REENCUENTRO

Título:
 Reencuentro
Autor: Fred Uhlman
Traducción: Eduardo Golirorsky
Idioma original: Inglés
Editorial: Tusquets Editores
Año publicación/edición: 1971/1994
Páginas: 122


Sinopsis oficial:
Reencuentro, un clásico contemporáneo de Tusquets Editores que pronto se convirtió en best-seller, narra la intensa amistad, en la Alemania de 1932, que surge entre dos jóvenes de dieciséis años –Hans Schwarz, nacido en una familia judía, y Konradin von Hohenfels, rico aristócrata, miembro de una de las más antiguas familias europeas– cuando coinciden en una selecta escuela de Stuttgart. Sin embargo, al cabo de apenas un año, todo empezará a torcerse: con el ascenso de Hitler al poder, Konradin entra a formar parte de las juventudes hitlerianas mientras Hans huye al exilio. Tan sólo mucho tiempo después, Hans, instalado en Estados Unidos, «reencontrará», de un modo sorprendente y emotivo, a su viejo amigo.

Opinión:
Reencuentro ha estado en mi biblioteca, mirándome desde la estantería, más tiempo del que merecía. Conocí el título a través de varias cuentas de Instagram que hablan sobre libros, pero fue concretamente la recomendación de @anamrtnzgarcia la que picó mi curiosidad tanto que enseguida me fui en busca de un ejemplar para tenerlo bien a mano. Y me alegro, ha sido una lectura estupenda.

Con esta pequeña obra, de tinte autobiográfico, el autor nos lleva a principios de los años 30 —poco antes del ascenso del régimen nazi liderado por Hitler— y nos presenta a dos jóvenes que viven en Stuttgart, Alemania.  Uno de ellos, nuestro narrador, es judío, Hans Schwarz; el otro, Konradin von Hohenfels, es de familia aristocrática y legendaria por su antigüedad y hazañas. Tenemos pues a dos jóvenes bastante reservados que acuden a un instituto prestigioso y que encuentran el uno en el otro un entendimiento especial, forjándose así una profunda amistad... Amistad que se verá interrumpida por el antisemitismo que empieza a reinar. Todo lo vamos a ver desde la perspectiva de Hans, que nos irá compartiendo sus vivencias, sus decepciones, su dolor y su nostalgia por aquello perdido.

No recuerdo exactamente cuándo decidí que Konradin tenía que ser mi amigo, pero de lo que no dudé fue de que algún día lo sería.

Novela que invita a reflexionar sobre cómo el ambiente político puede fisurar vidas, señalar destinos y futuros inciertos e insospechados para los que lo padecen —personas que miran con ojos perplejos a su alrededor sin entender bien cómo su rutina y su vida han sido arrasadas por fuerzas que no pueden controlar—. Nos lleva a ese alzamiento del antisemitismo y lo que supuso, pero lo que más cala de esta historia es esa inocencia de la juventud y la pérdida de la misma ante el bocado hiriente que produce la realidad; la amistad entendida desde valores profundos y vinculantes, como algo que marca y que deja huella en nuestro presente pero también en quiénes seremos, también es clave en esta historia. La guerra y sus consecuencias, el desarraigo del exilio y la sombra persistente de la nostalgia por aquel mundo que quedó atrás, que desapareció, pero que habita aún en la memoria... El paso del tiempo no borra del todo lo que fue importante, el reencuentro con el pasado siempre consigue remover de forma intensa lo más profundamente guardado.

¿Qué importaba que estuviera muerto o vivo, puesto que ni en uno ni en otro caso volvería a verle jamás? ¿Pero podía estar seguro de ello? ¿Estaba total y categóricamente descartado que no se abriría la puerta para que él entrara? ¿No estaba escuchando sus pisadas en ese mismo momento?

Una obra breve, pero brillante, que conmueve sin sentimentalismo ni melodrama, más al contrario, de carácter realista y escrita de forma clara y cargada de verdad emocional. Destaco su cierre que consiguió sorprenderme con un giro especial, dejándome emocionada e impactada (tal como imaginas que queda el narrador).

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