LOS PAPELES PÓSTUMOS DEL CLUB PICKWICK

Título: Los papeles póstumos del Club Pickwick

Autor: Charles Dickens 
Traducción: José María Valverde

Idioma original: Inglés
Editorial: Penguin Clásicos
Año publicación/edición: 1836/2020
Páginas: 1013

Sinopsis oficial:

Desde que empezaron a publicarse en 1836, las aventuras de Samuel Pickwick y Sam Weller se convirtieron en un éxito arrollador y supusieron la metamorfosis de un joven periodista mal pagado en el gran novelista del siglo XIX inglés. Los inolvidables miembros del absurdo Club Pickwick protagonizan aquí, según la generosa tradición cervantina, una infinita sucesión de aventuras disparatadas, cómicas, tristes, transidas siempre de una amabilidad nunca igualada.

La presente edición recoge la traducción del ensayista e historiador de las ideas José María Valverde, sin duda la más preciosamente vertida a nuestra lengua. La acompaña, además, a modo de introducción, el brillante estudio del crítico literario y filósofo Jordi Llovet, que presenta así al lector una obra que es uno de los grandes hitos de la literatura universal.

Opinión: 

En esta novela conocemos a unos personajes muy particulares que se juntan para formar un club de caballeros denominado El Club Pickwick, dirigido por el señor Samuel Pickwick. El cometido de los cuatro integrantes de este club es viajar y salir de Londres, recorrer diversas zonas de alrededor para recoger toda la información, historias y experiencias que puedan y regresar para contarlas a la sociedad londinense. Al lector se le cuentan las aventuras de este grupito de pickwickianos y de aquellos que se van sumando a lo largo de sus andanzas.

Que la Sociedad Correspondiente del Club Pickwick queda por consiguiente constituida desde ahora; y que los señores Samuel Pickwick, Tracy Tupman, Augustus Snodgrass y Nathaniel Winkle, quedan nombrados miembros de la misma, y que serán requeridos para que, de vez en cuando, presenten informes directos de sus viajes e investigaciones, de sus observaciones sobre costumbres y caracteres, y de la totalidad de sus aventuras, juntamente con todas las narraciones y documentos a que puedan dar lugar la contemplación o sus recuerdos, dirigiéndose al Club Pickwick, radicado en Londres. 

Comencé Los papeles póstumos del Club Pickwick, primera novela de Charles Dickens, con muchas ganas. Sin embargo, en cierto momento de la lectura, más o menos hacia la mitad de estas mil y pico de páginas, me planteé que quizás no iba a ser capaz de terminarlo. Era algo raro, ya que no es que me costase leerlo mientras lo hacía, más bien me costaba ponerme con él. No estaba atrapada ni enganchada a la lectura. Decidí dejarlo un poco apartado, oxigenarme con otros libros y retomarlo más adelante. Eso hice, y me alegro. Lo retomé cambiando un poco la forma de leerlo, no de seguido sino como estaba ideado en su origen por entregas: leía uno o dos capítulos cada vez que me ponía con él, idea que me dio @monicaserendipia, por cierto. Al finalizarlo lo cerré con pena, pena por no seguir acompañando a estos pickwickianos —o más bien debería decir porque dejaban de acompañarme a mí— con los que he pasado buenos ratos. Dudo que olvide el último capítulo el cual destaco especialmente, me gustó mucho el cierre. Es algo extraño decir que me dio pena acabarlo cuando antes he indicado que "casi" lo abandono, pero es que en mi caso ha influido muchísimo la dinámica lectora. Bajo mi experiencia no es un libro para leerlo de seguido, puede llegar a cansar. En los capítulos, aunque los personajes principales se mantienen y van apareciendo de forma redundante, hay muchos que son simples historias o narraciones paralelas, y otra y otra más..., y en cómputo es de una extensión considerable para la que el lector ha de estar preparado. Animo a leerlo a sorbitos, ya que si no puedes acabar saturado.

Como he señalado antes, esta es la primera novela de Charles Dickens. Siendo la primera ya deja claro que este autor fue lo que fue, y sigue siéndolo, por algo. Su estilo y forma de narrar, su humor e ironía y las fuertes críticas que realiza me han cautivado. Hay situaciones verdaderamente cómicas que pueden sacarte carcajadas, pero hay mucha crítica en todo. Critica la situación de su momento y a diversos niveles: político, social, profesional, económico... Se dejan ver las costumbres y convenciones sociales, muestra los diferentes estratos de la sociedad y se centra en algunos ámbitos y temáticas con más detenimiento —por ejemplo, hace una descripción poco agradable de los abogados y de los litigios—, muestra las condiciones en las cárceles de deudores, la pobreza y falta de educación, la religión, el alcoholismo, la industrialización y sus perjuicios, etc. Dickens a través de estos personajes pintorescos y de sus peripecias y vivencias, nos enseña lo que acontecía en la época de forma magistral y con muchísimo humor. Los personajes son caricaturescos, exagerados, pero no dejan de reflejar ciertos estereotipos sociales y me ha gustado mucho cómo están construidos, quizás no todos, pero la mayoría. Les he cogido cariño a muchos de ellos, destaco por supuesto a Samuel Pickwick y a Sam Weller, ambos se quedan conmigo; también nombro al señor Weller padre así como a Winkle, en ocasiones me he reído bastante con ellos. 

He agradecido las anotaciones y aclaraciones a pie de página de esta edición, porque me ayudaban a entender temáticas, referencias y juegos del lenguaje que utiliza el autor. También la introducción de Jordi Llovet me ha parecido muy interesante y completa. Lo que sí he echado en falta son las ilustraciones originales. En la versión original el texto iba acompañado de ellas, incluso en un principio el propio Dickens tenía que idear el texto a partir de las ilustraciones, luego se negó y dijo que las ilustraciones debían ser ideadas a partir de lo que él escribía —esta anécdota viene explicada en la introducción, muy curiosa—. Esta edición no es ilustrada así que me he quedado con las ganas de tener delante las imágenes a medida que leía. En internet he podido ver algunas y me parecen maravillosas. 

En definitiva, he acabado muy satisfecha con esta lectura y aunque no puedo decir que me haya encantado, sí que la recomiendo. El camino ha sido arduo en algunas partes, pero leyéndolo de forma calmada a capítulo por día lo he disfrutado y el estilo con el que está escrito, los personajes y varias de las situaciones en las que se ven inmiscuidos se quedarán en mi memoria. Termino con un párrafo que me gusta especialmente de la introducción de Jordi Llovet de esta edición, con el que estoy muy de acuerdo:

Lo más grande de Los papeles póstumos del Club Pickwick: la extrema amabilidad que impregna la casi totalidad de sus páginas; el humor benevolente y magnánimo del señor Pickwick, la nobleza con la que este trata a su criado, Sam Weller, y la observancia y lealtad con las que Sam trata a su señor [...] y la generosidad, la simpatía y la liberalidad con que son tratados asuntos que podrían haber caído de lleno en lo escabroso o lo desagradable para los lectores de su tiempo.