edición: 1848/2020

Páginas: 637

Sinopsis oficial:

La llegada de una joven desconocida, Helen Graham, y su hijo a la vieja mansión de Wildfell Hall despierta el interés, y luego las sospechas maliciosas, de los habitantes del tranquilo pueblo inglés en que se encuentra la casa. No saben que Helen huye de un turbulento pasado, como irá descubriendo el narrador del relato y enamorado de ella, Gilbert Markham, al leer su diario. La inquilina de Wildfell Hall es una gran novela en la que destacan no solo actitudes y opiniones relacionadas con la condición de la mujer muy avanzadas para su tiempo, sino también una moderna representación de las miserias, defectos y debilidades humanas.

Parte del prefacio a la segunda edición escrito por la autora:

"Mi propósito al escribir las páginas que siguen no era simplemente el de entretener al lector, como tampoco era el de complacer a mi propio gusto o ni siquiera el de congraciarme con la prensa y el público. Quería contar la verdad, pues la verdad siempre transmite su mensaje moral a quienes sean capaces de recibirlo. Sin embargo, como tan inestimable tesoro se esconde con mucha frecuencia en el fondo de un pozo, se requiere de cierto valor para sumergirse en él, sobre todo porque es probable que al que se atreva a hacerlo le acarree más burla y oprobio, por atreverse a zambullirse en el agua y el fango, que agradecimiento por la joya que de ese modo extrae. [...] Mostrar algo malo del modo menos ofensivo es sin duda el camino más agradable que puede tomar un escritor de ficción, pero ¿es el más honrado, o el más seguro? ¿Qué es mejor, revelar las trampas y dificultades de la vida al viajero joven e irreflexivo, o tapárselas con ramas y flores? Ay, lector, si hubiese menos de esas delicadas ocultaciones de los hechos -de esos susurros de "paz, paz, cuando no hay paz"-, habría menos pecados y sufrimientos de la experiencia. [...] Cuando considere que tengo la obligación de decir una verdad desagradable, con la ayuda de Dios la diré, aunque vaya en perjuicio de mi nombre y en detrimento de la satisfacción inmediata de mi lector y de la mía".

Opinión:

En esta novela conocemos a Gilbert Marckam, nuestro narrador, el cual ha tomado la decisión de contarle a su cuñado una parte de su vida que ha mantenido oculta hasta ahora y que está relacionada con cómo conoció a Helen Graham. Al comenzar su relato nos sitúa en un pequeño pueblo inglés en el que vivía junto a su madre, su hermana y su hermano, y nos presenta también a otras familias amigas y vecinas de la suya. Conocemos a cada integrante de estas familias y la relación que había entre todos ellos. En cierto momento, llega una nueva inquilina a la viejísima, casi en ruinas, mansión de Wildfell Hall. Esta mujer tiene a todos muy intrigados, se llama Helen Graham, es viuda, con un hijo a su cargo y sin más compañía que el ama de llaves. Helen se mantiene casi aislada en la mansión, evitando en la medida de lo posible el contacto con los demás; pero los vecinos no están dispuestos a quedarse marginados por ella ni tampoco están de acuerdo con no acceder a más información sobre su vida, así que se las apañan para realizarle visitas, invitarla a eventos e incluso, algunos consideran que tienen el deber de indicarle cómo ha de vivir y cómo ha de criar a su hijo. Gilbert establece una relación un tanto especial con esta mujer, de la que todo el mundo comienza a hablar mal, y queda fascinado por ella; pero ciertamente, no es todo lo transparente que él desearía, a su alrededor existe una nebulosa que hace difícil encontrar un sentido a la situación y al comportamiento extraño de esta mujer misteriosa. Tras tantos malentendidos, Helen entrega a Gilbert su diario, al que nosotros también accedemos por supuesto, y ahora es Helen la que nos cuenta su historia que no deja nada indiferente y que responde a todos los interrogantes sobre ella. ¿Qué esconde el pasado de Helen Graham? Lee esta historia y lo averiguarás.

