DIARIO DE UNA SOLEDAD

Título:
 Diario de una soledad
Autora: May Sarton
Traducción: Blanca Gago Domínguez
Idioma original: Inglés
Editorial: Gallo Nero Ediciones
Año publicación/edición: 1973/2023
Páginas: 214


Sinopsis oficial:
«Por primera vez en semanas, estoy aquí sola, dispuesta a retomar mi vida “real”. Eso es lo extraño: que ni los amigos, ni siquiera los amores apasionados, son mi vida real, a menos que disponga de un tiempo a solas para explorar y descubrir cuanto está ocurriendo, o cuanto ya ha ocurrido».

May Sarton espera abrirse camino «entre las abruptas y rocosas profundidades para llegar al núcleo de la matriz, donde aún quedan iras y violencias no resueltas. Mi necesidad de estar a solas siempre está en contrapunto con el miedo a todo aquello que sucederá si de repente, una vez adentrada en el enorme y vacío silencio, no puedo encontrar apoyo alguno».

Sarton escribe con un riguroso sentido de la observación y una gran carga emocional sobre el mundo interior y exterior: las estaciones, la vida cotidiana, los libros, la gente, las ideas; y a medida que se detiene en todo ello, va conformando su viaje artístico y espiritual. En este libro nos encontramos más cerca que nunca de la esencia de su escritura.

Opinión: 

Este diario empezó hace justo un año, cuando estaba sumida en la depresión y no dejaba de cuestionarme acerca de mis destructivos y peligrosos enfados, con la esperanza de entablar un examen interior que me ayudaría a cambiar. Desde entonces he hecho grandes esfuerzos para controlarme y, a veces, lo he conseguido. 

Tras haber leído Anhelo de raíces he regresado a May Sarton, y a sus memorias, con su Diario de una soledad. En este libro nos lleva a un año de su vida; un año en el que aún sigue viviendo en Nelson (este diario debería leerse tras haber leído Anhelo de raíces, aunque podrían leerse de forma independiente recomiendo hacerlo así, ya que se entiende mejor tanto la situación de May como las referencias que hace a años previos y a personas de su alrededor), como decía, con esta lectura he vuelto a reencontrarme con ella en esta casa de Nelson y con su, ya mencionado en el libro anterior, cierto hastío por tener que seguir viviendo en un lugar que no le aporta lo que ella busca en el momento actual (por mucho que haya disfrutado y aprendido mucho en él), y sobrellevando como mejor puede su soledad y una fuerte depresión que la acompaña.

Ahora mismo mi vida aquí me aburre mucho. No hay alimento suficiente en ella. A veces, la falta de una buena conversación, teatros, conciertos y museos de arte —es decir, la falta de vida cultural—, de la cual adolece este lugar, crea un vacío de aburrimiento. Como le he dicho a X. tantas veces, el verdadero problema es que la aventura de venir sola a Nelson ya se ha terminado y ahora, sencillamente, me dedico a mantener lo que antes estaba tan ocupada en crear. 

May nos habla de nuevo de sus rutinas diarias, sus flores y plantas, del paso de las estaciones; de su mundo como escritora y sus quehaceres relacionados con su trabajo; sus salidas y estancias fuera para dar charlas y conferencias; sus amistades y sus relaciones algo más estrechas e íntimas que mantiene con ciertas personas. Pero de este diario, de esta recopilación de días, vivencias y pensamientos escritos, lo que más destaco es cómo May nos lleva a su interior doliente y depresivo; aquello que en Anhelo de raíces ya menciona y que a mí no se me pasó por alto... Ella dice que le da la impresión de que esa obra había dejado en los lectores una imagen equivocada tanto de sí misma como de la propia experiencia en Nelson; como si, sin querer, hubiese transmitido la experiencia de forma más positiva de lo que la vivió y algo distorsionada. Hago aquí un inciso sobre esto, porque para nada yo me llevé esa impresión de esa lectura, es algo que, precisamente, comento en la reseña que hice sobre ella: que no todo era agradable y positivo; yo desde luego no lo vi así, creo que expresa en multitud de ocasiones sus ansiedades y demonios internos, sus experiencias y sensaciones desagradables vividas allí, acompañado todo por esa soledad y aislamiento, buscados, sí, pero no siempre fáciles de sobrellevar. Se aprecian experiencias y periodos difíciles por los que pasa, aunque también muestre momentos encantadores y llenos de luz. Dicho esto, sí que en este segundo diario la oscuridad y las sombras internas que empañan su vida se dejan ver aún más, lo deja más patente, eso es cierto; nos lleva a esas dificultades que tiene consigo misma, a esa lucha para poder controlar su carácter y sus accesos de ira desproporcionados, su irritabilidad desmedida que no llega a entender del todo; nos muestra la depresión que arrastra y que se hace bien visible. También nos comparte cómo le afectan las idas y venidas en una relación íntima muy importante para ella; así como las visitas y estancias con otras personas, no tan especiales quizás, pero con las que también tiene sus más y sus menos, teniendo a veces dificultades a la hora de relacionarse. Estos escritos nos introducen, de manera más profunda, en ese su mundo turbio de soledad que le cuesta digerir y soportar, pero que a la vez ansía y necesita para volver a ella misma, una disonancia que se aprecia en muchas ocasiones. 

Ahora empiezo a mostrar indicios de un regreso a mi yo más profundo, que durante mucho tiempo ha estado demasiado absorbido y maltrecho para funcionar. Ese yo me dice que estoy destinada a vivir sola y a escribir poemas para otros, poemas que rara vez han llegado a la persona a quien estaban dirigidos. 

