EL POLVO NUNCA SE ASIENTA

Título:
El polvo nunca se asienta
Autora: Karina Lickorish Quinn
Traducción: Eric Levit Mora
Idioma original: Inglés
Editorial: Editorial Arde
Año de publicación/edición: 2021/2022
Páginas: 481

Sinopsis oficial:
Años atrás, Anaïs Echevarría trató de descargarse del peso de su historia emigrando a Inglaterra, pero, con la muerte de su madre, debe volver a su Perú natal para vender la casa familiar, conocida en Lima como «la casa amarilla de la colina». Es la última Echeverría que queda por firmar, pero le cuesta dejar ir a la centenaria casona con su aire cargado de pasado y fantasmas. 

Años atrás, Julia Álvarez Yupanqui cayó desde una ventana del segundo piso de la casa amarilla de la colina, terminando en una explosión de sangre y huesos contra azulejos del patio andaluz. Ascendida a los cielos, observará los cíclicos recorridos que hilvanaron el linaje de Echevarría y la historia del Perú, antes de resucitar como santa y emprender un segundo viaje a la zaga de algo que Anaïs a perdido. 

Novela río de un solo volumen, historias dentro de historias, el reposado desenmarañar del tiempo. 

Opinión:  
El polvo nunca se asienta*¹ no es una novela ligera ni liviana, tiene su complejidad y requiere cierta motivación en el lector para seguirla, pero, sin duda alguna, es una experiencia lectora potente que merece la pena. Ha habido momentos en los que me sentía algo aturdida, en esos pasajes decidí dejarme llevar por la autora, por sus personajes y vivencias, por los tiempos y los espacios que entrelaza, por los diferentes periodos históricos peruanos por los que navega, por el realismo mágico que tiene que te hace vibrar el cerebro. No es una lectura al uso, es de esas que se recuerdan por la vorágine de personajes, vivencias e historias en la que te introduce y en la que te mantiene todo el tiempo girando.

Tras la puerta, el tiempo se ha curvado en espiral para volver a encontrarse. He regresado, como una niña en un carrusel, a donde estaba antes. Es imposible y, sin embargo, es. 

La Casa Echevarría estaba maldita. O quizá no maldita, pero sin duda unida precariamente al tiempo y al espacio en que fue erigida.  

Anaïs Echevarría regresa a Lima tras haber huido de ella hace años, regresa para reencontrarse con aquello que dejó atrás; aquello que la remueve, que le devuelve a sus fantasmas y experiencias infantiles, que la introduce de nuevo en un mundo que la succiona, que la atrapa, su casa amarilla, la casa amarilla de la familia Echevarría situada en una colina. Allí sigue esa casa y la recibe llena a rebosar de recuerdos y sensaciones, de vivos y muertos, de tiempos pasados y presentes. Regresa para firmar su venta, es la única que queda de la familia por firmar, pero no será fácil decidirse. La casa aún tiene cosas que decirle y reencuentros que ofrecerle... En esta casona amarilla, tiempo atrás, murió Julia Álvarez Yupanqui, una criada que se cayó por una ventana, convirtiéndose posteriormente en santa, y tiene cierto cometido que cumplir para con Anaïs, conoceremos su historia y sus experiencias de cuando estaba viva y de cuando ya no lo estaba. Pero no solo se nos presenta a estas dos mujeres, una viva con un pececito que la acompaña y otra una santa que murió estampada en el suelo y que ahora obra milagros, sino que nos desplazaremos todavía más hacía atrás, en saltos, recorriendo la historia de sus ancestros, de sus antepasados. Así conoceremos partes de la historia de Perú y las conexiones entre todos los personajes, desde siglos atrás, hasta el inicio de la familia Echevarría y de sus ramificaciones originales.

Pero la pesadez que la familia sentía no era solo pena. Era el tiempo que había plagado la casa, brotando del montón de tierra bajo sus cimientos, surgiendo desde el mar, atravesando la neblina que cubría el cielo sobre sus cabezas. El tiempo se acumulaba, denso e insistente como el polvo limeño desde todas direcciones. La misma casa parecía respirarlo, estrujar momentos, vividos y por vivir, entre sus paredes, sus suelos, sus espacios vacíos, hasta que llegara el día en que no se podría soportar la congestión y habría de llegar un pachacuti*². 

