EL CASO DE LOS BOMBONES ENVENENADOS

Título: El caso de los bombones envenenados
Autor: Anthony Berkeley
Traducción: Tino Navarro Villanueva
Idioma original: Inglés
Editorial: Who Editorial 
Año de publicación/edición: 1929/2022
Páginas: 282

Sinopsis oficial:

Un asesinato tiene desconcertado a todo Scotland Yard. Sir Eustace Pennefather, un conocido mujeriego, recibe una caja de bombones en su club de Londres. Poco aficionado al chocolate, se la entrega por casualidad a un conocido del club, cuya mujer es una apasionada de estos dulces. La pobre señora muere al poco tiempo, víctima de una intoxicación por nitrobenceno.

El presidente del Círculo del Crimen, un excéntrico club compuesto por seis aficionados a la criminología, propone a sus miembros el reto de esbozar cada uno de ellos una teoría que esclarezca el crimen. Los resultados de sus investigaciones serán expuestos por turnos en las ponencias más sorprendentes que el lector pueda imaginar. El final no dejará a nadie indiferente.

El caso de los bombones envenenados, publicada en 1929 por Anthony Berkeley, es una obra de ingeniería y de inteligencia, una auténtica exhibición de habilidad para construir rompecabezas y para conducir al lector por donde menos se lo espera. Supone toda una reflexión acerca del género detectivesco y, al mismo tiempo, una apasionante aventura intelectual en busca de la verdad. ¿O quizá solo se trata de una broma? 

A modo de apéndices, añadimos dos capítulos más, inéditos en castellano, salidos de las plumas de dos grandes maestros del policial: Chirstianna Brand y Martin Edwards. Esta edición incluye, además, un estudio introductorio a cargo de José Ignacio Escribano y Noemí Calabuig.

Opinión:  

El caso de los bombones envenenados es el tercer título que leo de la colección Golden Age de Who Editorial y ha sido otro gran acierto. Me ha parecido una novela estupenda, con una estructura y un desarrollo muy originales. En ella nos topamos con una muerte que tiene desorientados a los profesionales de Scotland Yard y con un grupito muy selecto de aficionados al crimen, el Círculo del Crimen, gobernado por Roger Sheringham, que se pone manos a la obra para dar sentido a lo que parece no tenerlo. Pero... ¿qué caso es ese que tiene a la policía sin respuestas? Uno complejo, la muerte por envenenamiento de la señora Bendix tras consumir unos bombones que había recibido de manos de su marido. El señor Bendix, a su vez, los había recibido de Sir Eustace Pennefather, el cual, con cierto mosqueo y hartazgo, se los había regalado justo por estar presente en el momento que los recibe de parte de la empresa fabricante para que diera una opinión sobre ellos, algo que Sir Eustace no pensaba hacer. Con esta información parece que los bombones, llenitos de nitrobenceno, estaban destinados a Sir Eustace y que, de forma fortuita, acaban en manos del señor Bendix y por ello, termina saboreándolos su esposa... Pero no todo cuadra en la búsqueda del culpable, los motivos y hechos no son fáciles de iluminar. El Círculo del Crimen, formado por seis miembros muy distintos entre sí, estudiará los hechos y cada miembro investigará por su cuenta para exponer su propia teoría y resolución del caso. 

Contaba (el club) con un famoso abogado, una dramaturga apenas menos famosa, una brillante novelista que debería haber sido más famosa de lo que era, el más inteligente (si no el más amable) de los escritores de novelas policiacas vivos, el propio Roger Sheringham y el señor Ambrose Chitterwick, que no era famoso en absoluto. Se trataba de un hombre apacible y de apariencia nada particular, que se había sorprendido al ser admitido en tan selecto club tanto o más que los mismos miembros al encontrarlo entre ellos. 

El objetivo del experimento, como señaló más de una vez, era que cada uno trabajara de forma independiente —sin la influencia de ningún otro cerebro—, formara su propia teoría y se propusiera demostrarla a su manera. 

¡Qué buena novela! Me ha gustado mucho su lectura, pensaba que iba disfrutarla pero me ha gustado más de lo esperado. Muy entretenida e inteligente en su desarrollo. Diría que su fuerte es ese Círculo del Crimen, sus diversos miembros y cómo se nos presenta el mismo caso desde diferentes perspectivas, las suyas. Las teorías resultan todas muy certeras de primeras, convincentes y bien formuladas, con una buena base y preparadas para combatir posibles argumentos en contra. Y así, la novela cae de lleno en el terreno de la psicología, en el análisis de cómo cada uno ve el mundo que le rodea: con sus ojos y su mochila de experiencias. Entonces, puede ocurrir que las teorías que se elaboran y los puzles que se intentan montar se hagan únicamente con las piezas que cada cual considere que han de estar, seleccionando aquellas que le venga bien a su postura y obviando las que no; distorsionando en cierta medida la realidad o al menos no teniendo todo en cuenta, cogiendo de entre toda la información posible lo que mejor sirve para defender la teoría que quiera defenderse: «lo sorprendentemente fácil que es probar cualquier cosa que uno desee mediante un proceso de selección consciente o involuntaria». Interesantísimo y muy bien tratado este tema, con personajes bien definidos y una estructura y ritmo narrativos que invitan al lector a seguir sin interrupción hasta el cierre.

Cada uno de ellos estaba convencido, antes de empezar a hablar, de que había resuelto el problema y de que podía presentar pruebas positivas en apoyo de dicha solución.

La solución de cada miembro reflejaba, si se me permite decirlo, la propia tendencia de pensamiento y carácter de ese miembro en particular. 

El final también me ha parecido muy bueno, indico que quizás puede desconcertar un poco, pero a mí me ha gustado. Podría considerarse abierto, o no, según se mire. No quiero entrar a mencionar nada porque ¡qué difícil es hablar de las novelas detectivescas sin decir demasiado!, pero sí indicar simplemente que a mí me ha gustado mucho el cierre, aun dejándome ojiplática y con ciertas dudas. La edición incluye dos capítulos más (por primera vez en español), uno está escrito por Christianna Brand y el otro, por Martin Edwards; dichos capítulos ofrecen dos soluciones adicionales al caso y ha estado bien leerlos. No obstante, personalmente, me quedo con el último capítulo de Anthony Berkeley en el que me dejó revoloteada. Algo que también quería destacar es que a lo largo de las distintas exposiciones de los miembros del Círculo del Crimen, se van mencionando casos reales históricos que tienen algún tipo de semejanza con el caso en cuestión, y me ha resultado sumamente interesante y curioso leer sobre ellos y conocerlos. Ha sido todo un plus. 

Sin más, animo a leer este clásico de la novela policíaca y, por supuesto, a seguirle la pista a esta editorial que en breve nos traerá otro título de su colección Golden Age: La muerte de Jezabel de Christianna Brand, autora que menciono antes por ser también creadora de una de las resoluciones adicionales de este caso de los bombones envenenados.