MI CASA ESTÁ DONDE ESTOY YO

Título:
 Mi casa está donde estoy yo
Autora: Igiaba Scego
Traducción: Blanca Gago
Idioma original: Italiano 
Editorial: Nórdica Libros
Año publicación/edición: 2010/2023
Páginas: 167

Sinopsis oficial:
A partir de sus recuerdos y de las historias que su madre le contaba de niña, Igiaba Scego traza en este libro un mapa de su memoria, marcada por los lugares de la ciudad donde nació y aún habita, Roma, y del país de donde su familia partió exiliada, Somalia. Así, la autora emprende un poético viaje que la llevará a transitar la época del colonialismo, la guerra civil somalí, la llegada de su familia a Italia y una infancia llena de cuentos, preguntas, miedos y anhelos. La palabra configura entonces una topografía interior que restituye la pérdida y da sentido a la búsqueda de una casa propia, una identidad.
 
Opinión: 
Entré en este libro teniendo cierta idea de lo que iba a encontrar en él, pero ha superado con creces mis expectativas y me ha supuesto una gratísima experiencia lectora. En este ensayo autobiográfico, Mi casa está donde estoy yo, su autora, Igiaba Scego, nos lleva a su vida y a la historia de su familia; a Roma, ciudad donde nació y vive actualmente, y a Somalia, el país de sus padres y antepasados, sus raíces. Sus padres se instalaron en Roma exiliados de Somalia tras el golpe de estado de 1969, por eso Igiaba nació allí, por eso ella es italiana. ¿Pero es italiana y ya está? 

¿Qué soy? ¿Quién soy?
Soy negra e italiana.
Pero también soy somalí y negra.
Entonces, ¿soy afroitaliana? ¿Italoafricana? ¿Segunda generación? ¿De generación incierta? ¿Meel Kale (de otra parte)? ¿Un fastidio? ¿Una negra sarracena? ¿Una negra de mierda? 

Me da que soy una encrucijada. Un puente, una equilibrista, alguien que siempre está en vilo y a la vez no lo está. Al final no soy más que mi propia historia. Soy yo y mis pies. 

Sí, y mis pies...  

En este texto nos habla de su identidad y de la dificultad de encajar cuando se nace y se crece en un lugar que no es el propio de tus raíces: un choque constante entre la cultura de la que proviene su familia, que también es parte de Igiaba, y aquella otra en la que ella crece, se desarrolla y vive sus experiencias vitales. Ese contraste entre África/Europa se deja ver. Igiaba parece llevar una mochila a la espalda llena de muchas cosas discordantes que rozan, chocan, pero que todas siente suyas, porque todas lo son realmente; una identidad complejísima que ha tenido que ir forjando, una identidad propia y única, como su itinerario y su mapa de vida. La transculturalidad está presente.

Formábamos parte de la misma familia, pero todos habíamos recorrido itinerarios distintos. Cada uno guardaba en el bolsillo una nacionalidad occidental diferente. Sin embargo, llevábamos el dolor de una misma pérdida en el corazón. Llorábamos una Somalia perdida por una guerra que nos costaba entender. 

Nos lleva a su otro país, Somalia (porque sí, su país es Italia pero también Somalia), y a su contexto histórico/político —desde el colonialismo italiano a la lucha por la independencia, el golpe de estado, la guerra civil...— a través de las vidas y recuerdos de sus familiares. Nos habla con dolor de lo que aquella tierra ha tenido que sufrir, y cómo la sangre aún sigue manando. Trata especialmente la vida de su padre, que ostentaba un cargo político de importancia en Somalia y que acabó exiliándose a Roma por miedo. También nos acercará mucho a la vida de su madre, con la que nos iremos a la cultura somalí de lleno, a sus formas de vida alejadas de las europeas: veremos los grandes contrastes existentes entre ambas. La figura de su madre me ha parecido interesante; una mujer que, como Igiaba dice, tuvo que "remapear" su vida en multitud de ocasiones...

Todo exiliado es una criatura a medias. Le han arrancado sus raíces, le han mutilado su vida, le han destripado sus esperanzas, lo han apartado de sus orígenes y lo han despojado de su identidad. Así, parece que no ha quedado nada. Amenazas, dientes aguzados, maldades... Pero luego sobreviene un fogonazo definitivo, que cambia todas las perspectivas. 
Mi madre ha vivido muchos fogonazos de esos. [...] Cada vez tuvo que reinventarse, volver a dibujar su propio mapa. 