Anne es la hermana Brontë más olvidada pero no menos brillante, era la Brontë que me faltaba por leer y ¡menudo estreno he tenido con ella! Me ha encantado esta novela y me ha tenido enganchada a sus páginas desde la primera a la última. Los temas que se tratan en esta historia, la construcción de personajes y el desarrollo de la trama me han gustado mucho, a pesar de que con ninguno de los personajes he conectado especialmente, pero para mí eso ha sido totalmente secundario.

Con esta historia la autora nos habla de la ingenuidad juvenil, que puede llevarnos a tomar decisiones con resultados catastróficos en la vida; de las diferencias de educación en niños/niñas (que favorecen dicha ingenuidad más en unos que en otros); de las consecuencias desastrosas y la autodestrucción a la que llevan los vicios (especialmente se centra en el abuso del alcohol); de las diferencias de género, la injusta superioridad del hombre sobre la mujer muy marcada en esa época y el maltrato en la pareja; del falso amor en contraste con los sentimientos verdaderos y la persistencia en el tiempo de los mismos; de celos, envidias y el papel de terceros a los que les gusta crear rumores dañinos y meterse en las vidas ajenas; la religión también está muy presente en la novela, los valores que transmite, la fe que sustenta a sus creyentes así como el abuso de poder de algunos clérigos... Todos estos temas, y algunos más que no menciono porque sería ya desvelar demasiado, nos encontramos a lo largo de esta trama y la autora los expone con gran maestría y de manera muy realista.

Me parece de una valentía tremenda lo que Anne llevó al público en el momento que le tocó vivir, aunque lo hiciera bajo pseudónimo. Teniendo en cuenta las críticas que podía recibir, y que recibió, no se cortó un pelo en exponer la realidad que observaba y que en parte ella misma sufrió (por ejemplo, trata el tema del alcoholismo y su hermano tuvo graves problemas con el alcohol que afectaron mucho a su familia). Su forma de narrar me ha gustado mucho, todo contado de una forma que te parece estar viendo la realidad por un agujero, no es siempre explícita, pero sí llegas a captar lo que quiere transmitir aunque no lo esté diciendo o lo haga de manera sutil. Hay diálogos y discusiones entre los personajes que me han parecido geniales, de estos para enmarcar, y en algunos casos, totalmente adelantados a su tiempo (como los que tratan sobre la defensa de educar a las niñas igual que a los niños).

Solo un par de cosas me han obstaculizado un pelín la lectura. Una ha sido la gran carga religiosa que adquiere la novela a veces, que me sacaba un poco de la trama, destacando mucho la idea de: aquel buen cristiano, con valores intachables y sacrificado en pro de los demás tendrá su recompensa tarde o temprano a pesar de su sufrimiento, y el que se comporta contra las leyes religiosas cristianas, acabará ardiendo y con consecuencias negativas infinitas; muy acorde con el carácter religioso de la autora, pero que a mí se me atraganta un poco y me resultaban pensamientos muy simplistas. Aunque todo esto lo comprendo por la época en la que fue escrito y por las creencias y la gran religiosidad de la autora. La segunda han sido los personajes, que aunque creo que están muy bien construidos y muy coherentes, todos prácticamente me han enervado en alguna ocasión sin cuajar mi simpatía hacia ninguno, lo cual solo refleja una cuestión de gusto personal sin más importancia que eso. Helen es un personaje muy potente, con una fuerza y una solidez que me han gustado, pero que en ocasiones su extrema religiosidad y su incompetencia para hacer algo en contra de sus leyes religiosas y cristianas me echaban para atrás, aunque sea algo muy coherente con su personaje.

Aparte de estas cosillas que señalo, que pierden toda la importancia comparándolas con todo lo que transmite esta novela, me ha parecido una obra excelente, digna de una Brontë y merecedora de muchísimo más reconocimiento del que tiene. La recomiendo sin duda alguna.