84, CHARING CROSS ROAD

Título: 84, Charing Cross Road
Autora: Helene Hanff
Traducción: Javier Calzada

Idioma original: Inglés
Editorial: Anagrama
Año de publicación/edición: 1970/2019
Páginas: 126

Sinopsis oficial:

Un día, en octubre de 1949, Helene Hanff, una joven escritora desconocida, envía una carta desde Nueva York a Marks & Co., la librería situada en el 84 de Charing Cross Road, en Londres. Apasionada, maniática, extravagante y muchas veces sin un duro, la señorita Hanff le reclama al librero Frank Doel volúmenes poco menos que inencontrables que apaciguarán su insacibale sed de descubrimientos. Veinte años más tarde, continúan escribiéndose, y la familiaridad se ha convertido en una intimidad casi amorosa. Esa correspondencia excéntrica y llena de encanto es una pequeña joya que evoca, con infinita delicadeza el lugar que ocupan en nuestra vida los libros... y las librerías.

Opinión:

¡Qué joyita de libro! creo que con esta frase resumo mi experiencia con esta lectura y ya os hacéis una idea de lo que este libro me ha parecido.

¿Qué nos encontramos en 84, Charing Cross Road? pues la correspondencia entre una escritora que vive en Nueva York, Helene Hanff, y un trabajador de la librería Mark and Co. de Londres, Frank Doyle (aunque también entran a formar parte de dicha correspondencia los familiares de Frank y otros trabajadores de la librería).

El inicio de todo se sitúa en un déficit que siente Helene, ella no ha tenido la suerte de disfrutar de una preparación académica reglada y decide prepararse de forma autodidacta con la lectura de diferentes clásicos y libros que le son muy difíciles de conseguir. Un día, a través de un anuncio en una revista, conoce este librería de Londres que según indicaban estaban especializados en libros agotados y por ello, decide escribirles para intentar conseguir esos títulos que no encuentra en las librerías de su zona. A partir de esa primera carta se inicia un intercambio de misivas que durará 20 años y se establece entre todos ellos una relación cercana y especial.

Las cartas son muy amenas, se aprecia el gran carisma, ironía y humor de Helene, la cual me ha sacado muchas carcajadas. Te haces perfectamente la idea de cada uno de los personajes principales que aparecen, ¡y eso que solo son cartas! Desde el principio este intercambio atrapa y no puedes dejar de leer para seguir descubriendo las diferentes peticiones y respuestas que se van dando unos a otros.

A lo largo del libro aparecen mencionados muchos autores/as y sus obras, pero sobre todo lo que más se aprecia es el amor por los libros, por las ediciones bellas, por sus páginas y lo que hay en ellas, concibiéndolos como tesoritos que hay que cuidar.

"Los libros llegaron bien, y el de Stevenson es tan bello que hasta abochorna un poco a mis estanterías hechas con cajas de naranjas. Casi temo tocar esas páginas de tacto tan suave que semejan pergamino y de un fuerte color crema. Acostumbrada al blanco apagado y a las cubiertas de cartón rígido de los libros americanos, jamás supuse que un libro así pudiera proporcionar un placer tan gozoso al sentido del tacto".

Todo bibliófilo/a conectará con Helene, sentirá junto a ella esa impotencia en su búsqueda infructuosa de libros, así como compartirá la emoción que siente cuando su librero le contesta diciendo que tiene o que ha encontrado aquella obra que le solicitó y que lo recibirá en breve; también la que siente al recibirlo y descubrir que la edición es preciosa, que era justo lo que buscaba. Igualmente notará la decepción que siente Helene cuando no está contenta del todo con lo recibido o cuando insiste en que le sigan buscando aquello que anhela, siempre con su gran desparpajo. Me encanta Helene, como he dicho anteriormente, me ha hecho reír en muchas ocasiones.

"Frankie... este va a ser un invierno largo y frío, voy a tener que trabajar de canguro por las noches y necesitaré algo de lectura, ASÍ QUE NO TE ESTÉS AHÍ SENTADO Y BÚSCAME ALGUNOS LIBROS".

"¿Y a esto lo llama usted un diario de Pepys? Pues no es un diario de pepys, sino una miserable colección de fragmentos del diario de pepys, obra de un entrometido editor al que más le vale estar pudriéndose en la tumba. [...] me las arreglaré con esta cosa hasta que me encuentren un auténtico Pepys. Después destrozaré este engendro de libro, página por página".

También se dejan ver aspectos de la Postguerra. Helene ayuda a sus amigos londinenses a través de paquetes donde les manda comida y suministros ya que Inglaterra se encontraba en un momento donde el racionamiento era bastante restrictivo, aun teniendo ella escasos recursos económicos.

A mi parecer la fuerza de este pequeño libro es que estas cartas fueron reales; esto le da un plus que hace que vivas la relación que se establece entre este grupo de personas de manera especial, ya que sabes que pasó en la realidad: Helene, que es la autora del libro, y todos los personajes, incluido la librería, existieron. Nada más terminar me puse a buscar fotos reales para ponerles sus caras, las imágenes de la librería muestran que fue preciosa, una pena que ya no exista.

Animo a todo el mundo a sumergirse en estas cartas, no todas traen consigo mensajes positivos y maravillosos, ni todo es de risa, son cartas reales y la realidad no es todo color de rosa; también muestran periodos y momentos malos por los que pasaron en esos años tanto unos como otros. Pero es muy bonito ser partícipe de esta gran relación que surgió entre una bibliófila pobre y un librero de Londres teniendo como eje central la búsqueda de libros difíciles de encontrar.

Una delicia para cualquier lector y amante de los libros ¡lo recomiendo!