ÍNDICE MEDIO DE FELICIDAD

Título: Índice medio de felicidad
Autor: David Machado
Traducción: Victoria Cuadrado
Idioma original: Portugués  
Editorial: Barret
Año de publicación/edición: 2013/2020
Páginas: 296

 
Sinopsis oficial:
En una escala del 0 al 10 ¿cómo de feliz te sientes con tu vida en su conjunto? A Daniel le ha golpeado con dureza la crisis económica en Portugal: ha perdido su empleo, cada vez tiene más dificultades para pagar la hipoteca y su mujer se ha mudado junto a sus hijos a Viana do Castelo en busca de oportunidades; sin embargo, no pierde la esperanza de cumplir el plan que ha trazado desde años para ser feliz.

Opinión:
En Índice medio de felicidad conocemos a Daniel, hombre de treinta y tantos, esposo, padre de dos hijos y que vive en Lisboa. Es amigo de Xavier (un tipo excéntrico, con fobia a salir de casa y con tendencias suicidas) y de Almodóvar (casado, padre de un adolescente y preso en la cárcel por atracar una gasolinera). Daniel se encuentra en un momento muy duro, tras trabajar muchos años en una agencia de viajes fue despedido a causa de la crisis económica en Portugal y tras esto, todo empezó a desmoronarse, toda su vida dio un vuelco, se queda en paro y el dinero empieza a agotarse; su mujer ha de marcharse con sus hijos a donde viven sus suegros ya que allí ella puede trabajar, pero él se niega a abandonarlo todo, quiere seguir luchando en Lisboa, conseguir trabajo para que puedan regresar con él y recuperar la vida que tenían. Junto a él conoceremos de cerca este periodo duro de su vida y cómo aun estando en una situación límite, viviendo situaciones verdaderamente angustiosas y estresantes, se siente con la responsabilidad de ayudar a otros de su alrededor que le piden ayuda. En cierto momento, se embarca en un viaje para ayudar a una persona, un viaje que en principio no parece ser nada más allá pero que puede adquirir un significado mucho más trascendental, tanto para él como para los que lo acompañan.

Esta historia me ha atrapado desde el minuto uno. Daniel y su capacidad de tirar para delante sea como sea, de hacer siempre algo más antes de pedir ayuda fácil o de rendirse, de mantener cierta esperanza, de exigirle a la vida, de ayudar al otro si es necesario (aun estando muy jodido él). Un Daniel que sin duda alguna, merece ser escuchado. Sus vivencias y sus reflexiones no te dejarán indiferente y la ayuda al otro está muy presente en este libro. Daniel ayuda aunque sienta que realmente no le corresponde a él atender a ciertas peticiones y menos en su situación, pero ayuda finalmente; siendo además muy consciente de que se puede ayudar pero no siempre ni a todo el mundo, no todo lo puede resolver uno. La felicidad también es un pequeño personaje, eso tan difícil de cuantificar racionalmente, que requiere pararse a valorar muchos puntos de nuestra vida; eso a lo que ponerle un número parece fácil pero no lo es y que puede cambiar de la noche a la mañana.

La narración de Daniel me ha hecho reflexionar, ponerme en su piel imaginando qué haría yo en esas situaciones que le toca vivir, que no se alejan de la realidad que nos rodea a todos. He sentido impotencia en ciertas partes, porque muestra esquinas oscuras de nuestra realidad actual que preferimos no pensar en ellas o que no vivimos de primera mano, pero que están ahí y que en cualquier momento nos puede tocar a nosotros. Es triste saber que muchos están desamparados y sin ayuda viviéndolas.

Un libro diferente, duro a veces, humorístico otras, que muestra la realidad contada de una manera muy original, con unos personajes que conquistan. Puede dejar algunas cuestiones abiertas, pero la verdad es que he disfrutado tanto del camino que lo que esté por ocurrir o aquello que no se responde, me da totalmente igual, confío en que Daniel y los suyos saldrán adelante mejor o peor, pero seguirán. Una historia nada convencional que me ha encantado. Lo recomiendo.