Un diario donde topamos con multitud de reflexiones, muchas de ellas relacionadas con su mundo interior propio, pero también: con el trabajo de escritora y el ámbito literario; con el arte, la cultura y su significado; con la situación de la mujer del momento —con un discurso marcadamente feminista—; con el amor y las relaciones; y, especialmente, con la experiencia de la soledad y lo difícil que es lidiar con ella, aun teniendo ventajas únicas muy valoradas por la propia autora... Y en relación con esto último, May hace mucho hincapié en mostrar tanto las ventajas como las desventajas de la soledad al analizarla profundamente. Deja ver que alguien como ella necesita de esa soledad para sobrevivir, pero al mismo tiempo busca romper el mito de la positividad de aislarse del mundo —«Vamos a tener que superar el mito de que tal cosa es posible o buena para nosotros. Una de las razones por las que decidí llevar un diario durante un año entero fue porque creo que Anhelo de raíces ha erigido un mito en torno a un falso paraíso, y mi intención es destruirlo»—. En definitiva, multitud de pensamientos y reflexiones interesantes aparecen a lo largo de estas páginas, y permiten al lector pensar junto a la autora. Quizás no estarás de acuerdo con todo, o algo podrá parecerte más o menos extremo, más o menos acertado o equivocado a tu modo de ver; o, incluso, demasiado egocéntrico, teniendo en cuenta su estado depresivo tampoco es de extrañar. Pero, sin duda, merece la pena acercarse a conocer en mayor profundidad a esta mujer que se abre a sus lectores, mostrándoles sus anhelos y motivaciones, sus miedos, cargas y frustraciones, su soledad al completo y el sufrimiento que esta le produce a la par que la llena de paz, de plenitud y del desarrollo personal que necesita para sobrevivir.

No cabe duda de que la soledad es un reto, y mantener el equilibrio dentro de su seno, un frágil propósito. Pero no debo olvidar que, para mí, estar con gente, incluso con una sola persona muy querida durante un cierto tiempo sin soledad, es aún peor. 

Si ya leíste Anhelo de raíces y te gustó, sumérgete en este libro también porque no creo que te decepcione. Se aprecia muy bien ese carácter introvertido y algo complicado de la autora, con esa necesidad de soledad para recargarse, para poder vivir, pero que lejos queda de significar que la desee siempre, ni que le sea fácil de sobrellevar en aislamiento continuo. Como todo ser humano, como seres sociales que somos, ella también necesita ser, estar y compartir con otros así como sentirse conectada con alguien (aunque le cueste luego hacerlo, o encontrar a ese alguien). Una necesidad que no satisface la soledad completa, y que sin tenerla cubierta, el equilibrio en uno mismo se hace complicado...

Personalmente disfruté más de su Anhelo de raíces, pero igualmente su Diario de una soledad me ha seguido resultando una lectura atrapante e interesante a un nivel muy similar. Ya me está esperando en la estantería La casa junto al mar, continuación de estas memorias, con el que no tardaré en ponerme. May Sarton siempre me deja con ganas de más... 

Si tuviera que llevar la máscara de ese mítico personaje que Anhelo de raíces ha creado en la mente de los lectores, estaría perpetuando un mito, negaría mi crecimiento y la posibilidad de desprenderme de esa piel para mudarla en otra nueva. Soy muy consciente de todas estas cosas porque, en los últimos diez días, he podido ser testigo de un cambio radical en mi vida, que provocará la alarma e incluso el pánico en algunas personas que pretenden identificarme con la figura del ermitaño, bien asentado en su soledad para el resto de su vida.

Hace unos días vinieron a verme dos amigas, [...] han comprado una casa en Maine con intención de alquilarla; situada en un tramo de bosque salvaje, cerca de unos acantilados y prados que desembocan en el mar.

Mis días en Nelson ya están contados, lo cual me provoca un gran alivio. Mi estancia aquí ha sido una larga y solitaria sacudida, y ya es hora de volver a empezar con energías renovadas. Si me marcho, calculo que sería dentro de un año, rumbo al mar...

Comentarios

  1. Ya solo el título es para mí motivo para leer este libro. A algunos puede que les espante ese Diario de una soledad, pero a mí me atrae mucho. Tomo nota de tu recomendación de leer primero Anhelo de raíces, el cual lleva tiempo esperando en mi lista de pendientes.
    Un abrazo

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    1. Deseando estoy de que leas a esta autora y nos hables de tus impresiones!!!! ;)
      Ya contarás. No creo que Anhelo de raíces te deje indiferente... (ni este tampoco).
      Un besote, Lorena.

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  2. Yo me compré el de la casa este año el día del libro, no sabía que era continuación pero no me importa el orden. Es una autora que creo que me puede gustar mucho, por la sensibilidad a la hora de expresarse, hablar de sentimientos y además me gustan mucho las historias de escritores.
    Saludos

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    1. Ah pues qué bien, porque podremos comparar impresiones de La casa junto al mar. Le tengo muchísimas ganas, ahí me está mirando ya desde la estantería... Es muy interesante leer este tipo de libros, sí. A mí me atrapan mucho, y esta autora en particular es muy agradable de leer, aunque no todo lo que cuenta sea encantador ni bonito. Trata temas difíciles, pero los expone muy bien, con sensibilidad como señalas. Ya la comentaremos ;)
      Un besote.

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