LA LIBRERÍA AMBULANTE

Título: La Librería Ambulante
Autor: Christopher Morley
Traducción: Juan Cárdenas

Idioma original: Inglés
Editorial: Periférica
Año publicación/edición: 1917/2012
Páginas: 184

Sinopsis oficial:

Prepárese para entrar en un mundo único y lleno de encanto, donde el tiempo se ha detenido: estamos en la segunda década del siglo XX, en unos Estados Unidos todavía rurales y de paisajes idílicos, donde conviven los viejos carromatos y los novísimos automóviles; Roger Mifflin, un librero ambulante que desea regresar a Brooklyn para redactar sus memorias, vende su singular librería sobre ruedas (junto a su yegua y su perro) a la ya madura señorita Helen McGill, quien decide, harta de la monotonía de su vida, lanzarse a la aventura y recorrer mundo. A partir de ese momento se sucederán los encuentros y los desencuentros, y las más divertidas peripecias se darán la mano con las grandes enseñanzas que proporcionan libros y librero.

¿Cree en la literatura como forma de consuelo, pero también como invitación a la felicidad? ¿Cree en los libros como amigos y maestros? Si es así, La librería ambulante es su novela.

Desde que este clásico de la literatura norteamericana se publicara en 1917 han sido muchos los lectores seducidos por su poder evocador, por el reconfortante humor que destila y, cómo no, por su atención a los pequeños detalles: estas páginas huelen a las hogazas de pan recién sacadas del horno: en ellas se siente el viento de otoño en los abedules. 

Opinión:

Iba a empezar con un breve resumen de la novela, pero su sinopsis oficial es bastante ilustradora y suficiente para hacerse una idea. Hago esta reseña no siendo mi primera lectura del libro, ya que lo leí hace unos años y ahora lo he releído para leer su segunda parte, La librería encantada, con la que estoy en estos momentos (*Actualización: reseña de la segunda parte aquí. Indico además que no es necesario leerla, es opcional, La librería ambulante tiene final cerrado).

Esta relectura ha conseguido que si antes me gustaba La librería ambulante, ahora me guste aún más. ¡Es genial leer este libro! Tiene una lectura muy amena y se lee en un suspiro. La temática es sin duda atrayente para todo aquel que disfrute de los libros: un librero apasionado por los libros; una librería ambulante que recorre zonas rurales y a la que no le falta ningún detalle; una mujer que se inicia en ese mundo y que descubre una forma de vida diferente a la que conoce... El libro está dividido en 15 capítulos y se lee muy fácilmente, está narrado de forma clara, directa y amena. Tiene toques de humor que te hacen sonreír a menudo, algo de acción e incluso un poquito de suspense, y también pasajes reflexivos. De fondo tiene un toque romántico que le da un puntillo encantador. 

Es una novela en la que se muestra mucho el amor por los libros y la necesidad de que estos existan en la vida de las personas; los libros entendidos como un puente hacía una felicidad que no solo está para los eruditos y la gente de alta clase o más culta, sino para todos y cada uno de nosotros. También se destaca lo importante que es abrir paso hacia ellos, ya que muchas personas por si solas no los van a ir a buscar. Esa diría que es lo más importante de la divisa de Mifflin y su parnaso: que todo el mundo tenga la oportunidad de descubrir lo maravilloso que es ser amigo de los libros y lo que se disfruta y se aprende de ellos. Se aprecia en todo momento el gusto de Mifflin por su trabajo, el placer de repartir libros y de llevar aprendizaje y universos nuevos a aquellos que ni siquiera son conscientes de lo que se puede hallar entre las páginas de un libro. Este bajito pelirrojo, tan carismático, consigue dar a muchos una salida al aburrimiento y una entrada a mundos que pueden ser explorados por ellos mismos. 

Se menciona de vez en cuando el tema de qué es un buen libro. Diría que cada uno se puede quedar con su opinión, pero en esta historia creo que se refleja que un buen libro es aquel que hace disfrutar al que lo lee. No se necesita ser un experto literario, ni tampoco un erudito para disfrutar de los libros. Un libro complejo, "todo cerebro" como se menciona en alguna ocasión en este libro, estará indicado para aquel que disfrute de ese tipo de literatura y tenga la capacidad para analizar y desengranar su dificultad; mientras que otros libros más simples o de menor complejidad, pero que igualmente den rienda suelta a la imaginación sin necesidad de tanta reflexión, será el preferido de aquel que busque un libro de ese estilo. Hay libros para todos, y eso es lo importante, no tanto cuál es mejor o peor. A lo largo de la novela se nombran a diferentes autores y sus obras.

Por otra parte, dejando de lado el tema "libros", la gran protagonista es Helen McGill, un personaje muy interesante. Helen, es una mujer ya adulta, dedicada a su granja y a las tareas domésticas y cotidianas por completo. Le tiene cierta tirria al mundo de la literatura ya que, en su opinión, distrae mucho a su hermano (un escritor con éxito) de las obligaciones en la granja. Ella nunca había mirado más allá de su día a día ni se había planteado cambio alguno en su forma de vivir; pero, en cierto momento, se da cuenta de la monotonía de su vida e inicia, no sin algo de reparo, su aventura. Esta experiencia le hará cambiar su forma de vivir, de ver los libros y le hará crecer como persona, descubriendo un mundo fuera de las paredes de su hogar que no conocía.

Sin extenderme más, recomiendo la lectura de este estupendo libro. Que os perdáis entre sus páginas, imaginando que vais a bordo del parnaso y disfrutando de los paisajes otoñales en busca de gente a la que vender libros maravillosos...

Dos de mis citas preferidas:

Cuando le vendes un libro a alguien no solamente le estás vendiendo doce onzas de papel, tinta y pegamento. Le estás vendiendo una vida totalmente nueva. Amor, amistad y humor y barcos que navegan en la noche. En un libro cabe todo, el cielo y la tierra, en un libro de verdad, quiero decir. 

Creo que leer un buen libro te hace modesto. Cuando uno logra ver con lucidez el interior de la naturaleza humana, cosa que te proporcionan los grandes libros, uno siente la necesidad de hacerse pequeño. Es como mirar la Osa Mayor en una noche clara o como ver el amanecer en invierno cuando uno va a recoger los huevos de la mañana. Y cualquier cosa que te haga sentir pequeño es maravillosamente buena.