Os dejo las citas que más me han gustado:
  • Las personas aprendemos a movernos en el mundo, nos acostumbramos a ciertas actitudes, aceptamos la eficacia de nuestros instintos, y después de media vida, la perspectiva que tenemos de todo está ya viciada. Entonces algo cambia de repente y todo lo que sabíamos hacer tan bien, con tanta facilidad, para resolver los problemas más simples, se vuelve inútil. ¿Cómo ha cambiado tanto el mundo?
  • Aquello no era verdad, incluso sin trabajo, la fuerza de su existencia era colosal. Nos hemos acostumbrado a definir a las personas según su profesión y, cuando desaparece el trabajo, es como si dejasen de ser personas. Eso no está bien. Marta es siempre una persona completa, el trabajo no es más que un accesorio, como una pulsera, un peinado o unca coletilla en el habla. 
  • Esto no es esperanza, joder. Es ser exigente. Hacemos lo correcto, nos entregamos al máximo, calculamos todos los pasos, ponemos todo nuestro esfuerzo. Lo mínimo que se le puede pedir a la vida es que pague.
  • Es por causa de instantes como este, que el mundo se estanca una y otra vez. La gente arrastra por todos partes sus protocolos personales llevados hasta el límite del absurdo, sus hábitos arraigados, sus personalidades sesgadas, viciadas en sus propias lógicas, y nadie está dispuesto a dar un paso a un lado para dar cabida a otras formas de ver las cosas y luego seguir adelante, incluso cuando la realidad lo exige, incluso cuando no hay alternativas, la gente prefiere quedarse parada con tal de no tener que dar ese paso a un lado. Imagínate dónde podríamos estar ya. 
  • La justicia es solo un invento del ser humano y al igual que todo lo que inventa el ser humano, tiene fallos enormes y absurdos, jamás funcionará a la perfección.
  • La gente pide ayuda sin pararse un minuto a pensar en las implicaciones que pueda tener, una seguridad pasmosa en que siempre estamos listos para dejar lo que sea que estemos haciendo para salir corriendo a ayudar. Y si no lo hacemos, a la mierda, si no vamos, somos unos cerdos sin corazón.
  • Esta todo en nuestra cabeza. Miramos al mundo y decidimos si reír o llorar con lo que vemos. El mundo solo es bueno o malo cuando estamos mirando. Cuando nadie mira, el mundo solo es mundo. 
  • Nunca será suficiente. Siempre podemos hacer más. Sabemos que hay personas que mueren de hambre, de enfermedades que pueden tratarse con medicamentos simples y banales, de frío, de calor, de pena. Pero no hacemos nada. Y yo te digo: ¿Por qué no hacemos nada? Porque tenemos nuestra propia vida que vivir. Eso no puede considerarse una cosa mala.
  • Pero no debería ser así, no debemos necesitar días malos para valorar los buenos, esa alegría debería existir siempre, no solo en los momentos de alivio. Pero esta obsesión por relativizarlo todo es nuestra condena. El aquí y el ahora nunca son suficientes, estamos en una constante lucha imposible de resolver, porque no aceptamos menos, porque queremos siempre más.

Comentarios

  1. Hola guapa, pues aunque lo has disfrutado muco este libro no es para mí. Lo dejo pasar.
    Un besazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola! esto es así, hay veces que ciertas temáticas o historias nos llaman mucho y otras que no tanto, o quizás no es el momento para leerlas. Ya te atraeran otras historias... :D Un abrazo.

      Eliminar
  2. Hola.

    Pues me has creado el gusanillo de leerlo. Llevo un tiempo queriendo leer una temática diferente ya que desde hace tiempo suelo leer la misma, normalmente aventuras o terror.

    La verdad es que tras leer tu reseña quiero darle una oportunidad a Daniel y sus vivencias.

    Gracias por la recomendación.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola! pues si te animas finalmente espero que lo disfrutes, es un libro que deja cierta huella... o al menos a mí me la ha dejado. Original y que se lee muy bien... y bueno, si además te sirve para salir un poco de tu zona de confort lector pues eso que te llevas jeje. Como mínimo espero que te sea una lectura entretenida, un abrazo.

      Eliminar

Publicar un comentario