Una lectura que incluye figuras reales y momentos o periodos históricos que acontecieron en el Perú (desde los más lejanos, a algunos más recientes), mezclado todo con los personajes y la historia de ficción creada por la autora. A veces, al leer ciertos eventos, me quedaba la duda de si lo que leía era histórico o ficticio (confieso que no conozco demasiado la historia prehispánica, ni posterior ni actual de Perú) y me paraba a buscar algo de información, y sí, efectivamente hay mucho que está basado en hechos históricos y resulta atroz leer sobre algunos conflictos y situaciones que se mencionan. Pero diría que lo que más me ha cautivado de esta novela es la forma en la que se trabaja y se muestra el espacio/tiempo (he descubierto el concepto "pacha" que se relaciona con la cultura andina; un concepto complejísimo a mi parecer pero interesante: tiempo, espacio; materia, espíritu; cuerpo, alma) así como las conexiones con la historia y las vivencias de los antepasados. Aunque se hace algo complejo de entender veo que en este libro todo esto está muy presente y lo valoro por lo interesante que me ha resultado hallarlo.

Me hablaba de pacha y de las plantas, me mostró que el espacio-tiempo se expresa a través de los fractales de la naturaleza; a través de cómo los patrones se repiten en las hojas del helecho, en las espirales de la suculenta, en las ramas de los árboles y en las formaciones de los deltas de los ríos. Me dijo que también el tiempo estaba hecho de fractales: que toda la historia no eran más que momentos engendrando momentos idénticos en un ciclo infinito. 

Una novela donde hallamos historia, cultura andina, confrontación entre culturas diferentes, la identidad peruana, costumbres y normas sociales, crítica social-política, la pobreza vs la riqueza, lo que fue y lo que ya no es. Tortuosas relaciones familiares, el engranaje que forma la familia y lo complejo de relacionarse dentro de ella, lo tabú y lo que esconden... Las mujeres están también muy presentes, así como la maternidad y el matrimonio. Y también me gustaría indicar que el final me ha gustado muchísimo, me ha parecido magnífico, una congestión que se disipa, una catástrofe necesaria que transforma y lleva al renacimiento. 

En resumen, una lectura compleja pero potente y de estilo peculiar, que dudo que te deje indiferente si le das la oportunidad; te revolcará y te dejará algún tipo de huella, a cada lector la suya. Ese polvo limeño, «todo comenzó con el polvo», se te pega y deja su rastro. 


*¹ La edición incluye un apartado de Apéndices que contiene: un árbol genealógico de la familia Echeverría (ayuda mucho a situar a las distintas figuras), una lista de personajes (tanto los históricos como los ficticios) y un Glosario. Aplaudo a la Editorial Arde, de reciente creación, por haber publicado esta novela, habrá que seguirle la pista...

*² Cataclísmico vuelco del espacio y del tiempo que trae consigo el nacimiento de una nueva era.

Comentarios

  1. Tiene muy buena pinta esta novela. Parece tener un punto mágico que me recuerda a otros autores peruanos que me gustan mucho como Bryce Echenique o Vargas Llosa. La anoto. Muchas gracias por descubrírmela.
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Dale la oportunidad, es una lectura compleja pero a mí me ha merecido la pena totalmente. Especial. La relacionan con Cien años de soledad, pero yo no soy muy de comparaciones, jeje. Creo que cada cosa tiene su esencia, por mucha influencia que pueda tener. Si te acercas a ella, ya contarás. Un abrazo, Rosa.

      Eliminar
  2. Se ve una lectura que requiere cierto esfuerzo por parte del lector, pero parece también toda una experiencia de lectura.
    No sé por qué me he acordado leyéndote de Cien años de soledad. Será porque sus ediciones también suele incluir un árbol genealógico para ubicarse y porque esta novela que nos traes parece beber del realismo mágico del que la otra es exponente (o igual esto son figuraciones mías).
    No conocía título ni autora, así como tampoco la editorial Arde de reciente creación. Suena todo muy bien. La tendré en cuenta.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es, requiere cierta motivación por nuestra parte pero deja satisfecha (si se llega a conectar con ella, en mi caso así ha sido). La relacionan bastante con Cien años de soledad, así que no vas del todo desencaminada, yo no lo menciono porque... no sé, no me gusta demasiado hacer comparaciones, creo que puede tener ciertas similitudes pero las veo muy distintas (al menos mi experiencia con ambas ha sido muy distinta). Si la lees, ya contarás. Y sí, échale un vistazo a esta editorial (por ahora solo han publicado dos títulos) pero ya solo con ellos diría que es una editorial que a ti, precisamente, te podría interesar mucho... Un abrazo, Lorena.

      Eliminar

Publicar un comentario