WASHINGTON SQUARE

Título: Washington Square
Autor: Henry James
Traducción: Catalina Martínez Muñoz
Idioma original: Inglés
Editorial: Alba Editorial (Minus)
Año publicación/edición: 1880/2023
Páginas: 272

Sinopsis oficial:

A mediados del siglo XIX, cuando las nuevas clases emergentes ya empezaban a mudarse al norte de Manhattan, un rico y prestigioso médico neoyorquino se construye una casa en Washington Square. Es una «casa bonita, moderna», con terraza y porche de mármol. A ella se traslada a vivir en compañía de su hermana, una viuda romántica y sentimental, amiga de los secretos, y de su única hija Catherine, que a los veinticinco años no ha conseguido ser, según su padre, ni hermosa ni inteligente. A Catherine le corresponde, sin embargo, una herencia considerable, y cuando en su vida aparece un joven guapo y encantador, aunque sin oficio ni beneficio, el doctor no duda de que no puede sentirse atraído por ninguna cualidad de su hija que no sea el dinero. Henry James trazó en Washington Square (1880) un soberbio retrato de interior alrededor de una mujer que se descubrirá en posesión de algo que, rodeada de tiranía y oscuridad, ni siquiera había intuido que tenía: voluntad.

Opinión: 

Con Henry James tuve un pequeño encontronazo con su obra Los embajadores, tengo bastante certeza de que fue porque lo leí cuando no debía, ya que solo había leído de él Otra vuelta de tuerca y me consta que este autor es de esos con los que hay que tener cierto bagaje en su narrativa para leer algunas obras de su fase más tardía (como es la de Los embajadores). Decidí pues dejarlo aparcado y regresar al autor más adelante con otra de sus obras; ese momento llegó y su Washington Square ha sido el elegido, con él he regresado a su pluma y ya adelanto que ha sido todo un acierto, me ha gustado mucho. 

En esta historia nos vamos al Nueva York de mediados del siglo XIX y conocemos a Catherine, hija de un prestigioso médico y heredera de una fortuna notable. Vive en una bonita casa en Washington Square junto a su padre y su tía solterona, tía que la ha criado desde niña debido a la ausencia de su madre. El padre de Catherine no ve nada en su hija que le satisfaga demasiado, exigente y dominante considera que esta no es ni lo suficientemente bella ni inteligente como para causar interés en ningún hombre; su tía, soñadora y romántica con tendencia a dejarse llevar por fantasías novelescas y anhelos no cumplidos por su vacía existencia, parece querer vivir a través de su sobrina lo que ella no ha podido, para así darle algo de vida a su mundo desierto de emoción alguna. Catherine anda por la vida junto a ellos, haciendo siempre lo que se espera de ella e intentando complacer a su padre en todo lo que esté en su mano, ya que él es la persona más importante de su pequeño mundo. Pero aparece alguien, un joven que atrapa a Catherine hasta tal punto de actuar en contra de la opinión de su padre si hace falta. Este joven despampanante y cautivador con ayuda de la tía de Catherine, que lo adora desde el primer momento, conseguirá acercarse a la joven heredera, hablándole de amor y de compromiso; pero al respetable médico no se le escapa cuál es el interés de este joven en su hija y la desheredará si con ello consigue evitar que el cortejador embaucador se salga con la suya. Mientras, Catherine irá danzando en este juego de la vida, mira todo a su alrededor con ojos inocentes y simples, confía en el amor y en lo que este significa, pero la vida le depara reveses importantes que tendrá que afrontar...

Aquí encontramos buena dosis de realidad y de los juegos existentes en las complejas relaciones humanas, así como una gran apertura al mundo interior de los personajes. Nos topamos con manipulación, tiranía, posesión, hipocresía y egoísmo; con ilusiones frustradas, desengaño y decepción; con bondad, adoración y respeto que se transforman en rabia, resignación y soledad. Me ha gustado cómo nos lleva a la visión que tiene cada uno de los personajes de la situación central de la trama, cada cual con su forma de ver el mundo entiende, actúa y reacciona a las cosas a su manera; algunos más cerca de la realidad que otros, con mejores o peores intenciones, pero todos actúan según sus ideales, sus motivos y justificaciones, y esto está bien plasmado. La vida le enseña a Catherine que hay cosas que te ocurren y que dejan un dolor imborrable, incluido el impacto que puede producirte el que personas importantes actúen de forma que jamás pensarías. Una vez ocurridos estos acontecimientos, ya no hay marcha atrás; nunca se podrá ver la vida ni a esas personas de la misma forma que antes, ni siquiera con el paso del tiempo... Es un drama muy bien llevado, todos dan algo de lástima en el fondo, aunque la gran víctima sea la pobre Catherine. Me ha tenido además muy expectante hasta el final, el ritmo y la tensión están muy bien implementados a mi parecer. El cierre me ha parecido magnífico. 

Nada pudo alterar estas circunstancias jamás: ahí seguían, inmutables, como su nombre, su edad y su rostro desprovisto de encanto. 

En resumen, te animo a que conozcas la historia de esta heredera rodeada de diferentes artes manipulativas, que tendrá que encajar como mejor puede la verdad escondida en ese mundo que la rodea. Una novela estupenda.