Interesantísimo todo lo que Igiaba nos comparte de esa Somalia que su familia y otros muchos tuvieron que dejar atrás, de ese dolor que llevan arrastrando (ella también). Hablan e intentan dibujar un mapa de la ciudad que fue su hogar, pero de la que poco queda: Mogadiscio («Nuestra ciudad había muerto tras la guerra civil; los monumentos habían quedado destrozados; las calles, despedazadas; las conciencias, manchadas. Necesitábamos aquel dibujo de la ciudad, aquella ciudad en el papel para poder sobrevivir»). Esa ciudad somalí que todos llevan dentro, Igiaba tiene que conjugarla también con su parte europea, con su parte italiana, con su yo que ha nacido y crecido en Roma, con su vida y recorrido vital en la ciudad romana...

No nací en aquellas calles [Mogadiscio]. Tampoco me crie allí. Ni me decepcionaron profundamente. Aun así, sentía que todas aquellas calles eran mías, pues yo también las había recorrido y tenía derecho a reivindicarlas. [...] La ciudad, aquel Mogadiscio ya perdido, era tan mía como suya.

Roma y Mogadiscio, mis dos ciudades, son como gemelas siamesas separadas al nacer. Una incluye a la otra y viceversa. Al menos, así es en mi universo.

Los pósits me parecían perfectos para ese fin. Tomé uno color naranja. Un color cálido, acogedor, de buen augurio. Ideal para comenzar una aventura. Y escribí en letra de imprenta bien grande: «ROMA». En el resto de pósits, escribí nombres de barrios, plazas, monumentos: el Estadio Olímpico, el Trastevere, la Estación Termini y demás, y los coloqué en el mapa de mi ciudad de Mogadiscio.

Y así, situándonos en diversas partes de Roma, Igiaba nos lleva a momentos de su vida, a su memoria, a fragmentos de sus vivencias; todo conjugado, con muchísima maestría, con los recuerdos e historias de vida de sus familiares que nos desplazan a esa Somalia que es tan suya también. Esa Somalia con sus heridas que aún siguen sangrantes y que Igiaba lleva muy dentro. En cómputo tenemos un itinerario de escenas, de lugares, de vivencias, tanto suyos como de aquellos que han estado siempre a su lado, un itinerario que recorre partes de Roma y la historia de Somalia. 

Un título que no deja nada indiferente, léelo si puedes. A mí me ha encantado conocer este itinerario especial y único forjado por Igiaba, su propio mapa, su Roma y su Mogadiscio. Ella y su historia, y la de los suyos, contada de forma especial y con una estructura narrativa y estilo que de inmediato atrapan al lector. Lo recomiendo mucho.

He tratado de contar aquí fragmentos de mi historia, de mi itinerario. Fragmentos, porque la memoria es como un espejo hecho añicos. No podemos —ni debemos— volver a unir los trocitos. No debemos intentar copiarlos, ordenarlos, pulir sus imperfecciones. La memoria es un borrón. 

Mi mapa es el espejo de todos esos años de cambio.
No es un mapa coherente. Es el centro y también la periferia. Es Roma y también Mogadiscio.
Es Igiaba, pero sois también vosotros. 

Comentarios

  1. Pues te iba a decir que no lo veía para mí pero, al notar que te ha gustado tanto, he empezado a cambiar de idea. A mí me gusta la editorial. Suele tener libros interesantes. En fin, trataré de echarle un ojo a ver si me decido. Gracias por el aporte. Besos

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    1. Hola, Marisa.
      Nórdica Libros es estupenda, sí, de esas editoriales que nos traen títulos muy interesantes (además de ediciones impecables y muy atractivas). Este es de esos libros especiales, diferentes, aportan al lector (al menos a mí me ha dejado huellita). Si te lanzas en algún momento a leerlo, espero que también te resulte muy interesante de leer.
      Un besote.

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  2. Pues me lo llevo, es de los que me gustan. Soy Esther, blogger me esta dando el día.

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    1. Hola, Esther.
      Un libro muy interesante... Con un estilo y carácter especiales, a mí al menos me ha dejado marca. Merece la pena conocer lo que la autora nos cuenta. Si lo lees, espero que también lo disfrutes (aun con sus cositas duras).
      Un besazo.

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  3. Me lo apunto, Magdalena. Un libro sobre la identidad, el exilio, la migración, el contraste cultural entre el lugar de origen familiar y aquel otro en el que se nace y se crece creo que es para mí.
    Un abrazo

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    1. Pues si, Lorena, diría que es totalmente para ti. jajaja
      A ver, que lo mismo te estoy elevando demasiado las expectativas y luego no te convence tanto, pero es un libro interesante, con una estructura y una voz narrativa muy potentes. A ver qué te parece si lo lees.
      Un abrazo.

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